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Chau Tony BlairTony Blair, el primer ministro británico, anunció que el 27 de junio, después de gobernar 10 años, dejará su cargo. Pretende dejar en su puesto a su ministro de economía Gordon Brown. Antes de irse, visitará a su íntimo amigo George W. Bush. Según las encuestas, Blair es ahora más impopular que Margareth Thatcher. La guerra de Irak es el principal motivo, pero no el único, de esa impopularidad. El laborismo, el partido de Blair, viene de una reciente catástrofe electoral en las elecciones para el parlamento escocés, parlamento galés y municipales. Esta derrota no significa que la población pobre y trabajadora se haya volcado a los conservadores. Se debió fundamentalmente a la abstención masiva de los antiguos votantes laboristas. Millones de trabajadores, desilusionados del laborismo, no fueron a votar. En Escocia, por primera vez en medio siglo, fue derrotado el laborismo por los nacionalistas escoceses. En las municipales de Inglaterra solo votaron 4 millones. De ellos votantes, el 40% fue para los conservadores, el 24% para los liberales y el 26% para los laboristas. El “Nuevo laborismo” Este resultado electoral es el producto de 10 años de política neoliberal, continuidad a la de la Thatcher, de privatizaciones, recortes de salarios, flexibilización laboral y política de guerra imperialista, que es repudiada por la gran mayoría de la población. Blair fue el líder de una “renovación”, en realidad derechización, del laborismo, que llamó “tercera vía” y “Nuevo laborismo”. Con eso quiso expresar un giro abierto al apoyo a las políticas neoliberales abandonando definitivamente la defensa de los servicios públicos gratuitos. En Gran Bretaña la clase obrera había logrado conquistar fuertes servicios sociales, especialmente de salud pública. Estos fueron golpeados por el Thatcherismo. Hoy para operarse en un hospital inglés hay que esperar meses, como ocurre en cualquier hospital argentino. Sin embargo todos los medios económicos hablan de la “prosperidad” británica. No hay tal prosperidad para la clase trabajadora. Hay 11 millones de pobres y las dos terceras partes de la fuerza laboral no tiene empleo estable. Pero, en cambio, los ricos están eufóricos. Se les rebajó los impuestos y favoreció de todas las formas posibles. Según el Times Rich List: “La década pasada de gobierno laborista con Tony Blair, ha demostrado ser una era dorada para los ricos, apenas vista en la historia moderna británica. Cuando la administración Blair llegó al poder en 1997, la riqueza de los 1.000 más ricos de Gran Bretaña era de 98.990 millones de libras. Los 261.000 millones de libras de aumento de la riqueza de los 1.000 más ricos, representa una subida del 263 por ciento en diez años”. Blair es calificado por el pueblo inglés como el “perrito faldero” de Bush. Pese a las enormes marchas de millones de ingleses contra la guerra, Blair acompañó desde un comienzo la invasión a Irak y Afganistán. Además, colaboró desde mucho antes apoyando el bloqueo y los bombardeos a ese país. Los trabajadores vuelven a la lucha El derrumbe electoral del laborismo no fue inesperado. Desde hace años se viene deteriorando su base social. En los últimos, en muchos de los sindicatos -ferroviarios, bomberos, Servicios Públicos- han triunfado dirigentes de izquierda laborista o de izquierda no laborista, muchos de ellos de agrupaciones trotskistas, opositores a la política de Blair. El año pasado hubo una huelga de un millón y medio de trabajadores estatales por el tema de las jubilaciones (Blair quería aumentar la edad jubilatoria). El descontento sigue y este año ya hubo varias huelgas parciales de los estatales porque les están reduciendo el salario real con “aumentos” muy por debajo de la inflación. Hace un mes, en la conferencia anual del conservador Colegio Real de Enfermeras, se aprobó por 97 a 3 iniciar una lucha por salarios. ¡En sus 91 años de existencia nunca había convocado a una lucha! El GMB, que representa a los trabajadores de ambulancias, porteros y personal auxiliar, votó por un 90 por ciento a favor de la lucha. Esto será seguido por el UNISON (trabajadores de salud) que también se espera que apoye a las enfermeras, después de haber aprobado por unanimidad en su conferencia sanitaria luchas que incluyen huelgas. Mientras tanto, 200.000 funcionarios, afiliados al Sindicato de Servicios Públicos (PCS), también emprenderán una lucha a nivel nacional. Gordon Brown, el ministro de Blair, no sólo no tiene más popularidad que éste, sino que además tiene menos carisma. Es improbable que pueda ganar las próximas elecciones en el 2009. Mientras tanto, deberá vérselas con un movimiento obrero que está volviendo a pelear. |
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