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Escribe:
Marisa Montiel

INDEC

Kirchner truchó la inflación de enero

Es un escándalo nacional. Desde hace más de una semana las tapas de los diarios hablan sobre la manipulación de los datos de la inflación de enero por parte del gobierno. ¿Qué pasó realmente? ¿Cuál fue la verdadera inflación? ¿A quién afecta?

El famoso científico Einstein corrigiendo a Kirchner

El IPC (Indice de Precios al Consumidor), es una de las medidas más usadas para medir la inflación. Esto sirve, por ejemplo, para saber cuánto se modifica el poder adquisitivo de los salarios. Pero tal cual como está implementado, nadie se siente “reflejado” en esa medición. Todos decimos “lo que yo compro aumentó mucho más”.

¿Cuál es el problema? El índice de precios se arma en función de una canasta, en la cual hay bienes y servicios consumidos por la población. Pero en esa misma canasta está la leche y los automóviles; la lechuga y los destornilladores, un viaje a Cancún y el asado.

Cada uno de los artículos de la canasta tiene un peso, el que se obtiene haciendo un promedio de la proporción del gasto en el total de la población. Por eso la canasta del IPC es una “canasta promedio” que no es la realidad de ninguno de nosotros. Dicho índice, de por sí, resulta entonces “diluído”.

En los años 60 se calculaba “la canasta familiar”, que era lo que consumía una familia tipo conformada por un obrero industrial, su esposa (ama de casa) y dos hijos en edad escolar. Esa medición se dejó de usar porque evidentemente resultaba mucho más transparente para cualquier trabajador que el índice actual de inflación. La misma, por ejemplo, en la actualidad está calculada en $2.400. En cambio se empezó a medir la indigencia y la canasta de pobreza.

La inflación de enero fue mayor

Para obtener los precios que se usan para armar el índice, más de 100 encuestadores van todos los meses a los mismos negocios a recabar los valores de los mismos productos. Estos negocios fueron elegidos al azar mediante un procedimiento estadístico llamado muestreo. Se mantiene oculto, -“secreto estadístico”-, porque si el gobierno conociera el listado de negocios los presionarían para que los bajen.

La metodología que se usa tiene sus limitaciones y sus características. Pero si esta metodología es pública y transparente, permite que se pueda interpretar correctamente y sacar conclusiones. Cuando no lo es, el gobierno de turno puede manipular los datos a su antojo.

Desde el Ministerio de Economía mandaron una delegada a “monitorear” cómo venía la medición de la inflación. Ya sabían que rondaba el 2% y no podían permitirlo porque eso era un mal comienzo en un año electoral y podría subir el piso para las futuras negociaciones salariales. La “delegada” presionó toda la semana para modificar datos, pero como no lo logró, el lunes 31 de enero el gobierno decidió nombrarla Directora del IPC, desplazando a la directora anterior. Como se encontró con la oposición de los trabajadores que no querían que se truchara su trabajo, vino custodiada por la policía y varios matones de UPCN (uno de los gremios de los trabajadores estatales).

A partir de ese día, junto con varios de los directores nacionales de INDEC, se dedicó a fraguar los datos que se habían obtenido durante el mes. Como los gastos de alojamiento en La Costa no le gustaban, por ejemplo, los reemplazó por los de los acuerdos de precios que hizo Guillermo Moreno. Son tan absurdos que indican que casi no hubo aumentos en el rubro Turismo del año pasado a éste. Lo mismo hizo con el rubro Medicina Prepaga. Con estos pases mágicos Beatriz Paglieri, la nueva directora, logró llevarle a sus jefes un índice de 1.1%. Nada de todo esto responde a la metodología pública e internacional con que se elabora el índice. Nada de esto está escrito. Pero salió en todos los diarios.

Autonomia del INDEC

Esta intervención continúa, con matones y todo. Algunos ya han sido incorporados como empleados. Los futuros números de la inflación serán moldeados a gusto del gobierno, aplacando los aumentos que no les conviene o simplemente usando los precios que Moreno dice que acordó con los empresarios. Los datos del IPC se usan para calcular la Canasta Básica Alimentaria (indigencia) y la Canasta de Pobreza. Con esta truchada, la cantidad de pobres “del gobierno” va a resultar mucho menor que la real.

Lo que el gobierno no previó es que los trabajadores del INDEC no íbamos a dejar pasar este atropello, donde las autoridades del Instituto son cómplices absolutas. Por eso saltó a los medios y estamos movilizados desde el primer día, denunciando que la intención es manipular los datos, defendiendo nuestros puestos de trabajo, peleando porque se vayan la policía y los matones, y exigiendo la autonomía del INDEC de los gobiernos de turno.

¿Vuelve el FMI?

El FMI envió el pasado 17 de octubre una carta secreta a la cúpula del INDEC, (con copia a la ministra Miceli y al presidente del Banco Central), donde anoticia que este año podría enviar una delegación de funcionarios a fin de “realizar una auditoria internacional sobre el sistema estadístico argentino”.

La misiva dice que vendrían “a pedido de autoridades argentinas interesadas en que ese organismo revise estadísticas y otras cosas más de la economía local”. (Pagina/12, 11-02)

Esto todavía no ha sido desmentido por Kirchner. ¿No era que nos habíamos liberado de ese organismo?

Estas son las supuestas “ventajas” de seguir atados a él y haberle pagado de contado toda la deuda externa.

Cifras reveladoras

• El 1,1% del gobierno es mentiroso. Aún así, no puede ocultar que todo aumenta.
• El Índice de Precios al Consumidor (IPC), desde la salida de la convertibilidad hasta el 31 de diciembre de 2006, creció un 91,3%. Pero el Índice de Precios Mayoristas lo hizo en un 194,9%; y los precios de los productos primarios (acero, petróleo, cemento) acumularon un 302,5%. (Perfil, 11-02)
• Para Turismo se computó en enero solo un aumento del 0,03% en un año (¿los que tuvieron el privilegio de veranear percibieron lo mismo?), y en las Prepagas un 2%, cuando fue de 22 por ciento.
  Para medir esas subas, en vez de tomar los datos relevados por los encuestadores, el gobierno usó los suyos y los de la Superintendencia de Servicios de Salud, respectivamente.
• Los alquileres superaron el 38% la inflación de 2006. Y las expensas un 64% el IPC.
• La canasta de la pobreza ascendió a $ 914,30, valor mucho menor al real.
• Los precios “sugeridos” (en acuerdo entre el gobierno y empresarios), no se respetan.
  
  Papa:
  Precio sugerido $0,53 el Kg
  Precio real: $1,02
  Aumento del 100%
  
  Zapallo:
  $1,07 vs. $1,67
  Aumento del 56%
  
  Limón: aumentó 170%
  La lechuga subió 120%. Pero la promediaron con otras verduras y dio un 9.
  Las verduras subieron 21%
  Frutas 15%
  Pollo 14%
  Asado 11%
  Merluza 12%
  
  
• Lo ridículo es que las subas en los alimentos proyectaron más aumentos que antes de los controles de precios.
• En los últimos 4 meses la canasta básica subió 8,6%, la mayor de la era Kirchner
• De seguir así, los alimentos podrían trepar un 30% en el año
• Si no se frena esa estampida habrá en ese lapso 1,5 millón más de indigentes.
• Hay versiones de que el gobierno utilizaría nuevas artimañas para calcular el índice de febrero.
• Se llamaría a las prepagas que no van a aumentar el 22% hasta marzo para no considerarlo ahora.
• Las frutas y verduras que superen el 15% serán evaluadas en una “comisión especial” que definirá cómo registrarlas.
• Para más adelante se medirían los “precios acordados” y no los reales.
• Varias provincias registraron otros índices:
  Santa Fe 2,3%
  Mendoza 1,8%
  Córdoba y Ciudad de Buenos Aires 1,7%

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