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Otra vez falta gasoil“Es mentira que falta gasoil”, se la pasaron gritando durante días desde el gobierno. Mientras tanto, en el Chaco anunciaban que ya no tenían combustible para los ómnibus. En Santa Fe, según la Federación Argentina del Transporte Automotor, se sostenía que “si se toma como eje las rutas nacionales 11, 95 y 98 y las provinciales 2 y 4, hay 1.500 camiones parados, esperando que llegue el gasoil”. En Formosa se escuchaba: “Pedimos 20.000 litros y nos mandaron la mitad”. En Chaco la falta de combustible está afectando la cosecha de soja tardía, la única que se había salvado de la sequía. En Salta, el presidente de la Cámara de la Producción advertía que “la escasez está generando inflación y mercado negro desde Bolivia y Paraguay”. Y el faltante ya empezaba a notarse también en la Capital. Finalmente, el ministro De Vido tuvo que reconocer el problema y exigirle a las empresas que importen hasta cubrir los requerimientos. Lo increíble es que el gobierno, después de pasarse un mes negando la realidad, ahora dice que el nivel de producción actual debería alcanzar para abastecer el nivel de demanda, y que si hay faltante es por alguna irregularidad en la cadena de distribución. Mientras tanto, las empresas hacen campaña por los medios proclamando que “importan a pérdida”, mientras presionan por la suba del precio. Los pulpos petroleros hacen lobby a la vista de todos, chantajean dejando sin gasoil a las estaciones de servicio, mientras el gobierno, una vez más, demuestra su absoluta incapacidad para garantizar una planificación energética medianamente seria. Para que no continúe la vergüenza de estos avatares en un país con gas y petróleo se impone una salida: hacer como Bolivia y empezar a tomar en nuestras manos los recursos hidrocarburíferos. J. C. |
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