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Caso López: exijamos al gobierno
¡Aparición con vida ya!
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Se acaban de conocer los fundamentos de la sentencia en el juicio al genocida Miguel Etchecolatz. Lo más importante para quien fue la mano derecha de Camps y el criminal de la Noche de los Lápices no fue sólo su condena a reclusión perpetua, sino que el tribunal consideró que los delitos que cometió están enmarcados dentro de lo que fue el “genocidio” perpetrado en 1976. Un reconocimiento histórico, ya que ese crimen de lesa humanidad ni siquiera está contemplado en el Código Penal.
Por otra parte, la semana pasada se dio a conocer que otro hijo de desaparecidos recobró su identidad. Pasos muy importantes en la lucha contra la impunidad que el pueblo argentino vino tejiendo a lo largo de varias décadas.
La desaparición del testigo Jorge Julio López de su domicilio en La Plata, hace más de una semana, tiene conmocionada a gran parte de la población. La comitiva presidencial, en medio de tantos elogios que recibía y propinaba a empresarios yanquis en Nueva York, se empezó a preocupar por la noticia. No es para menos. El presidente, que habla y habla en defensa de los derechos humanos -haciendo creer que se pueden saldar cuentas con el pasado tomando sólo medidas cosméticas como descolgar el cuadro de Videla-, comprobó que no le será fácil seguir usufructuando ese doble discurso si no se toman medidas de fondo que, por supuesto, no están ni nunca estarán en su agenda de gobierno. Este hecho precisamente muestra a las claras que no habrá Verdad y Justicia si no se va a fondo contra los verdugos, anulando los indultos a los genocidas, enviando a la cárcel común y efectiva a todos los represores de ayer y de hoy, y esencialmente desmantelando la policía corrupta y represiva sindicada como la responsable de esta siniestra venganza. “Subile, subile más”, había declarado López, recordando la voz de Etchecolatz pidiendo que le aumenten el voltaje de la picana con la cual lo estaba torturando. López, además, detalló con lujos y detalles -a pesar del tiempo transcurrido, su enfermedad y sus largos 76 años-, cómo fusilaban a una pareja amiga en aquellos años de plomo. Todo dicho frente a su verdugo, sabiendo que con ello lo estaba enviando tras las rejas por el resto de su vida.
Mucha presión junta para este ex albañil al tener que recordar todos estos hechos violentos e impunes durante tantos años. Profesionales que estudian estos casos -como la desaparición de López-, argumentan que la misma pudo obedecer a un “estrés psicológico” o “shock postraumático”. Pero la versión que por estas horas está adquiriendo más entidad es la hipótesis de que ha sido víctima de una desaparición forzada ejecutada por personal policial o parapolicial. “Una más, la más grave, pero no la primera, de las amenazas e intimidaciones que hemos recibido durante todo el proceso judicial…”, declaró Adriana Calvo, de la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos. Amenazas que se vinieron produciendo en la misma ciudad de La Plata cuando tiempo atrás, por ejemplo, la hija de Hebe de Bonafini sufrió agresiones; el frente de la casa de Estela Carlotto fue baleado por personal nunca identificado, o fuera agredida en Córdoba la presidenta de Abuelas, Sonia Torres.
Una prueba más que asevera esta última versión fue el anuncio del propio gobernador Felipe Solá, de disponer la jubilación anticipada de unos sesenta efectivos de la Bonaerense que durante la última dictadura cumplieron tareas en centros clandestinos de detención. ¡En vez de ordenar su inmediata detención para juzgarlos y castigarlos, los premió con una jubilación! “No fueron echados porque hasta hoy no hay elementos en su contra… no tienen imputaciones y estaban en ese momento actuando en cumplimiento de su deber”, señaló el gobernador kirchnerista, para quien, que hayan actuando en la represión, no son “pruebas suficientes”. ¡Quiere decir que si no seguimos luchando por el desmantelamiento total de las fuerzas represivas, estos gobiernos sólo se dedicarán a tomar medidas cosméticas para seguir engañando a la gente!
Si como vienen reclamando algunos organismos de derechos humanos y la izquierda se hubiese desmantelado todo el aparato represivo enviando a la cárcel a todos aquellos que ejecutaron y fueron cómplices de la dictadura, ya sean civiles o militares, estas cosas no podrían estar ocurriendo hoy a treinta años del genocidio.
El gobierno hace gala al señalar que ya hizo purgas policiales. Pero muchos de los jefes desplazados de la Bonaerense, los denominados “sin gorra”, al no ir a la cárcel, son los que ahora prestan servicios haciendo seguridad en los actos de Blumberg o “trabajando” en un verdadero ejército de seguridad privado para cuidar a familias ricas que pueden pagar por sus servicios, mientras la inseguridad la siguen sufriendo centralmente los trabajadores y los sectores más humildes de la población.
La respuesta no se ha hecho esperar. ¡Aparición con vida ya para Julio López!, es el reclamo de hoy ante el gobierno. Es lo que se gritará este miércoles en la marcha a Plaza de Mayo convocada por decenas de organizaciones, entre ellas organismos de derechos humanos, de desocupados, estudiantiles, sindicales como la CTA y partidos políticos, esencialmente de izquierda. Grito que también se escucha en movilizaciones similares protagonizadas en Rosario, Mar del Plata, Neuquén, incluso en algunos lugares del mundo, como Barcelona.
A su vez, hay que luchar por el total y absoluto desmantelamiento de todo el aparato represivo, cárcel a todos los genocidas y a todos los represores de ayer y de hoy enquistados en las fuerzas policiales, la SIDE y demás servicios especiales y de inteligencia.
Marchemos en todo el país para que aparezca López sano y salvo, señalando claramente como responsables, además de la mano de obra desocupada, al gobierno nacional y provincial por dejar a las fuerzas policiales llenas de genocidas y represores, tal como lo denuncia el documento que se leerá en Plaza de Mayo.
La movilización popular marca el camino. En caso de que López no aparezca inmediatamente, hay que preparar nuevas acciones y una gran movilización nacional. Hay que reclamar que, junto a la CTA y al resto de las organizaciones, se sume la CGT, que aún no se ha pronunciado. Hay que torcerle el brazo a la impunidad. O ganan ellos o ganamos nosotros. Mostremos una vez más que con unidad y lucha se puede triunfar.
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