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Hebe de Bonafini se vuelve a equivocar
Hebe de Bonafini se reunió con el presidente Kirchner el jueves 28 de septiembre. Al salir de la reunión brindó una conferencia de prensa en la Casa Rosada sobre el caso López, diciendo: «Para nosotros, (López) no es un típico desaparecido. López no fue militante, hay que investigar su trayectoria, vivía en un barrio de policías, su hermano era policía (...) no fue un testigo clave». Puso en duda de que fuera un desaparecido y afirmó su creencia de que es una “maniobra contra el gobierno nacional”. La declaración sorprende, y a su vez indigna, mucho más por venir de ella. Bonafini tiene un lugar histórico indiscutible ganado por su lucha en defensa de los derechos humanos. Pero desde hace años empezaron a manifestarse profundas diferencias con ella entre otros organismos y la izquierda. Se opuso, por ejemplo, a la enorme marcha contra los indultos de Menem realizada en 1992, en la que participaron 150.000 personas. Y todos los 24 de marzo no participa en las marchas masivas a Plaza de Mayo. Ahora, desde que asumió Kirchner, apoya todas las políticas del gobierno con el argumento de que “este presidente es distinto y defiende los derechos humanos”. No coincidimos. Sobran pruebas de que los discursos de Kirchner no coinciden con la realidad. Lo criticable es que Hebe efectúe estas declaraciones contra López para salvar al presidente. Hasta Estela Carlotto, que también apoya al gobierno, afirmó que era totalmente equivocado lo que dijo Bonafini. Poner en duda a la víctima de un hecho como éste, es algo que hizo sistemáticamente la dictadura. López fue un desaparecido y ahora volvió a serlo. Tratar de descalificar a López con el argumento de que “no fue militante” (como si fuera un “título” que concede Hebe) y de que “tiene parientes policías” o que vive en un “barrio de policías”, es una afirmación indignante. Miles de los 30.000 desaparecidos no militaban en ninguna organización y otros sí lo hacían, pero todos fueron igualmente víctimas del terrorismo de Estado. Por otra parte, vivir en un supuesto “barrio de policías” (lo cual además es falso), o tener parientes policías, no lo convierten en un provocador policial, como sugiere Bonafini. Lo más grave de todo es que los dichos de Hebe apuntan a desmovilizar. El gobierno utiliza la autoridad de Hebe para dejar el mensaje de que “no ha pasado nada” y que no hay que movilizarse. Esto es lo peor, porque la movilización es lo único que puede frenar el accionar de grupos fascistas como el que, muy probablemente, hizo desaparecer a López. “Le quieren tirar un muerto al presidente”, dice Hebe. Si López aparece muerto es un mensaje para la lucha popular, no para Kirchner. En momentos en que todos los defensores de los derechos humanos debemos estar unidos para impulsar la movilización para que aparezca López y se castigue a los culpables, Hebe siembra dudas, divide y desmoviliza. |
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