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Hospital de Clínicas en estado de shock
Desde hace una semana el hospital de Clínicas está de paro por tiempo indeterminado. Todo estalló el miércoles pasado cuando se llegó a la situación límite de no tener insumos para atender a los pacientes que ingresaban a la guardia. Las condiciones en que funciona el Clínicas son terroríficas: no hay gasas, sueros, ni antibiótico y los aparatos médicos (radiología, ecógrafos) no funcionan. “Con las condiciones actuales, si acepto atender a un paciente, corro el riesgo de matarlo”, graficó un médico residente. Así opera el hospital universitario de referencia más importante del país, donde se forman cientos de profesionales por año y que actualmente tiene 3.500 trabajadores entre médicos, enfermeros, técnicos y administrativos. A través del tiempo se le fue quitando cada vez más presupuesto, dejándolo librado a su propia suerte, apostando a la llamada “autogestión”, transformando al paciente en un cliente y a la salud en una mercancía. El Gobierno Nacional, a través del Secretario de Políticas Universitarias, en vez de aumentar las partidas presupuestarias (que, recordemos, son parte de las de la UBA) tiene a pacientes y trabajadores de rehenes extorsionados con que “no van a girar fondos mientras siga el paro”. Cristina Maceiras, trabajadora del hospital desde hace cuarenta años, nos dijo, “actualmente el presupuesto para el hospital es de 39 millones de pesos por año y solo alcanza para cubrir el 70% de los salarios del personal. Para que el hospital pueda seguir funcionando mínimamente con insumos, infraestructura y salarios necesita 250 millones y recién ahí cubre lo mínimo.” El gobierno ofreció una limosna: un millón de pesos en noviembre y dos millones por mes hasta que una supuesta “comisión” integrada junto con el PAMI resuelva cuanto necesita el hospital. La asamblea del lunes, en un aula desbordada hasta los pasillos, se ratificó continuar el paro y rechazar la burla del gobierno. Los trabajadores del Clínicas están dando el ejemplo: se trata de seguir la lucha hasta que se de una solución definitiva a la crisis del hospital. No hay excusas, en un país con 30.000 millones de dólares de reserva, para que no se asignen fondos para el funcionamiento mínimo de la salud pública. El Clínicas depende de la Universidad de Buenos Aires. Hoy más que nunca es necesario rodearlo de solidaridad y unirlo a la pelea que docentes, no docentes y estudiantes damos por defender nuestra universidad, conseguir más presupuesto y democratizarla. |
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