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Escribe:
Guillermo Sánchez
A Ibarra lo salva la justicia kirchnerista
El lunes, miles de sobrevivientes y familiares de las víctimas de Cromañón sufrieron un duro golpe. La jueza Crotto decidió sobreseer al ex jefe de gobierno de Buenos Aires, Aníbal Ibarra, en una de las causas que se le imputa, mal desempeño de funcionario público, sin haberse dignado a citarlo, cuando ya pasaron 20 meses de la masacre. Sólo la movilización popular podrá imponer justicia.
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Ibarra fue sobreseido mediante un fallo político |
José Guzmán, papá de Lucas y dirigente de A.V.I.S.AR., nos dijo: “esta decisión muestra la caradurez de la jueza Crotto, la total dependencia de la justicia con el poder político, con el sistema. Esta es la verdadera cara de la justicia kirchnerista. Impunidad para los poderosos, cárcel para los pobres. ¡Hasta lo dijo Carmen Argibay (jueza de la Corte Suprema), ´aquí sólo se encarcela a los ladrones de gallina‘!”. Y tiene toda la razón.
La indignación corrió rápidamente entre los familiares, que cortaron la calle de tribunales y marcharon a la legislatura ese mismo día. La policía cercó la sede de gobierno y golpeó a madres y jóvenes que quisieron mostrar su bronca. Al día siguiente se hizo un acto frente a tribunales, repudiando el dictamen.
Los abogados de diferentes grupos de familiares propusieron apelar, hasta en cortes internacionales. Pero como bien dicen los jóvenes de A.V.I.S.AR. “aquí si no se mueve el pueblo, si no mostramos nuestra indignación masivamente, va a triunfar la impunidad. Fue con movilización que logramos su destitución, será con movilización que impondremos justicia”.
Un fallo político para tratar de resucitar a Ibarra
Los fundamentos del dictamen (ver recuadro) son increíbles. La jueza explica la necesidad de “poner fin a la incertidumbre” política de Ibarra, es decir que pueda definir ya su candidatura a algún cargo para las elecciones del 2007. ¡No le importa la incertidumbre de los familiares que no ven justicia y sí que avanza la impunidad! Muestra el carácter político de la medida, ante una centroizquierda que pierde espacio político en la Capital y necesita medir en las encuestas a Ibarra, a ver si le sirve a Kirchner para sumar votos en una lista de diputados.
Además, dice que Ibarra no puede ser castigado porque él había “descentralizado” el poder de control en sus subordinados, y que “no sabía lo que pasaba, mal puede ser responsable”. ¡Es increíble! Ibarra no estaba obligado por ley a “descentralizar”. Lo hizo para poner a sus amigos y los amigos de su hermana, que eran totalmente inoperantes y coimeros. Guzmán nos dijo “yo tomo un trabajo de construcción y cobro por hacer un baño. Como no sé de electricidad, subcontrato otra persona. Si este hace todo mal, se incendia la casa. ¿Yo no tengo ninguna responsabilidad porque “delegué” el trabajo a otro? ¡Es absurdo!”
La jueza, además, miente, porque está comprobado que Ibarra respondió al menos a 8 de las 35 advertencias que le hicieron sobre las malas habilitaciones, los peligros de incendio, varias de ellas de la Defensoría del Pueblo. ¡Sabía, pero no movió un dedo! ¡Si eso no es mal desempeño, qué es!
Ibarra quiere volver sobre las cenizas de Cromañón
Presuroso y sin respetar el dolor de las víctimas, como siempre hace, Ibarra salió a contraatacar reclamando por su destitución y postulándose a un nuevo cargo electoral. Que no se confunda. Que la jueza Crotto no lo cite ni siquiera como testigo de una masacre, no quiere decir que el pueblo se olvide y no es un cadáver político. Además aun está imputado por cohecho (coimas) y por abandono de personas. Y así como fue destituido por la movilización social que acompañó a los familiares (no por el accionar “de la derecha”, como a él y a su abogado Strasera les gusta acusar), la misma movilización será el motor que mantendrá viva la llama de la lucha por justicia por los chicos de Cromañón.
Un dictamen lamentable
La Jueza Crotto dictaminó: “son insuficientes los elementos de prueba contra Aníbal Ibarra”; “hay que poner fin a la incertidumbre jurídica de quien resulta imputado, aun cuando no se dispusiera la declaración indagatoria del nombrado, por no darse el grado de sospecha para ello”. ¡Crotto ni siquiera consideró citarlo a declarar! ¡Ibarra fue destituido y está plagado de denuncias, pero a Crotto ni eso le generó sospechas!
“Había organismos internos en los que estaban delegadas las funciones de control”; Ibarra “no debía encargarse en forma personal del control sobre la actividad en locales bailables”; “consecuentemente no podrá reprochársele injusto penal alguno”.
A partir de ahora, lo primero que deben hacer los funcionarios corruptos es “delegar” responsabilidades en sus subalternos. Así, pase lo que pase, un nuevo Cromañón en trenes, subtes, escuelas, etc., tienen garantizada su inocencia.
“Lo que no sabía Aníbal Ibarra, en tanto no tenía razón suficiente para dudar o creer lo contrario, era que en relación a los locales bailables sus subalternos se comportaban dolosamente”. Ibarra lo sabía por dos vías: por las denuncias que recibió y hasta respondió. Y porque sus funcionarios coimeros eran amigos personales
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