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Buenos Aires fashionErmenegildo Zegna gastó 6 millones de dólares en abrir su segunda boutique en Buenos Aires. La “exclusiva” avenida Alvear es un muestrario de los nuevos desembarcos, como el grupo italiano Valentino Fashion y la joyería norteamericana Tiffany. Giorgio Armani se expande con nuevas casas y se anuncia el arribo del líder mundial en diseños en cuero, Salvatore Ferragamo. LVMH Moët Hennessy, representante de las casas de moda Louis Vuitton y Christian Dior, anuncia expandirse en la Argentina en su otra especialidad: el mercado de vinos y champagnes de lujo (desde 300 dólares la botella). Según el Wall Street Journal, Buenos Aires se ha puesto de moda para las marcas de lujo, que hasta ahora estaban limitadas a las avenidas de las grandes ciudades de los Estados Unidos, Europa o Japón, donde podía verse en sus vidrieras diseños que salían entre 5.000 y 10.000 dólares. Todo esto sucede en la misma Buenos Aires donde, minutos después del cierre de los comercios, miles de cartoneros tratan desesperadamente de juntar basura a cambio de monedas para sobrevivir. Y donde los mismos empleados de esas casas “fashion”, que cobran 1.000 pesos por mes, son superexplotados en jornadas de 10 o 12 horas y muchas veces tienen que quedarse hasta la madrugada porque “está de moda comprar a esa hora”. Esta es la Argentina “exitosa” de Kirchner. Un viejo dicho rezaba: la pobreza es más escandalosa cuando a su lado crece el despilfarro y el lujo. Eso es hoy la Buenos Aires fashion de un “modelo” sólo para pocos. |
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