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Mensaje de un asambleísta en el acto de Kirchner“Quería escucharlo decir `No a las papelerasEl presidente Kirchner con una gran comitiva, realizó el pasado viernes en Gualeguaychú el acto para apoyar su reclamo ante La Haya. Pero entre los asambleístas el presidente no cayó bien. Es que no defendió el “No a las papeleras” por el que vienen luchando para evitar la criminal contaminación de Botnia y Ence.
Un joven asambleísta, al finalizar el acto en el corsódromo de Gualeguaychú, corrió a Kirchner para entregarle un papel diciendo que no lo escuchó nombrar “No a las Papeleras”. El presidente -que concurrió con once aviones con ministros, gobernadores y sindicalistas, además de las Madres de Plaza de Mayo, Blumberg y sectores del radicalismo-, intentó con el acto encausar toda la lucha que se vino llevando hasta ahora en la “solución diplomática” vía la Corte de la Haya. Esta demorará tres meses en dictaminar si es necesario o no el estudio ambiental, y varios años en la resolución final... ¡mientras, las papeleras se siguen construyendo! La Haya es la justicia de las multinacionales En 1995, cuando Nueva Zelanda pidió que no se concretaran las pruebas de bombas atómicas realizadas por Francia frente a sus costas, la Corte de La Haya -que tenía en ese momento como presidente al japonés Shiregu Oda, perteneciente a un país que como él mismo dijo había sufrido los desbastadores efectos de las armas nucleares-, lo permitió, con el argumento de que ese Tribunal no evalúa daños eventuales, sino hechos concretos. Así, los bombardeos solo se detuvieron ante la presión mundial, después del sexto lanzamiento, sobre un total de ocho. Por eso el sentimiento de los ambientalistas era de escepticismo y perplejidad, viendo como su “no a las papeleras” fue usado por el gobierno para llevarlo a la vía muerta de la diplomacia. La tibieza del discurso presidencial dejó claro que el verdadero objetivo era garantizar el trafico comercial con Uruguay y abrir definitivamente los pasos. “Estamos satisfechos de haber logrado despertar interés, pero temerosos de que a pesar de todo las papeleras entren en funcionamiento”, resumió Gustavo Rivollier, vecino e integrante de la asamblea. (Pagina/12, 05-05-06). “Tenemos una clara definición: la erradicación de Ence y Botnia, no otra cosa”, señaló otro. Hay que seguir la lucha Por otro lado el gobierno uruguayo dice que las pasteras darían trabajo, cuando sólo generarían 200 puestos permanentes, los actuales empleos temporarios se esfumarán al finalizar la obra, mientras 80.000 habitantes de Entre Ríos deberán irse del lugar en caso de que sigan las obras. Sin contar las zonas aledañas que quedarán inutilizadas para la vida vegetal y animal ocasionando más pérdidas laborales. Iguales consecuencias sufrirá el hábitat uruguayo. Ni Tabaré quiere dar trabajo, ni Kirchner es ambientalista. No hay que dejarse engañar. Por eso la única garantía para hacer realidad el “No” a las papeleras, que pasa por volver a debatir medidas de lucha para evitar que se sigan construyendo Botnia y Ence. Lo que necesitamos argentinos y uruguayos son industrias que generen empleos permanentes, bien pagos y sin dañar el medio ambiente. Para ello no hacen falta multinacionales, sino un plan estatal, con salarios dignos y que empleen mano de obra desocupada, bajo control de los trabajadores y organizaciones ambientalistas. Justamente lo que no quieren Kirchner ni Tabaré. Por eso esta lucha queda en mano de los vecinos y los trabajadores movilizados de ambos países. La marcha en el puente del pasado 30 de abril congregó a más de cien mil personas, mucho más de lo que movilizó el presidente en su acto. Un gran antecedente para retomar ese ejemplo. Porque como dicen los ambientalistas movilizados, si no hay lucha, las pasteras van a seguir. |
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