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¡Que se vaya Botnia!Para sorpresa de las delegaciones diplomáticas y de los gobiernos argentino y uruguayo, el Tribunal Internacional de La Haya, por 14 votos contra 1, resolvió no hacer lugar al pedido uruguayo de condena de los cortes de ruta que bloquean los pasos fronterizos en la provincia de Entre Ríos. La inesperada noticia fue recibida con gran entusiasmo y festejos en Gualeguaychú por parte de los asambleístas. Pero rápidamente los mismos vecinos entrerrianos salieron a despegarse del gobierno de Kirchner, que intentó adjudicarse el fallo como un triunfo propio, y fortalecer su estrategia de desmovilizar a los ambientalistas para llevar todo a la vía de las negociaciones a través del “facilitador” enviado por el rey de España. Apuesta también el gobierno a demostrar con este fallo que el juicio en el Tribunal de La Haya es una salida para el conflicto. ¿Pero es que ahora el tribunal internacional se ha vuelto contrario a las multinacionales? Para nada. La explicación de fondo es que un fallo condenatorio de los cortes de ruta iba a ser inaplicable por el gobierno de Kirchner, que no tiene ningún margen político para reprimir al pueblo de Entre Ríos a dos meses de las elecciones provinciales y a diez de las nacionales. Ahora la táctica gubernamental para desmovilizar combina el llamado a confiar en la vía diplomática con cuidadosas declaraciones de supuestos progresistas como las del juez Zaffaroni, que dice que cortar los puentes es legítimo siempre y cuando no sea por tiempo indefinido (Página/12, 28/1/07). Lo que no dice el gobierno es que mientras tanto la multinacional finlandesa sigue avanzando en la construcción de la planta pastera a ritmos de destajo, que están produciendo frecuentes accidentes laborales. Para cuando el Tribunal de La Haya emita un fallo en el juicio definitivo la pastera estará funcionando a pleno en la ciudad de Fray Bentos. Pero lo peor de todo no es esto, sino el aliento que le da el gobierno a las gestiones del “facilitador” Yáñez Barnuevo. Las gestiones del enviado del rey de España incluyen el desvío de los residuos a otra zona del río a través de un sistema de entubamiento y la construcción de una isla artificial en medio del río Uruguay para reducir el impacto visual de la planta. Los asambleístas de Gualeguaychú han definido estas propuestas claramente como lo que son: un intento de tapar el sol con las manos. Como ellos mismos marcan, la única salida que existe al conflicto es que se vaya Botnia, que viene a instalarse en estas lejanas tierras del cono Sur para traernos sólo depredación, contaminación y muerte. La lucha del pueblo de Entre Ríos sigue firme y sumando popularidad en todo el país. Los vecinos de Gualeguaychú le han pedido al titular de la CGT, Hugo Moyano, que “se reúna con su par uruguaya y les sugieran a los gobiernos que se reúnan” (Página/12, 30/1/07). A la CGT hay que exigirle que se sume a la pelea del pueblo entrerriano y que, junto a la central de trabajadores del Uruguay, definan un plan de acción común contra las multinacionales de la muerte, que abundan en ambas orillas. Mientras tanto, la lucha hay que seguirla desde abajo hasta que las pasteras de la muerte se vayan de estas tierras. Galeano, contra las pasterasEl escritor Eduardo Galeano es uruguayo y un histórico seguidor del partido gobernante, el Frente Amplio. Pero eso no le impide ser un consecuente detractor de la instalación de las pasteras en su país. Las razones las explica él mismo: “…la celulosa es devastadora. Entre otras cosas, nos van a dejar sin agua. Las plantaciones forestales industriales nos van a dejar sin una gota. Acá se hizo el único plebiscito en el mundo por el tema del agua, que finalmente declaró que el agua es un bien público… la instalación de la pastera de origen finlandés Botnia en Fray Bentos es un modo de traicionar la voluntad del pueblo expresada en ese plebiscito”. (Página/12, 18/1/07). |
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