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Joven discapacitada violadaVergonzosa negativa al derecho al aborto
El fallo judicial para que la joven de 19 años discapacitada y violada pudiera realizarse un aborto, llegó “tarde”. Así, la supuesta autorización terminó convirtiéndose en una prohibición de hecho. La Corte Suprema Bonaerense dejó en los médicos la última palabra, quienes se negaron a practicar el aborto argumentando que se habían cumplido 20 semanas de embarazo (simple artimaña no científica: la Organización Mundial de la Salud sostiene la viabilidad del aborto hasta las 22 semanas completas de gestación y en Suecia se realizan abortos en los hospitales públicos hasta la semana 27). Ahora, la joven tendrá que soportar un embarazo no deseado mientras el violador ni siquiera fue procesado. Son las consecuencias de ser mujer, discapacitada, pobre e intentar apelar a la justicia para ejercer un derecho. Todos hablan... La jueza Inés Siro fue la primera en retrasar la situación al actuar de oficio impidiendo el aborto, basándose en su formación “jurídica y cristiana”. Luego, la Cámara Civil de la Provincia de Buenos Aires, sostuvo el fallo argumentando el derecho del niño por nacer, supuestamente planteado en el Pacto de San José de Costa Rica sobre los Derechos del Niño, que a renglón seguido afirma el derecho de las mujeres de decidir sobre su maternidad. Hasta el propio rector de la Universidad Católica Argentina no se cansó de predicar el horror por la muerte de un inocente. Lo cierto es que nadie se preocupó por la vida de la joven violada, quien sólo reclamaba el cumplimiento de su derecho que figura como excepción no punible en este caso de aborto, en el artículo 86 de Código Penal, Inciso 2. Ya no sólo el Ministro de Salud Ginés González García se manifiesta “indignado” por esta realidad, sino que hasta el propio gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Felipe Solá, lo acompaña en las declaraciones. Pero detrás de tantas palabras de indignación, dos mujeres mueren por día en nuestro país por abortos clandestinos, sin que ellos hayan hecho nada para que cambie. La clave está en las palabras de la Senadora Cristina Kirchner quien aseguró el año pasado que durante la gestión de su marido, no se legalizará el aborto. Datos de un genocidio evitable Poco más del 25% de la población vive en países con leyes restrictivas respecto del aborto, sobre todo en las regiones más pobres del mundo como América Latina, África y Asia. Según la propia ONU, si los métodos anticonceptivos modernos estuviesen a disposición de las mujeres del mundo, se salvarían un millón y medio de vidas cada año y se evitarían 52 millones de embarazos no deseados. Esto, a su vez, impediría unos 23 millones de abortos provocados, 23 millones de nacimientos no deseados, 1,4 millón de muertes de niños, 142.000 muertes relacionadas con embarazos, y que medio millón de menores pierdan a sus madres. En nuestro país, la lucha de las mujeres por la legalización del aborto se ha convertido en una necesidad que cada vez toman más mujeres y hombres, animándose a romper con la doble moral que imponen la Iglesia Católica y el Estado. Debemos pelear también por educación sexual en las escuelas y por el acceso gratuito a los anticonceptivos ¡Qué no haya ni una muerte más de mujeres pobres por abortos clandestinos! Más que nunca hay que seguir luchando por: “Educación sexual para decidir. Anticonceptivos para no abortar. Aborto legal para no morir” |
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Izquierda Socialista en Internet: |
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