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¿Por qué no se aplica la Ley de Abastecimiento?El negocio del gasoilEl gobierno vuelve a amenazar con aplicar la Ley de Abastecimiento. Ahora es el turno de las petroleras, a las que se les exige que garanticen la demanda de gasoil. ¿No será una cortina de humo para tapar la nueva ley que las exime de pagar impuestos?
El miércoles pasado tuvimos una de las demostraciones más claras del doble discurso del gobierno. Mientras se terminaba de aprobar una ley que otorga a las petroleras innumerables beneficios impositivos (ver recuadro), el gobierno copó los noticieros con la amenaza de aplicar la Ley de Abastecimiento, que habilita a multar, clausurar y hasta encarcelar empresarios si no se garantiza la demanda de gasoil. Pero Kirchner no pudo tapar con su puesta en escena dos cuestiones obvias. La primera es que el gobierno dijo durante todo el año que no habría problemas con el abastecimiento de combustible, y ahora tuvo que reconocer que hay varias provincias en donde el gasoil “desapareció” de las estaciones de servicio. La segunda es que, mientras les sigue otorgando privilegios a sus petroleras amigas (Repsol por sobre todo) no logra sin embargo que se le garantice lo mínimo: abastecer la demanda sin problemas. La respuesta de las petroleras Repsol y Esso aumentaron este año sus despachos de gasoil. El problema lo tendrían Shell y Petrobras. Hasta ahora, la petrolera brasileña había puesto a la venta menos gasoil que el año pasado. Ahora dice que aumentará la oferta con la importación de lo que haga falta. El caso más conflictivo sería Shell, que viene enfrentando al gobierno después de que éste operara de hecho como testaferro de Repsol, cuando a principio de año llamó a boicotear los productos de la multinacional angloholandesa en beneficio de la española. Ahora Shell anunció que no está dispuesto a importar para “abastecer la demanda”. Pero éste no es el único problema: todo el circuito comercializador del gasoil es un inmenso negociado. Según un comunicado de la propia Secretaría de Comercio Interior, “el desequilibrio verificado entre la oferta y la demanda ha provocado que el mercado de gasoil se encuentre virtualmente sometido a especulaciones económicas de todos los sujetos activos del sistema”. Es que se ha generado un verdadero mercado negro donde esconden el gasoil para venderlo más caro a los distribuidores que lo revenden al agro y a los camioneros. Así lo colocan a 3 pesos, en vez del valor oficial de 1,5. ¿Se va a aplicar la Ley de Abastecimiento? Frente a este descontrol, el gobierno volvió a desempolvar la vieja Ley de Abastecimiento, exigiéndoles a las petroleras vender la misma cantidad de combustible que el año pasado, más un plus por lo que creció este año el producto bruto. Es la segunda vez que el gobierno amenaza con aplicar esta ley. La primera fue en abril pasado, en plena batalla por el tema de los precios de la carne. Pero “se llegó a un acuerdo”, los pulpos del sector siguieron ganando y la amenaza fue archivada. No podemos descartar ahora algún tipo de aplicación, sobre todo porque acá el enemigo es Shell, y el gobierno viene operando como un testaferro de su principal competidor, Repsol. Lo que sí podemos asegurar es que no habrá ninguna medida contundente contra todos los pulpos y sus manejos, ya que le pondría en riesgo su relación con la “comunidad internacional de negocios”. El discurso del gobierno es el mejor ejemplo de que se cuenta con los instrumentos legales necesarios para disciplinar a los grupos económicos. Si realmente se utilizara, la Ley de Abastecimiento sería una herramienta formidable para poner en caja a la inflación y cortar de raíz toda maniobra especulativa. Pero en el caso del gasoil, como en todo el tema energético argentino, el problema no se encuentra sólo en el circuito comercializador. Está en la exploración, producción y reservas. Y es irresoluble sin la reestatización de todo el negocio petrolero y gasífero, empezando obviamente por Repsol y creando una gran empresa estatal controlada por sus trabajadores. Se exime de impuestos a las petrolerasSe aprobó el miércoles pasado la “ley de incentivos impositivos para la exploración y explotación de hidrocarburos”. Durante un lapso de entre diez y quince años, las petroleras se beneficiarán con la devolución anticipada del IVA, la amortización acelerada de ganancias, la exención del impuesto a la ganancia mínima presunta y la libre importación de maquinarias y equipos. Podrá acceder al beneficio toda petrolera que “explore y explote” en asociación con Enarsa, tanto en el territorio continental como en la plataforma submarina. Tal como vinimos denunciando desde su lanzamiento, Enarsa se transforma así en el “testaferro” que esconde privilegios para los “verdaderos” jugadores del negocio petrolero, Repsol YPF en primer lugar. Es vergonzoso que uno de los sectores que, vía la devaluación y los altos precios internacionales, obtuvo ganancias récord en los últimos años, se vea beneficiado si “explora” después de haber sido el responsable de que nuestras reservas de gas y petróleo hoy estén tocando fondo. J.C. |
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