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Cristina se reunió con dirigentes sionistas¿Antisemitismo o justa condena a Israel?
Luciendo sus mejores galas, con el detalle de cartera y zapatos rojos, Cristina Kirchner se reunió con dirigentes sionistas en Nueva York. Según éstos, y la mayor parte de la prensa, fue para dar explicaciones sobre el “antisemitismo” en la Argentina. Pero el reclamo central de estos sionistas norteamericanos, y la respuesta de Cristina Kirchner, fueron totalmente distintos de una condena a alguna forma de racismo. El encargado de hablar con la prensa al final de la reunión, el vicepresidente de la Bnai Brith, Daniel Mariaschin, lo expresó claramente: “Somos críticos y nos preocupa cada vez que se demoniza a Israel. Consideramos que eso es antisemitismo, por eso expresamos nuestra preocupación”. La respuesta argentina fue de igual tema: “La primera dama… condenó los actos contra Israel” (La Nación, 22-9). Es decir, las pintadas que se registraron en la Facultad de Filosofía y Letras de esta Capital, que merecieron la denuncia de dirigentes sionistas y generaron tanta polémica, fueron precisamente denuncias de agrupaciones estudiantiles y políticas al genocidio que practica el Estado de Israel contra palestinos y libaneses. La misma denuncia se hizo en manifestaciones callejeras de la comunidad islámica y diferentes corrientes de izquierda. Si esto es “antisemitismo”, según esa particular lógica sionista, condenar los crímenes nazis equivaldría a “racismo anti alemán”. Por cierto que la campaña, en la que se embarcaron medios argentinos, principalmente La Nación, también mostró cruces esvásticas pintadas en el barrio de Belgrano por algún trasnochado nazi. Pero esas pintadas, que son repudiadas por la inmensa mayoría de la sociedad argentina, son hechos marginales. La Nación contribuye con la amalgama informativa que identifica a Israel con los judíos en general y a cualquier crítica a Israel con “antisemitismo”. En cambio, cuando la dictadura hizo desaparecer a 30.000 argentinos, de los cuales 1.500 fueron judíos, el Estado de Israel miraba para otro lado y le vendía armas a Videla. De la misma forma Israel fue amigo del régimen de Somoza, del apartheid racista blanco de Sudáfrica y ahora de Bush. Pero no se trata sólo de hechos del pasado. El Estado de Israel es culpable del bombardeo del Líbano con el asesinato de 1.500 civiles y de haber convertido a Gaza en el campo de concentración más grande de la historia, con 1.400.000 palestinos condenados al hambre, sed, destrucción de sus casas, fuentes de agua y usinas. Los dirigente sionistas igualan esa barbarie con las pintadas en Buenos Aires. Realmente, Goebbels, jefe nazi, teórico de la mentira, no lo hubiera hecho mejor. Se pretende echar tierra en los ojos del pueblo argentino que, como la mayor parte de la humanidad, repudia en su inmensa mayoría a los crímenes genocidas cometidos por el Estado de Israel aliado a Bush. Lo indignante es que, además, el gobierno de Kirchner se haga cómplice en los hechos de semejante campaña de falsas denuncias para encubrir el genocidio contra el pueblo palestino. |
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