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Nueva ley kirchnerista¿Sirve para mejorar la educación?En medio de la grave crisis que atraviesa la educación, el gobierno propone una nueva ley nacional. Como en toda su política, dice una cosa y hace otra. Este proyecto, en realidad, no da marcha atrás con la ley federal (LFE) menemista, sino que mantiene los contenidos y avanza en los objetivos de privatizar la escuela pública. La fuerte lucha de la comunidad educativa en todo el país contra la LFE durante trece años (al punto que en algunas provincias y en la Capital Federal los gobiernos no lograron implementarla) y las muestras contundentes que su aplicación generó: destrucción y privatización del sistema educativo, los índices más altos de deserción escolar y analfabetismo de la historia, miles de docentes y auxiliares bajo la línea de pobreza, pusieron en el orden del día la tarea de cambiar el rumbo educativo. Parece irónico que los mismos personajes que fueron defensores a rajatabla de la LFE, como Filmus, Puiggrós, los dirigentes de CTERA, FUA, etc., ahora sean fanáticos de este proyecto kirchnerista. Pero es coherente. Ya que no es un “mea culpa” y dar marcha atrás con el desastre, sino que se busca profundizar en los aspectos que no pudieron implementar, centralmente la privatización del sistema educativo. En ese mismo sentido avanza la Ley de Financiamiento, ya que permite que la inversión sea no sólo del Estado sino también de las grandes empresas (Banco Río, Clarín, IBM, La Nación, Techint y Telecom, entre otros). O la ley de escuelas técnicas y las reformas provinciales. Atentarán contra el Estatuto del Docente y los convenios laborales y provocará lo que pasó en ferrocarriles, petróleo, teléfonos: privatización del conocimiento y mayor decadencia educativa para la mayoría del pueblo, grandes ganancias para las empresas, pérdidas para el país.
Nosotros proponemos una nueva ley que anule las anteriores, vuelva a los principios de la 1.420 de Sarmiento, garantizando una escuela pública, estatal, gratuita, laica y científica y un único sistema educativo nacional al servicio de los trabajadores y el pueblo. Lo primero que debe determinar esa ley es el inmediato aumento del presupuesto hasta cubrir las necesidades educativas. Eliminar los subsidios a la educación privada, que hoy se lleva el 15%, y pasar al Estado las escuelas privadas que por carecer de subsidio no puedan sostenerse. Dado el inmenso superávit fiscal hay condiciones de triplicar la inversión real en educación, sin necesidad de ninguna inversión privada. Esto es lo que el gobierno no quiere, sino que pretende que repartamos la miseria o entreguemos la educación a las empresas. También hay que quitarle el control de la educación al consejo federal integrado por los ministros, la Iglesia, la UIA, la Sociedad Rural y las multinacionales. Debe ser controlada por docentes, estudiantes y padres, quienes debemos generar un debate y control permanente sobre todo lo vinculado al sistema educativo. El gobierno se la pasa haciendo reuniones con los empresarios y la iglesia para consensuar su proyecto, pero quiere darle a los docentes ¡un día! para debatirlo. ¡No hay nada que discutir con la patronal y el clero! Un verdadero debate democrático debe partir de los propios trabajadores de la educación. La conducción Celeste de Yasky debería estar impulsándolo, así como la elaboración de propuestas desde las bases docentes, en vez de avalar y apoyar vergonzosamente la política del gobierno.
Además, no es posible una educación digna sin una firme defensa de los derechos laborales de los docentes y auxiliares. Hoy nuestros salarios están por debajo del nivel de pobreza. En estas condiciones, sumado a la creciente precarización laboral y el desastroso estado de las escuelas, ninguna ley puede servir para cambiar la educación. Llamamos a rechazar el proyecto kirchnerista, a organizarnos para debatirlo y a apoyar las luchas de los docentes por el salario y de la comunidad educativa por la infraestructura escolar. Hay plata y condiciones para que la Argentina vuelva a tener una educación digna, que sea ejemplo latinoamericano. Con la lucha de la comunidad educativa y tomando el ejemplo de los estudiantes chilenos y franceses, de los padres, docentes y alumnos de Buenos Aires que están tomando escuelas, podremos lograrlo. Estas son algunas de las propuestas de Docentes en Marcha. |
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