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Paro petrolero y cortes en GualeguaychúKirchner en problemasLas presentes horas que transcurren acaloradamente para los funcionarios que habitan la Casa Rosada les están generando una verdadera jaqueca colectiva. La huelga petrolera del Sur y los anunciados cortes por tiempo indeterminado contra las papeleras en Gualeguaychú son la razón de por qué hay un profundo malestar en el presidente Kirchner y sus ministros. Cristina Fernández, visitadora asidua a psicoanalistas que la ayudan a pasar de la euforia a picos depresivos con los menores sobresaltos posibles, según revelaron algunos medios por estos días, seguramente se encuentre en algún diván para poder sobrellevar de la mejor manera estos difíciles momentos para el matrimonio presidencial.
La huelga petrolera del Sur es tremenda. Se paró el 70% de la producción de petróleo y gas. Por primera vez desde que asumió el gobierno, a las 5 de la mañana del miércoles pasado, ya estaban las luces prendidas en la Casa de Gobierno. Se autoconvocaron los ministros Julio De Vido, Carlos Tomada y el jefe de Gabinete, Alberto Fernández. A las 7 arribó el presidente. Solos en la madrugada y sin nadie que les sirviera un té, se pusieron a descifrar lo que estaba ocurriendo en tierras patagónicas. Los pelos de punta también se vieron en las cabezas de Tabaré y Bachelet, ya que la Argentina provee de gas a Uruguay y Chile. Se les había cortado el chorro. La huelga puso en jaque el sistema energético, no para destruirlo como hacen las multinacionales que nos están dejando sin una gota de petróleo y gas, sino para recuperarlo. En este caso defendiendo lo más elemental: el salario obrero. Demostrando una vez más que, para producir, no son fundamentales los capitales, sino la imprescindible tarea que presta la clase trabajadora. Las petroleras que se llevan las ganancias en pala no invierten y nos están dejando sin reservas, mientras les siguen descontando el impuesto a las ganancias a sus obreros. Medio millón de trabajadores está en esas circunstancias en toda la geografía nacional. Una verdadera vergüenza. Justo cuando Kirchner y sus legisladores acaban de votar una ley eximiendo a las petroleras del pago de ese impuesto, el IVA y otras exenciones para que sigan saqueando nuestros recursos naturales impunemente.
Las negociaciones estaban trabadas. Tuvieron que salir a poner la cara los directivos máximos de Repsol YPF, Bridas, Petrobras y otras empresas contratistas. Parecía que había acuerdo cuando se firmó el primer papel. “La rúbrica pone fin al conflicto en todas sus bases, es un acuerdo de fondo de aplicación inmediata y se levanta la conciliación obligatoria”, dijo con voz de cura un funcionario del Ministerio de Trabajo. Pero las bases se rebelaron. Los dirigentes sindicales burocráticos creían que estaba todo solucionado. Los petroleros rechazaron las primeras propuestas, distantes de lo que pedían. “Desde las empresas comentaron que las bases no responden a quienes encabezan el diálogo en la cartera laboral y aseguraron que en Santa Cruz y Chubut la producción está parada” (Página/12, 19-11). Lo que parecía un final feliz se volvió a endiablar. Saltaron los jerárquicos, y en Neuquén los petroleros de la empresa Pride están exigiendo un salario de 4.500 pesos, “reclamo que pasó por encima de la conducción del sindicato de petroleros privados que encabeza Guillermo Pereyra” (Clarín, 19-11). Ante esto, la CGT, para exhibir algún logro sin haber hecho nada, intenta apropiarse de la lucha del Sur. Moyano le reclamó a Miceli que en relación al pago del impuesto a las ganancias, tiene que haber una solución para todos los trabajadores. Si no, dijo el camionero, “esto va a generar una ola de reclamos imparable”. Esto es lo que preocupa a la CGT. Ya había hecho lo mismo cuando se rebelaron los petroleros de Las Heras a principio de año. Sin embargo, un proyecto de ley presentado por el diputado kirchnerista y asesor de la CGT, Héctor Recalde, le deja las manos libres al gobierno para que en mayo de 2007 resuelva el problema mediante el uso de los “superpoderes”. No ahora. Los propios afiliados al Sindicato de Camioneros sufren ese impuesto. También otros gremios como ATE o UPCN. Sería una gran oportunidad para que la CGT llame a alguna medida no sólo en solidaridad con los petroleros, sino para reclamar que ningún trabajador tribute por trabajar. Sin embargo, Moyano, “los gordos” y la CGT siguen cubriendo las espaldas del presidente y las patronales tejiendo un nuevo techo salarial para el año que viene. Techo que ha sido puesto en jaque por esta heroica huelga.
A su vez, volvieron los cortes en la ruta internacional 136, en Gualeguaychú. Los vecinos salieron a repudiar el préstamo de 170 millones de dólares para la multinacional contaminante y depredadora Botnia. El verso gubernamental de canalizar todo por La Haya, pedir verbalmente que el Banco Mundial no libere los préstamos y designar como “facilitador” al rey de España es un verdadero fracaso. Medidas distraccionistas que no conducen a nada mientras las pasteras se siguen construyendo. “Si esto sigue así, el corte no se levanta hasta el fin del verano”, dijo un asambleísta. 20.000 eran los que se congregaron en asamblea sobre el puente General San Martín para tomar tal decisión, que será evaluada diariamente. Los asambleístas llegaron a una clara decisión. A esta altura descreen del gobierno argentino y, por supuesto, del uruguayo; de las pasteras, del Tribunal de La Haya, el Banco Mundial, el rey Juan Carlos y de quien se le cruce con un doble discurso. Piden que Kirchner explicite su posición sobre el conflicto y aspiran a cortar los tres pasos a Uruguay. Un ejemplo para el mundo de quienes no quieren convivir con empresas de la muerte. Sin embargo, el gobierno, en vez de solucionar estos problemas, se hace tiempo para seguir en campaña electoral. El presidente y su comitiva viajaron a Caleta Olivia para promocionar la candidatura de su hermana, Alicia Kirchner, a gobernadora de Santa Cruz. No habló de los petroleros más que para pedirles el voto. Tampoco destina parte del abultado superávit fiscal para aumentar los salarios y solucionar los conflictos que encabezan en esa provincia los trabajadores de los hospitales públicos de Río Gallegos, San Julián, Pico Truncado y Los Antiguos, donde posiblemente se sumen los de 28 de Noviembre y Río Turbio. También reclaman los trabajadores de comercio y pescadores patagónicos para que se los excluya, al igual que los petroleros, del pago de ganancias. En relación con los cortes en Entre Ríos, el gobierno se llamó a silencio, aunque dejará en manos de la Justicia cómo resolver el tema: si poniendo orden con disuasión, persuasión o represión. Salida esta última muy difícil, mucho más a meses de una contienda electoral (ver recuadro). Después del golpe que significó la derrota del candidato kirchnerista Rovira en Misiones. Después del repudio que generaron las patotas sindicales, una de ellas apañada por el amigo presidencial, el jefe sindical Hugo Moyano, en San Vicente; o las que actuaron en el Francés. Luego de que ya pasaran dos meses de la desaparición de López sin indicio alguno, saltaron a la escena nacional los petroleros y los vecinos de Gualeguaychú que dijeron basta nuevamente. Muchos hechos en poco tiempo que comprometen al gobierno nacional demostrando que los viejos problemas sociales y políticos, con Kirchner, siguen su curso. Mientras desde Izquierda Socialista convocamos a dar pasos para enfrentar a los políticos oficialistas y “opositores” con un frente de izquierda, llamamos a la más amplia unidad para seguir apoyando a los petroleros, a los vecinos de Gualeguaychú y a todas las luchas obreras y populares que surcan nuestro país. Por aumento de salario igual al valor de la canasta familiar. Contra el trabajo en negro y las tercerizadas. Por que ningún trabajador pague impuesto a las ganancias y contra el pacto del nuevo techo salarial de Kirchner-CGT y las patronales. También preparando nuevas marchas por la aparición con vida de López y otros reclamos. Porque si ganan los petroleros y el pueblo de Entre Ríos, seguramente ganamos todos. |
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