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Los salarios de Kirchner¿Necesitamos 800 o 1.800 pesos?En el partido que se está jugando en la Argentina, bajo la conducción técnica del presidente Kirchner, la inflación le sigue ganando a los salarios. Sobre los aumentos de precios, la ministra de Economía, Felisa Miceli, señaló: “El proceso de reacomodamiento de precios continuará hasta 2008, y eso es positivo, porque evita que haya ajustes muy fuertes... no hay que esperar indicadores deflacionarios” (Economía y Negocios, La Nación, 8/6). Hablando en criollo, con eso el gobierno quiere decir que está de acuerdo en que siga la inflación. Por ello, en vez de imponer precios máximos, implementa acuerdos voluntarios que sólo sirven para engañar a la gente. ¿Dónde quedó la inflación cero anunciada por el secretario de Comercio, Guillermo Moreno? Se habla incluso de una “inflación reprimida”, es decir, de precios que aún no aumentaron lo suficiente, y lo van a hacer en los próximos meses. Los alquileres de viviendas, por ejemplo, a pesar de que subieron una barbaridad, se considera que están un 32% debajo del aumento general de precios registrado desde la devaluación, considerado en un 81%. Los útiles escolares, la cuota de colegios privados y la medicina prepaga estarían un 20, 16 y 13% abajo, respectivamente, de ese índice. Lo que no se dice es que ese reacomodamiento también debería funcionar al revés, es decir, que tendrían que bajar los precios que subieron más que esa media, como la carne, el turismo o la ropa que tuvieron subas de 57% más, o los materiales de la construcción, con un 100% más de aumento desde la devaluación.
Los ingresos están por debajo de la suba de precios. “El salario promedio registró un ajuste del 66 %, ubicándose por debajo de la inflación acumulada, que alcanzó el 81 por ciento” (según la misma fuente). Ni qué hablar de los que trabajan en negro, quienes tuvieron subas salariales de 41%, o los estatales, con un 26% promedio, a una gran distancia del número que alcanzó la inflación acumulada. Por eso es sumamente repudiable el techo salarial impuesto por Kirchner en complicidad con la CGT y las patronales. Porque impidió que el salario alcance a la inflación. Incluso el gobierno llegó a amenazar con no homologar acuerdos en paritarias que superen ese porcentaje, como el logrado por el SMATA con Toyota. Una verdadera prueba que al gobierno lo que le preocupa es cuidar las ganancias de las patronales y la caja del Estado, para luego destinar jugosos fondos a subsidios patronales, como hizo con el transporte, o incrementar las reservas del Banco Central para seguir pagando la deuda externa.
Ahora el gobierno anunció que a fin de mes o a principios del otro convocará al Consejo del Salario Mínimo para elevarlo de $630 a $800. Ese monto, de darse, sólo beneficiaría a un millón de trabajadores de los once millones de asalariados, y casi no tendrá incidencia en los convenios colectivos porque ya se acordaron subas superiores. “El empresariado nacional coincide en que esa suma no les cambiaría la ecuación actual... si la convocatoria se cristaliza a fines de este mes, entre el tiempo que llevan las discusiones más el ritmo que irán tomando todos los otros precios de la economía, licuaría finalmente el impacto real de esa suba en las ganancias privadas” (Clarín, 11/6). Es decir, antes de anunciarse, el aumento ya se esfumó. A cambio, por supuesto, las patronales ya han dicho que quieren un gesto oficial de moderación con relación a la sanción de leyes laborales anunciadas para poner fin a la nefasta flexibilización de los ’90. Quédense tranquilos, señores empresarios, les dice el presidente. Así como no vuelve atrás con las privatizaciones de Menem, tampoco va a arrasar con las leyes superexplotadoras que vienen del neoliberalismo. Por una sencilla razón. Porque el modelo económico de Kirchner sigue beneficiando a los mismos intereses defendidos por los anteriores gobiernos.
El gobierno dice que para dejar de ser pobre, un matrimonio con dos hijos debe percibir $852. Pero ése es el valor de una canasta básica, que no incluye, por ejemplo, los gastos de alquiler, como tantos otros que son fundamentales. No hay que dejarse engañar. Una familia tipo tiene que percibir, para vivir dignamente, 1.800 pesos de mínimo, el valor de la canasta familiar. Por eso los $800 que saldrá a ofrecer el gobierno dentro de poco, más que distribuir la riqueza, son una medida impulsada para apuntalar los objetivos reeleccionistas del presidente para el 2007. El camino lo marcan los trabajadores del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez, de Capital, que están luchando por un sueldo de $2.200, además del nombramiento de personal y aumento del presupuesto de salud. Apoyamos y llamamos a seguir ese ejemplo, que apunta a cuestionar el techo salarial impuesto por Kirchner y la CGT. Para que la plata que generan los trabajadores no vaya a los patrones y a la deuda externa, sino a saldar la deuda social que queda pendiente con millones de argentinos que componen nuestro pueblo trabajador. |
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