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Polémica con el Partido ObreroNahuel Moreno, una biografíaA veinte años de su fallecimiento, la editorial Capital Intelectual (que también produce Le Monde Diplomatique, edición Cono Sur) publicó el pasado diciembre una biografía de Nahuel Moreno, ubicándolo como fundador del trotskismo “criollo”. El Partido Obrero lanzó un virulento ataque contra Moreno. Además, descalifica al texto biográfico y a su autor. Esta biografía, que hemos mencionado en números anteriores, es parte de una colección que abarca a diez “fundadores” de la izquierda en el país. Entre otros, figuran Juan B. Justo, Alfredo Palacios, Victorio Codovila, Severino Di Giovanni, John Wiliam Cooke y Roberto Santucho. Un trabajo meritorio Moreno tiene muy bien ganado su lugar entre esos “fundadores”. Reconocerlo no significa compartir sus ideas y su práctica revolucionaria, como seguramente ocurre con los responsables de esa colección. Lo mismo vale para los demás nombres incluidos, aunque alguno de ellos provoque no solo polémica, sino hasta rechazo (como es el caso de Codovila). El trabajo realizado por el periodista Hernán Brienza, más allá de algunos errores de fechas o algunos datos imprecisos, tuvo como resultado una visión bastante equilibrada e informativa, con los límites propios de una breve investigación periodística. La inclusión de textos de Roberto Mario y Luis Horacio Santucho, fundadores del PRT-ERP, y de Jorge Enea Spilimbergo (dirigente de la “izquierda nacional”) muestran polémicas de algunos adversarios políticos de Moreno. No falta la cita de uno de sus tradicionales calumniadores, el dirigente del Partido Obrero Julio Magri, calificándolo de “delincuente” (véase Nahuel Moreno, el trotskismo criollo, página 92). La soberbia de Magri La publicación provocó en Magri un ataque de bilis. En primer lugar se la agarró contra el trabajador de prensa (que no tiene ninguna filiación o actividad política conocida) que produjo el texto: “El autor oculta el profuso trabajo de desmistificación realizada en varios libros y otra clase de publicaciones, en especial por parte del PO. Esta inconsistencia descalifica la seriedad del libro y del autor; es evidente, éste conoce gran parte de esta literatura pues la menciona por pura forma. No es una biografía sino una hagiografía (según el diccionario, discurso elogioso o historia de un santo).” (“Nahuel Moreno, una biografía reciente”. Prensa Obrera Nº 979). La descalificación del autor y su texto no solo evidencia su soberbia. Está totalmente fuera de lugar. Si esas “desmistificaciones” fuesen verdaderas, seguramente el nombre de Moreno no hubiera figurado entre los diez de la colección. ¿Serán incurables? Como dice Magri, hay una “literatura” de la dirección del PO, que lleva décadas, donde sustituyen los debates políticos serios por las mentiras y las diatribas. En el artículo de Magri “cada renglón es una mentira”, y por razones de espacio nos limitamos a tres botones de muestra (ver recuadro). Es un método muy equivocado sustituir el debate de las distintas propuestas y trayectorias de la izquierda o en particular del trotskismo por la calumnia y la descalificación del que no le da a uno la razón. Muchas veces hemos llamado a la dirección del PO a dejar de lado esas actitudes, que acompañan su histórico rechazo a la unidad de la izquierda. En la dispersión de la izquierda este método alimenta el divisionismo. Es responsabilidad de cada uno encarar con seriedad el debate de las discrepancias y las trayectorias. Y mucho más aún de las propuestas comunes que sin duda existen. Dejemos en un segundo plano la discusión de las respectivas historias, y hagámosla seriamente y sin mentiras. Lamentamos que la simple publicación de un texto biográfico sobre nuestro fundador y maestro haya provocado esa catarata de insultos y una vez más reiteramos a la dirección del PO nuestro llamado a que cambie. San Pablo, Brasil - 3 de marzo: Acto de homenaje a Nahuel MorenoEl acto es organizado por la LIT-CI y el PSTU. Entre otros, hablarán Eduardo Almeida Neto (PSTU de Brasil, LIT-CI), Alicia Sagra (FOS de Argentina, LIT-CI), Miguel Sorans (IS de Argentina, UIT-CI), Babá (CST de Brasil, UIT-CI), y Ernesto González, de larga trayectoria en el morenismo. Tres botones de muestraPrimera falsedad: según Magri, Moreno fue durante nueve años (de 1944 a 1953) “filo gorila”, y luego daría “un viraje de 180º, y “en 1953-54 pasaría a apoyar al peronismo”. La verdad es que fue un mérito de Moreno no capitular al peronismo, el movimiento nacionalista burgués que enchalecó a la clase obrera desde mediados de los cuarenta. Son numerosos sus comentarios de que al comienzo fue muy “sectario”, a pesar de que simultáneamente con su grupo se insertó en el corazón fabril de Avellaneda desde 1944. Con bandazos y desviaciones, la independencia de clase y el cuestionamiento al gobierno burgués nacionalista fue un hilo conductor de su trayectoria. Su rechazo a cualquier tipo de gorilismo le permitió construirse en los sindicatos peronistas desde su nacimiento, pero sin capitular. Jamás compartió la caracterización que hizo el PC del peronismo como “nazi-fascista”, ni el apoyo, junto al PS, a la Unión Democrática proyanqui. Así como nunca se sumó a la izquierda proyanqui, también es insostenible que pasó en 1953-54 a “apoyar al peronismo”. En ese período uno de los ejes del grupo de Moreno, que se llamaba POR, era combatir la creciente estatización de los sindicatos por parte de la burocracia y el gobierno. Había una denuncia y un enfrentamiento tanto político como sindical. Por entonces, Moreno y su grupo hicieron un avance importante en la caracterización de la situación latinoamericana y argentina, ubicando la creciente presión semicolonizadora del imperialismo yanqui. Reubicaron así más correctamente los roces y choques del peronismo con EE.UU. Esto permitió a la dirección del POR en 1954- 55 hacer una consecuente y archiconocida campaña contra el golpe gorila. Su entrismo en la Federación Bonaerense del Partido Socialista de la Revolución Nacional les dio mayor espacio para desarrollar esta política, que incluía la crítica a las capitulaciones a Perón no solo de Dickmann, el dirigente socialista, sino también de Puigross y Abelardo Ramos, representantes de la “izquierda” nacional, y de Posadas, el representante en el país del pablismomandelismo. Atribuir un “seguidismo incondicional al peronismo” a Moreno es negar la más elemental evidencia. De todos modos, un poco más abajo, Magri lo acusa de lo contrario, de «capitulación al golpe gorila ». Están muy documentadas su campaña de casi un año contra el golpe y su eterna denuncia al PC y al PS por haberse sumado a la “reacción oligarquica-clerical-imperialista” que finalmente se impuso en setiembre de 1955. Segunda falsedad: según Magri, Moreno calificó a la dictadura de Videla como la “más democrática de América Latina”. Los textos y los hechos dicen lo contrario. Como lo recuerda Moreno en El Tigre de Pobladora*, el informe oficial del PST a la dirección de la Cuarta Internacional, decía que había triunfado “un gobierno contrarrevolucionario”. También Moreno comenta que hubo una evaluación inicial de que la represión sería “más selectiva”. Es decir, una evaluación de cantidad sobre el alcance inmediato de la contrarrevolución. Espiando mal debates internos bajo la dictadura, Magri cita como posición de Moreno o el PST a un compañero que escribía sobre una supuesta “dictablanda”. Difícil encontrar lo que miente Magri en un partido que estaba desde más de un año antes en la semiclandestinidad, que ya tenía casi 20 muertos al momento del golpe y que en pocos meses comenzó desde el exterior a hacer una campaña internacional por el tema de los detenidos que eran fusilados y las desapariciones (“Aparición con vida de Arturo Apaza y todos los desaparecidos y libertad a Francisco Páez y todos los presos políticos”). Tercera falsedad de Magri: “la denuncia de la revolucion cubana como gorila y la defensa de Fulgencio Batista”. Como en los ejemplos anteriores y muchos otros, Magri distorsiona el frecuente reconocimiento de Moreno de sus propios errores y parcialidades, y los transforma en un disparate calumnioso. En textos partidarios y en sus relatos, infinidad de veces Moreno se refirió a una equivocada definición inicial de la revolución cubana, como parecida a la Libertadora, que duró unos meses**. También él mismo señaló algunos de los hechos que originaban el error: el apoyo inicial que recibió Fidel por parte de la oligarquía argentina y el propio almirante Rojas, y también por parte de un ala importante del mismísimo imperialismo yanqui. A medida que se fue dando la radicalización del proceso revolucionario, Moreno y Palabra Obrera fueron rectificando esa caracterización equivocada inicial. Moreno fue uno de los dirigentes del Comité Internacional que encabezó el correcto reconocimiento del carácter socialista de la revolución cubana. Lo de “defensa de Fulgencio Batista” lo inventó solito Magri. * Ediciones El Socialista, noviembre 2006. * Vease para este tema y los anteriores sobre el peronismo, El trotskismo obrero e internacionalista en la Argentina. Ernesto González (Coordinador), Antídoto, Buenos Aires. |
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