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Para salvar al Hospital FrancésQue el Estado se haga cargo
Tal como lo venimos reflejando, trabajadores y afiliados del Francés estamos encarando una dura lucha en pos de salvar una institución de alto nivel medicinal y humano. Este conflicto que lleva casi un año está atravesando un momento muy difícil. Hoy, trabajadores y afiliados no logramos respondernos cómo es que una institución como ésta, que tuvo más de 150 mil afiliados y más de 1.500 empleados, ha sido reducida a una salita de primeros auxilios, teniendo prestigiosos profesionales, complejísima aparatología, gran capacidad hospitalaria y un personal que se niega a bajar los brazos. Lo cierto es que este vaciamiento del Francés es parte de un proyecto con el que se pretende continuar haciendo de la medicina un jugoso negocio. La situación del hospital muestra desgraciadamente el mismo camino que siguen otras instituciones como el hospital Alemán o el Español (entre muchos otros). ¿Cuál es el negocio? El Francés, como muchas otras instituciones, ha sufrido un vaciamiento escandaloso perpetuado por sus últimas comisiones directivas, algunos jefes médicos y la prepaga Provincia Salud, a través de la venta de afiliados, tercerización de servicios y sobrefacturación. La asociación francesa de beneficencia terminó siendo un activo a beneficio de unos pocos tránsfugas. Pero el negocio no termina ahí. Una vez realizado el vaciamiento, queda vender las ruinas. Una compañera del servicio de traumatología lo explicaba así: “Lo que quieren hacer es concentrar la atención médica en dos edificios, reducir un 60% el personal, agregarnos horas de trabajo, más funciones, reducirnos por lo menos un 30% del sueldo y deshacerse de los viejos que generan más gastos que ganancia… después lo venden por 15 pesos al primero que los ofrezca, porque con todo ese achique el hospital puede volver a ser un negocio redituable. De esta manera el Estado recuperaría con la venta del centro médico lo poco que pudo haber invertido…” Una oportunidad única Cualquiera que necesite ser atendido en un hospital público comprueba el estado de emergencia sanitaria que sufre. Faltan equipos y personal, y sobran pacientes. Muchas de estas falencias podrían ser tranquilamente satisfechas si el gobierno tomara la decisión de hacerse cargo del Francés y aprovechara la aparatología, la infraestructura y el personal para que éstos brinden servicios abiertos a toda la comunidad. Pero el gobierno no está de acuerdo con estatizar. Es decir, Kirchner (y también Telerman), que dice defender los derechos humanos, desconoce a la salud pública como uno de esos derechos fundamentales; al gobierno, que dice querer bajar los índices de desocupación, no le importa que 1.500 personas quedemos en la calle; un gobierno que repudia negociados de unos pocos en perjuicio de las necesidades de unos miles; un gobierno que había prometido no mirar para un costado ante el problema, trabaja a través de su interventor para avanzar en un plan de achique para poder venderlo y desligarse completamente del problema, perdiendo una oportunidad para comenzar a paliar la emergencia que sufre la salud pública. Claramente, lo que falta es la decisión política con la que se deje de destinar plata para la deuda y se destine para la salud, estatizando el hospital y poniéndolo a funcionar bajo control de sus trabajadores y usuarios. Esa es la forma de salvar esta entidad al servicio de brindar salud para quienes la necesitan. |
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