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En Venezuela y ArgentinaMano dura con TechintLlamadas telefónicas, solicitadas, reuniones y aprietes. En estos días el principal grupo empresarial del país es noticia en Argentina y Venezuela. Chávez amenazó con la nacionalización. Kirchner le pide que no lo haga. Los trabajadores de Sidor, la siderúrgica venezolana que desde 1997 posee Techint, reclaman la reestatización.
El escándalo Skanka salpica para distintos lados. Kirchner se quiere salvar encuadrándolo en un “caso de corrupción entre privados”. Una solicitada de Enargas (el ente estatal sospechado de corrupción) salió a pegar con “el caso Skanka-TGN-Techint”. El gobierno venezolano aprovechó la volada para seguir insistiendo en sus exigencias a la familia Rocca (ver recuadro). Los aprietes de Chávez El gobierno venezolano viene implementando negociaciones y nuevos contratos con las multinacionales, comenzando por las grandes petroleras, que le permitan al Estado el control del 60% del capital, en empresas mixtas y sin cuestionar al sistema capitalista. La estatal PDVSA ya firmó esos acuerdo con la francesa Total, la noruega Statoil (Sincor), las estadounidenses Chevron Texaco (Ameriten) y Exxon Mobil, y la British Petroleum (Cerro Negro), entre otras. En ese contexto, los roces con el grupo Techint, que controla el 60% de la siderúrgica privatizada en 1997 (ver recuadro), comenzaron en octubre de 2005. El presidente venezolano lo amenazó por primera vez con la nacionalización, por los bajos precios que pagaban por la tonelada de hierro a la estatal Ferrominera. Hubo negociaciones y Kirchner participó en defensa de Techint. Se llegó al acuerdo de que Sidor pasaría de pagar 19 a 30 dólares la tonelada. Y la amistad de Paolo Rocca con Chávez continuó. En la visita de Kirchner y un grupo de empresarios a Puerto Ordaz (la zona del hierro venezolana) en febrero, Chávez personalmente lo buscó a Paolo y se tomaron los tres un cafecito, muy contentos. Ahora Chávez le está haciendo una nueva apretada a su amigo Rocca y le adelanta: “si no estás de acuerdo, dame que yo agarro la empresa. Dámela y te pago lo que cueste, porque yo no te voy a robar” (Clarín, 6/6/07). Le reclama que Sidor destina la mayor parte de su producción a la exportación, lo que los obliga a comprar acero a China, y que además están recibiendo gas subsidiado. Don Paolo viaja a Caracas a negociar directamente con Chávez y ya se adelantó que llegarían a un acuerdo. Kirchner abogado de Techint Al mismo tiempo se dan roces entre el gobierno argentino y los Rocca, pero eso no le impide a Kirchner actuar como celoso defensor del grupo. Hay rumores de que se lo critica desde círculos cercanos a la Casa Rosada por invertir poco en el país, y están las discusiones por el escándalo Skanka. De todos modos, en una larga reunión entre el jefe de Gabinete Alberto Fernández y un alto representante de Techint, habrían acordado bajarle los decibeles a las denuncias de corrupción. Y Kirchner personalmente no titubeó en llamar por teléfono a Chávez, pidiéndole que no avance hacia una reestatización de la empresa. Para Kirchner es impensable cuestionar las ganancias multimillonarias de los privatizadores, ni siquiera a nivel de un 60-40 y pagando con creces sus medidas, como lo hace Chávez. Por eso Repsol es su protegida y le permite que se robe todo el petróleo argentino. Por eso no hay cuestionamientos ni siquiera parciales a las privatizaciones fraudulentas y corruptas del menemismo, comenzando por la ex Somisa entregada a Techint en 1992. Ante los grandes grupos empresariales del país (muchos de los cuales se hicieron aún más fuertes bajo la dictadura, como los Rocca), no van ni las medias tintas de la economía mixta de Chávez, y mucho menos la total sumisión de Kirchner. Es imprescindible la reestatización total y sin indemnización, comenzando por la ex Somisa y Sidor, para poner esos decisivos recursos siderúrgicos al servicio del bienestar de los pueblos latinoamericanos. José Meléndez, dirigente sindical de Sidor“Que se expropie sin indemnización”
Este fue el reclamo de una asamblea multitudinaria de los trabajadores de Sidor en Puerto Ordaz el lunes 7, quienes luego marcharon hasta la Corporación Venezolana de Guayana. Al cierre de esta edición se realizaba un paro de actividades. Las propuestas aprobadas fueron presentadas por la Alianza Sindical, agrupación que integra C-Cura, corriente clasista de la UNT. Sus dirigentes vienen impulsando la campaña por la reestatización sin indemnización de la siderúrgica desde hace más de un año, cuando ganaron la conducción del sindicato. Culminando el paro de actividades, el martes 8, más de 400 trabajadores encabezados por la Alianza Sindical ocuparon el edificio central de la CVG. Declaró su dirigente José Meléndez: “Nosotros planteamos que la empresa debe ser expropiada sin indemnización y puesta bajo control y gestión directa de sus trabajadores, como hoy hacen sus hermanos de clase de Sanitarios Maracay, con quienes nos solidarizamos.”. Los “Che explotadores” (así denominan irónicamente a los empresarios argentinos los obreros venezolanos), es decir el grupo Techint, se quedó con la empresa en 1997 bajo el gobierno de Rafael Caldera. Pagó solo 1.800 millones de dólares, aunque estaba valuada en 8.000 millones. Con la complicidad de la burocracia sindical encabezada por Ramón Machuca, redujo a la mitad el personal de planta (que sufrió pérdidas de salario y beneficios) y triplicó la cantidad de tercerizados por empresas contratistas que pagan un salario mínimo. Desde la privatización, las condiciones salvajes de explotación han provocado la muerte de 16 trabajadores y hay 224 accidentes anuales con secuelas. De la Italia de Mussolini a Campana¿Qué es Techint? Techint es el principal grupo industrial de la Argentina, y pertenece a la familia Rocca. El abuelo Agostino (1895-1978), ingeniero oriundo de Milán, llegó al país en 1945. Estuvo obligado a dejar Italia a partir de la caída del gobierno fascista. Era una de las figuras centrales de la siderurgia italiana. En 1931 Benito Mussolini lo había nombrado al frente de la estatal Dálmine. Luego fue también director delegado del poderoso ente estatal Istituto per la Ricostruzione Industriale (IRI). Tan pronto llegó a la Argentina fundó la “Compagnia Tecnica Internazionale”, que se hizo conocer como Techint, en Campana. De la mano de su amigo Torcuato Di Tella (de la familia propietaria de la empresa Siam y afín al gobierno de entonces, el peronismo), don Agostino logró un rápido crecimiento con importantes contratos con el Estado. El primero fue la construcción del gasoducto estatal Comodoro Rivadavia - Bahía Blanca. Le siguieron el complejo ferroviario Zárate - Brazo Largo, Petroquímica Moscón, y otros. Fue ganando licitaciones en Venezuela, Colombia, Ecuador, Chile y Arabia Saudita. En 1954 inauguró Dálmine, la fábrica de tubos de acero sin costura que será uno de los pilares de la expansión del grupo empresarial, junto a las chapas galvanizadas y pintadas. Siderca es la usina eléctrica familiar. Bajo la dictadura aprovechó la represión genocida de los militares para aumentar aún más su riqueza, formando parte de los siniestros “capitanes de la industria” protegidos por Martínez de Hoz y Cavallo, y luego por Alfonsín. En los ´90, con las privatizaciones menemistas, Techint se apoderó de la siderúrgica estatal Somisa, mordiendo también en otras estatales (como ENTEL, aunque luego abandonaron Telefónica). En 1997 compró la siderúrgica estatal venezolana Sidor (ver recuadro). En 2000 pasó a dominar el mercado mundial de los tubos de acero, al fusionarse con su principal competidor, un grupo japonés. Sus empresas son proveedoras de tubos de las principales petroleras: Exxon Mobil, Chevron, Amoco y Shell, entre otras. Además de Argentina y Venezuela, es propietario de empresas siderúrgicas en México, Rumania e Italia. En el último año adquirió dos más, muy importantes, en Estados Unidos. Según Clarín (7/5/07), Techint tiene una facturación anual de 16 mil millones de dólares y 44.000 empleados en todo el mundo. |
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