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Italia
Marcha contra la guerra hace tambalear al gobierno
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Manifestación en la ciudad de Vicenza contra las bases militares norteamericanas |
El gobierno de Prodi tambalea por el repudio popular a la guerra de Bush. El 17 de febrero se produjo una enorme manifestación con la participación de 100.000 personas en Vicenza, Italia. Pegada a esa ciudad se pretende instalar una nueva base militar norteamericana.
Hay que recordar que el centroizquierdista Romano Prodi le ganó las elecciones al derechista Silvio Berlusconi hace solo 9 meses. El multimillonario Berlusconi fue uno de los principales aliados europeos de Bush para invadir a Irak, junto a Blair (Gran Bretaña) y Aznar (España). Prodi ganó prometiendo retirar a su país de la guerra y un cambio en la política económica. Formó una coalición de gobierno que incluye desde el Olivo (cuyo principal sector son los demócratas de izquierda, el ex PC), hasta verdes, católicos, liberales y el izquierdista partido de Refundación Comunista.
Pero hizo lo contrario. Retiró sí las pocas tropas que tenía en Irak, pero a cambio de aumentarlas en Afganistán. Y, por otro lado, está abriendo más bases militares yanquis en Italia. Lógicamente una gran parte de sus votantes se sintieron traicionados. El 62% de los italianos y el 73% de quienes apoyan al gobierno quieren la retirada de las tropas italianas de Afganistán.
Algo similar sucedió en lo económico. Después de años de neoliberalismo, la economía está estancada y la deuda fiscal supera al producto bruto nacional. El remedio de Prodi fue más de lo mismo. Lejos de ajustar a los banqueros y multinacionales, puso a un ministro de finanzas abiertamente neoliberal, Tommaso Padoa-Schippo, que lanzó un plan antiobrero de contratos temporales y precarización de los contratos de trabajo en general, y más recortes presupuestarios en los servicios sociales. Esto también desencadenó huelgas y manifestaciones de protesta en noviembre, una de cuyas consignas fue “no al berlusconismo sin Berlusconi”.
En esta situación política se llegó a una votación en el Senado sobre la ampliación del contingente en Afganistán. Dos senadores de izquierda votaron en contra del gobierno. La derecha también votó en contra para hacer caer al gobierno. El resultado fue que perdió el gobierno y renunció el primer ministro Prodi. Y luego, al día siguiente, fue encargado por el presidente de la república (del mismo partido que Prodi) para que formara “otro” gobierno. Así de ridículo es el sistema parlamentario italiano.
Pero más allá de las maniobras parlamentarias, en las calles y hogares italianos se profundiza el descontento contra los gobernantes y sus engaños. Reflejando este descontento, los partidos de izquierda y centroizquierda sufren una crisis creciente. El partido de la Refundación Comunista sufrió varias desprendimientos de izquierda, desde que integra el gobierno. Uno de los senadores de izquierda que votó contra Prodi (y luego renunció al Senado) fue Franco Turigliatto, que pertenece al PRC (ahora lo quieren expulsar).
Es evidente que está planteada y es necesaria la movilización de los de abajo y una alternativa política que los represente, para imponer soluciones obreras y populares a la crisis de Italia.
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