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Salario mínimo de $800Otra agachada de la CGTFinalmente, el Consejo del Salario acordó elevar el mínimo, vital y móvil, de 630 a 800 pesos. Ese aumento ni siquiera llega a los $857 que el propio gobierno considera “canasta de pobreza” (mínimo al que debe acceder una familia para literalmente no morirse de hambre). Encima, se otorgará en cómodas cuotas: aumentará a $760 en agosto, luego $780 en septiembre, y recién se arribará a los $800 en el mes de noviembre. Es un triunfo en toda la línea de los grandes empresarios, votado en forma conjunta por los trece representantes de la CGT, los cinco de la UIA y cinco entre representantes de los bancos, cámaras de la construcción, comercio, Bolsa y servicios. Hubo cinco votos en contra (tres de la CTA, uno de la asociación de pequeños y medianos empresarios y uno de la Federación Agraria) y cuatro abstenciones. Nos detenemos en el resultado de la votación para que podamos ver la composición del propio consejo: un engendro entre gobierno, patronales y burócratas sindicales, que cocinan todo a espalda de los trabajadores.
Lo de la CGT es una traición. Aceptó un aumento miserable, que sea en cuotas y que no se discuta nada más, ni siquiera el aumento de las asignaciones familiares. También acordó garantizar que no se hablará más del tema salarios hasta marzo del año que viene, un preanuncio de que piensa traicionar todas las luchas que aparezcan en los meses venideros. Con respecto al planteo de reclamar un salario igual a la canasta familiar -que según estudios de la CTA hoy alcanzaría los $2.200 pesos, y según la propia CGT $1.900-, Lingieri sostuvo que eso no se podía reclamar porque eran “utopías setentistas”. Esta es otra agachada, que se suma al techo salarial del 19% que acordaron con el gobierno en las paritarias. Así la CGT impide, una vez más, que los ingresos puedan acercarse a la inflación, que se come día a día el poder adquisitivo del bolsillo popular. La CTA, por su parte, dice que se opone, ¿pero propone acaso alguna movilización o plan de lucha? Pidió los $857 de la canasta de pobreza para ir “acercándose” de a poco a la canasta familiar. ¿Para acercarse cómo?, ¿con qué medidas de lucha?, ¿en cuánto tiempo? La inacción es la única respuesta a que nos tienen acostumbrados sus máximos dirigentes. Lo que queda claro es que los que se dicen “representantes de los trabajadores” terminaron aceptando la propuesta de los empresarios. Una agachada más. Sobre 10 millones de trabajadores, se calcula que este incremento tiene incidencia en sólo 770.000, que son los que todavía estaban por debajo del mínimo. Pero habrá otro sector que, obviamente, se queda afuera: son los 4.500.000 trabajadores en negro que ganan en promedio $440. El cinismo del ministro de Trabajo, Carlos Tomada, no tiene límites, ¡llegó a decir que el monto acordado también era obligatorio para los “trabajadores en negro”! Le miente a la sociedad, ya que ni siquiera hay inspectores para garantizar los derechos mínimos de esta parte de la clase trabajadora. El trabajo esclavo en las textiles de Capital lo prueba de cuerpo entero. La CGT debería haber exigido el blanqueo inmediato de todos, bajo amenaza de clausura o expropiación al empresario que viole dicha norma. Pero asintieron en silencio a los dichos del ministro.
Si hay una coyuntura en que no quedan excusas para otorgar aumentos mayores es ésta. Hay crecimiento económico y las empresas están ganando como nunca. También el Estado tiene superávit en sus arcas. Esta semana muchos funcionarios del Ministerio de Trabajo decían por abajo a los medios que “está prohibido hablar de aumento a jubilados, a estatales, planes sociales o asignaciones familiares”. ¿Por qué? Muy fácil; en agosto vencen 3.441 millones de dólares de la deuda externa y Kirchner quiere pagarlos sin sobresaltos. Mientras tanto, la “distribución de la riqueza” anunciada por el presidente se transforma en pura charlatanería preelectoral en camino a la reelección. La realidad es que con este acuerdo miserable el gobierno quiere “cerrar” hasta el año que viene el tema salarial.
Es cierto que en estos años hubo trabajadores que consiguieron romper el techo del 19%. Pero fue porque lucharon fuerte, con dirigentes combativos y democráticos al frente, como los ferroviarios de TBA y el Subte. Hay que repudiar este nuevo acuerdo, impulsar asambleas donde se puedan realizar y exigir a los sindicatos que convoquen a plenarios de delegados para romper el techo y la tregua de la CGTCTA, para luchar por un salario igual a la canasta familiar, la inmediata efectivización de todos los trabajadores en negro y terminar con la tercerización, al mismo tiempo que apoyamos y coordinamos todas las luchas que van en esta dirección. |
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