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¿Qué hay detrás de la pelea Kirchner-Alfonsín?La semana pasada el presidente Kirchner y el ex presidente Raúl Alfonsín se trenzaron en una discusión sobre lo que cada uno hizo o dejó de hacer en la dictadura y ante el genocidio. La pelea encubre una puja electoral en la que ninguno de los dos tiene propuestas para los cambios de fondo que necesitan las mayorías populares. Hace falta un frente de izquierda.
Kirchner dijo: “Cuando Alfonsín dice que luchó contra la dictadura no sabía dónde estaba yo…, él sabe cómo fuimos perseguidos, porque no teníamos amigos militares que nos defiendan”. El presidente habla de persecución y, ciertamente, la hubo y despiadada contra trabajadores peronistas y la izquierda. Pero no precisamente contra políticos como él, que, muy lejos de vivir escondido en tiempos de la dictadura, llevaba una vida totalmente legal y comercial en Santa Cruz. A tal punto que amasó una fortuna en negocios inmobiliarios que se fue ampliando en los años cuando ocupó la gobernación de Santa Cruz. Su última declaración jurada afirma tener 24 propiedades (21 adquiridas en años de la dictadura), a las que se agregan otras cuatro de su esposa, Cristina Fernández, entre ellas tres terrenos que suman cinco manzanas en El Calafate, declarando el presidente recibir 276.793 pesos anuales en concepto de alquileres. Por otra parte, Kirchner, que era dirigente peronista y gobernador en Santa Cruz, no se opuso a los indultos de Menem, como sí lo hizo en ese momento una minoría de dirigentes del PJ. Por su parte, Alfonsín dijo: “Mientras yo me jugaba en la época del Proceso, otros no aparecían y ahora critican…, y en la época de mi gobierno me volví a jugar”. Así el ex presidente intenta ponerse en un papel antidictatorial que jamás tuvo. Alfonsín tenía poderosos amigos militares, como el ex ministro del Interior de la dictadura, general Albano Harguindeguy. No se conoce que Alfonsín haya sufrido persecuciones. Fue el pueblo trabajador el que volteó a la dictadura y no Alfonsín que junto con la Multipartidaria, incluyendo al PJ, sostuvo a Bignone, el último jefe del Proceso, durante más de un año después de Malvinas. Y cuando fue presidente, si bien se vio obligado por la presión popular a posibilitar el juicio a las juntas, se ocupó de dejar libres al 90% de los genocidas con la Obediencia Debida y el Punto Final. En una reciente entrevista reconoce que sus famosas frases “la casa está en orden” y “felices pascuas” fueron para que los miles movilizados no fueran a Campo de Mayo a castigar a los milicos alzados, sino que se fueran a sus casas. ¿Qué hacen ahora Kirchner y Alfonsín? Alfonsín fue el de la hiperinflación y las leyes de impunidad. Kirchner, parte del PJ que gobernó con Menem, apoyó las privatizaciones y decretó los indultos. Ahora el actual presidente habla de cambios, pero los éxitos económicos con el superávit no se traducen en soluciones a los graves problemas de trabajo, vivienda, salud, educación, salario y jubilaciones. Habla contra el menemismo pero no se tocaron las privatizaciones esenciales de los ’90. Habló contra el FMI, pero le pagó de contado la deuda, y ahora la ministra Miceli se desayuna con que “sigue siendo una carga muy pesada”. Habla de justicia social, pero la desigualdad social es una de las más grandes de la historia. En la polémica, Alfonsín critica al presidente pero eligió de candidato a su ex ministro de Economía, salido de su riñón, Roberto Lavagna. Kirchner critica a Alfonsín pero pactó con los radicales K, los mismos que acompañaron el desastroso gobierno de De la Rúa-Cavallo. Pura pirotecnia electoral. Por un frente de izquierda Soluciones hay. Cuando Evo Morales decretó la nacionalización del petróleo, una ola de simpatía recorrió nuestro país. Hoy la mayoría de la población está por reestatizar YPF, los ferrocarriles y demás privatizadas. Pero el único sector político que pelea por eso es la izquierda. La única alternativa para lograr cambios de fondo a favor de la clase trabajadora son los luchadores y la izquierda, que venimos luchando desde la propia resistencia a la dictadura y luego contra todos los gobiernos radicales y justicialistas; por salario, educación, salud, el no pago de la deuda externa, nulidad de los indultos y tantas otras urgentes medidas. Desde el MST-El Socialista venimos llamando a la unidad de la izquierda bajo un programa común a acordar. Para eso hicimos el lanzamiento de la precandidatura presidencial de Patricia Walsh. Otros sectores comparten esta postura, como el MST-Unite, figuras independientes como Claudio Katz, dirigentes sindicales, estudiantes y sociales que ya han manifestado su apoyo a la precandidatura de Patricia. Llamamos al PO, MAS, PTS y demás partidos de izquierda a sumarse. Al PC a que abandone su política de apoyo a la centroizquierda y vuelva junto a la izquierda. Hay que lograr una fórmula única de la izquierda para enfrentar en las elecciones de 2007 a los viejos políticos y el doble discurso kirchnerista. |
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