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La Plaza del 25 sirvió a la vieja políticaEl acto de Kirchner en Plaza de Mayo ya pasó. Pero siguen los debates. ¿Fue correcto ir o apoyarlo? ¿A quién benefició? ¿Se puede hablar de nueva política con Barrionuevo, los “gordos” y gobernadores que antes apoyaron a Menem? ¿Por qué el acto no generó entusiasmo? ¿Puede haber una “Patria para todos” con salarios de pobreza? A la hora de balancear esa jornada, los hechos confirman que no había que apoyarla.
Tanto o más que la muchedumbre, la imagen más fuerte de ese día en la Plaza la dio el palco, donde estuvieron el presidente con su esposa, junto a las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo. El peso y trayectoria de los artistas que actuaron, reforzaron un indudable “mensaje progresista”. Todo estaba preparado para que fuera distinto a los acostumbrados actos político-partidarios del PJ. Pero a pesar de que se esforzaron para que el presidente no se saque ninguna foto con viejos gobernadores y burócratas sindicales, no pudieron ocultar que el centro del acto fue pergeñado, organizado y financiado por quienes vienen formando parte del viejo aparato político-sindical del PJ. Solo rumores… Los organizadores hablaron de “Plaza de la esperanza”. El principal cartel del escenario y de los afiches callejeros que convocaban rezaban “por una Patria para todos”. Las expectativas que despierta el presidente Kirchner alimentaron días previos rumores sobre posibles anuncios. ¿Habría novedades respecto de cortarle privilegios a Repsol? Como era fecha patria y ante el impacto de las medidas de Evo Morales en Bolivia, el tema circulaba. Otro rumor apuntaba a que podía haber algún anuncio de aumento salarial. Pero no hubo nada. Silencio de radio. Solo promesas de que se está defendiendo a los derechos humanos y combatiendo los males dejados por gobiernos anteriores. El discurso presidencial fue uno más de sus habituales “dobles discursos”, que incluso en esta oportunidad, se escuchó poco, pasando casi desapercibido para la multitud. Pocos prestaron atención, por ejemplo, cuando el presidente dijo, casi como un chiste, “Chau FMI”. Sin embargo, cuatro días después, llegaba una misión del Fondo a monitorear nuestra economía. El Chau se convirtió en un nuevo Hola. La Plaza no favoreció a los trabajadores Más que anuncios de aumentos para los trabajadores o jubilados, la Plaza selló el pacto de Kirchner con la CGT que fijó un techo salarial del 19% pactado con Moyano, Cavalieri, Zanola, Daer, Lingieri y Gerardo Martínez. Tampoco se habló de cómo combatir la inflación. Ninguna medida se deslizó para ver como se destina el inmenso superávit en construir escuelas, hospitales o en obras públicas para dar trabajo genuino. Nada. Y esto no se produjo, porque con Kirchner sigue la vieja política de priorizar los pagos de la deuda externa en vez de la deuda social. Sigue la vieja política de pactar con los viejos burócratas sindicales. Sigue la vieja política de abrir al país para que sigan haciendo negocios las multinacionales y grandes empresarios como Macri, Roggio, y tantos otros. Sigue la vieja política de hablar de derechos humanos cuando aún siguen vigentes los indultos. Sigue en definitiva, la vieja política que el palco no pudo ocultar, de reflotar la unidad con viejos caciques del PJ y la UCR para garantizar la gobernabilidad, con el verso de que se está actuando con más “pluralidad”. Ese es el proyecto que mostró la plaza. Por eso, mas allá de sus legítimas esperanzas, los miles y miles que participaron ayudaron a apuntalarlo. Un proyecto que se mostró en pos de “una Patria para todos”, cuando Argentina sigue siendo un país para pocos. Por una alternativa política distinta El presidente se llena la boca diciendo que “no tiene oposición”. Si se refiere a la “oposición burguesa” como Macri y López Murphy, o a la “oposición” centroizquierdista de Elisa Carrió o “el socialista” Binner, esta vez le tenemos que dar la razón. Ninguno de ellos son alternativa. Carrió acaba de postularse a presidente sin ninguna propuesta de fondo. Llamó a aliarse con López Murphy, demostrando que de progresista no tiene nada. Hasta habló de “reconciliación” con los militares y de que “se acaben las revanchas”, un discurso típico de la derecha. Por su parte, Mauricio Macri quedó descolocado cuando su padre apoyó el acto del 25 para que Kirchner lo siga beneficiando con negocios que su hijo no le puede ofrecer porque no es gobierno. López Murphy habla del “respeto a las instituciones”. El “Encuentro de Rosario” encabezado por Hermes Binner, de Santa Fe, ha salido a polemizar contra Carrió diciendo que no todo lo que hace el gobierno está mal, que Kirchner tiene cosas buenas…¿Y el salario, y la pobreza, y la entrega del país? No creo que Kirchner diga que la izquierda tampoco “es oposición”. Precisamente porque uno de los objetivos del 25 fue recuperar la Plaza para que no siga siendo de la protesta, muchas veces llenada por los que luchan y la izquierda. Por eso desde el MST-El Socialista seguimos bregando por otra alternativa política, opuesta a la que se mostró en la Plaza y a la que impulsan la centroderecha y la centroizquierda. Una herramienta política encabezada por los que luchan día a día junto a la izquierda por salario, trabajo, salud y educación, con propuestas de fondo para enfrentar a todo lo viejo y a los pilares del sistema capitalista, que con Kirchner, se siguen manteniendo. |
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