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La CGT, UIA y el gobierno acordaron un salario miserable de $900
¡Nadie por debajo de los $2.500!
Aumentó el pan, y en algunos lugares se vende a $ 3,70. Si una familia compra un kilo por día, gasta sólo en ese vital alimento más de cien pesos por mes, el 70% del valor de un Plan Trabajar. Pero no sólo aumentó el pan sino también la carne, la leche (encima no se consigue), la cuota de los colegios privados, la ropa de temporada vendrá con una suba del 20%, y podríamos seguir con la lista. A todo esto el gobierno, en vez de aplicar mano dura contra los remarcadores, sigue autorizando aumentos en algunos rubros y mantiene el golpe de estado en el INDEC, para borrar las cifras reales. Por eso en el interior, donde se mide con los parámetros anteriores a la intervención de ese organismo, la inflación se calcula, en algunas provincias, en un 20% anual, muy lejos del 11% que el gobierno intenta mostrar. El despido de una técnica del INDEC y la designación de otra mediante el dedo kirchnerista, sigue mostrando lo que señalan fuentes sindicales del sector: hay “manipulación y desmadre total”. Por eso tampoco son confiables las mediciones de pobreza e indigencia que publica el oficialismo en su campaña electoral.
Además, sigue escaseando el gas y la electricidad. “Es por el crecimiento”, dice el presidente, intentando salvar a las privatizadas. Pero en estos años han hecho fortunas exportando, no invirtiendo, ni hicieron las obras suficientes para poder abastecer el consumo interno. Por ejemplo, en 5 años no se inauguró ninguna gran central eléctrica, y no hubo mantenimiento en las centrales generadoras.
Ya todo sirve de excusa. Si llueve, porque llueve. Si hace frío, porque hace frío. Si viene el calor, por el calor. Truene, nieve o salga el sol, la intención del gobierno, las privatizadas y las patronales es que las consecuencias de esta crisis la paguen los trabajadores y el pueblo. Eso es lo que tenemos que impedir, evitando las suspensiones y rebajas salariales en las fábricas, reclamando que haya luz y gas en los hogares populares, reestatizando todo el sistema gasífero, eléctrico y petrolero para ponerlo a funcionar bajo control de trabajadores y usuarios, única forma de cubrir las urgentes necesidades populares. Pero el gobierno apunta para otro lado. Lo explica bien Pino Solanas, presidente del grupo Moreno: “Después del impacto destructor que tuvo sobre la economía nacional la privatización petrolera de Menem y el fracaso de un modelo energético incapaz de asegurar el autoabastecimiento, la reciente prórroga hasta el 2047 de la concesión de Cerro Dragón, firmada por las provincias de Chubut y Santa Cruz con el visto bueno del gobierno nacional, es una acción antinacional que anuncia la reprivatización de las concesiones otorgadas por Menem, hasta su extinción” (Página/12, 4-07).
A todo esto y como medida electoralista, el gobierno, la CGT, CTA y la UIA han montado nuevamente el circo del Consejo del Salario Mínimo, Vital y Móvil. Se reunieron y acordaron lo que decía la patronal: llevar el salario mínimo de 800 a 900 pesos a partir de julio; 960 en octubre y 980 desde diciembre. Es decir, en cómodas cuotas.
Dicen que es para que supere la canasta de pobreza que está en $ 923. Pero la verdad es que ese aumento, además de ser una miseria, es para una ínfima parte de trabajadores (sólo el 5%), dejando afuera a los que cobran en negro, al servicio doméstico, a los trabajadores rurales y los jubilados.
Si contemplamos que la Constitución Nacional dice que “el salario mínimo vital es para asegurarse alimentación adecuada, vivienda digna, educación, vestuario, asistencia sanitaria, transporte, esparcimiento, vacaciones y previsión”, ¿quién dice que con 980 miserables pesos alcanza para salir de la pobreza?. Si las arcas del Estado son superavitarias y las ganancias patronales también ¿por qué no destinar un aumento que cubra la canasta familiar, que según la propia CTA alcanza los 2.513 pesos? Muy fácil. Porque precisamente todos los actores que se reunirán no defienden los derechos de los trabajadores.
Por eso los telefónicos están luchando por un 25% de aumento contra las multinacionales negreras de Telefónica y Telecom, disponiendo para esta semana nuevas medidas de fuerza por 72 horas. Un ejemplo de cómo se defiende el salario. Pero mientras los telefónicos luchan, la CGT y CTA no han tomado ninguna medida de apoyo. Mucho más lamentable si consideramos que FOETRA Buenos Aires está en la CGT, y su dirigente máximo, Iadarola, pertenece a esa Central, y el que le sigue, Marín, es de la CTA.
También se lucha en el Hospital de Clínicas reclamando insumos y mayor presupuesto. Paran en el Francés, los empleados del Correo y del Banco Nación. También docentes en algunas provincias. Hubo una marcha en Santa Cruz contra la entrega del petróleo. Paro en Neuquén por Fuentealba y cortes de los gastronómicos en Bariloche. A todos ellos, en especial a los trabajadores telefónicos, hay que darles todo el apoyo en esta pulseada, reclamando que la CGT y CTA abandonen su pasividad, y fijen alguna medida de solidaridad.
En medio de esta situación vamos a las elecciones. El lanzamiento de Cristina fue para intentar tapar algo de esta realidad que vive el pueblo trabajador. Inflación, falta de gas y de luz, bajos salarios, casos de corrupción como el de Skanska, la bolsa de Miceli y la antiambientalista Picolotti, son algunos de los males que trae un profundo malestar en las filas kirchneristas.
El presidente apela a la concertación con radicales k y ex gobernadores menemistas para ganar en octubre, beneficiado con una oposición burguesa que es un aquelarre. Lavagna no llega a los 10 puntos, Carrió mucho menos. Lo que plantea la necesidad de lograr un frente de izquierda para enfrentar a todos ellos en las presidenciales.
El enorme paso dado en Córdoba con el FIT entre Izquierda Socialista y el Partido Obrero, demuestra que ese camino es posible. Un Frente de Izquierda para octubre, abierto a los luchadores, sería una herramienta mucho más sólida para dar pelea electoral. Llamamos a difundir el ejemplo de Córdoba y a sacar pronunciamientos por un Frente de Izquierda para las presidenciales.
Mientras, seguimos apoyando a los que luchan, en especial a los compañeros telefónicos. Reclamando un aumento salarial de emergencia para todos los trabajadores del país hasta cubrir la canasta familiar. Para que ninguna familia trabajadora perciba menos de 2.500 pesos, el monto que necesita una familia tipo para solventar los gastos mínimos de subsistencia.
Daer ladrón
El actual titular del Sindicato de la Alimentación -y ex Secretario General de la CGT-, Rodolfo Daer, irá a juicio oral por quedarse con 3 millones de pesos del sindicato. El gremio era dueño de varios terrenos y Daer firmó la venta de algunos de ellos por 5 millones a una empresa que entró en quiebra. Resultado: entraron 2 millones, y los otros 3 nunca ingresaron a las arcas del sindicato. Una prueba más que estos burócratas no sólo no mueven un dedo para apoyar las luchas, sino que son ladrones, apoyan a los gobiernos de turno y son un cáncer para el movimiento obrero. Por eso hay que barrerlos y dar paso a los nuevos dirigentes combativos.
Te pedimos un aporte para seguir apoyando las luchas de los trabajadores.
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