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Socialista es una publicación de Izquierda Socialista
Escribe:
Joao Batista Babá
Miembro de la Ejecutiva Nacional del PSOL
San Pablo, Brasil: masacre en el aeropuerto de Congonhas
“A Lula y a las empresas no les interesa la vida de los pasajeros”
El país está de luto. Enviamos en primer lugar nuestra solidaridad a los familiares de las víctimas de este tremendo desastre aéreo. Ya es una expresión común hablar de una “tragedia anunciada”. Efectivamente, pese a que Lula, la ANAC (Agencia Nacional de Aviación Civil), la Aeronáutica, el Brigadier Juniti Saito, la Infraero (Administradora de los Aeropuertos) y la TAM intentan culparse mutuamente, es un hecho que todos ellos son los responsables por el asesinato de más de 200 personas en el aeropuerto de Congonhas (SP), siendo que, sin duda, es el gobierno federal el principal responsable.
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El “caos” de la aviación, el de la seguridad, el de la salud o el de la educación, es el resultado de una política aplicada desde el gobierno federal, que destruye los servicios públicos para cumplir con las metas de superávit primario y pagar así los enormes intereses de la deuda al sistema financiero.
¿Como se explica que, si el número de pasajeros entre 1995 y 2005 aumentó de 23 a 48 millones, la inversión del gobierno federal en seguridad aérea disminuyó de 442 millones en 2004 a 285 millones en 2005? Peor todavía. Según datos de la ONG Cuentas Abiertas, en 2006, el Fondo Aeronáutico, compuesto por los impuestos pagados por los pasajeros, “tiene saldo de 1.870 millones en la caja del Tesoro Nacional, pero los recursos están siendo economizados para que el gobierno pueda cumplir con la meta de superávit...”
Esta es la lógica de la política neoliberal aplicada por el gobierno de Lula, dando continuidad a la iniciada con los ex presidentes Collor y Cardozo. Los aeropuertos fueron modernizados con pesadas inversiones que dieron lugar a numerosas denuncias de corrupción nunca esclarecidas por la Infraero ni por el gobierno. Pero estas inversiones fueron de fachada, pues el objetivo fue aumentar las boutiques, los shopingns, las salas VIP y el lucro de las empresas, y no invertir en la infraestructura necesaria para garantizar la seguridad de los vuelos, la vida de los pasajeros y de los trabajadores del sector.
¡Los controladores tenían razón!
Los que alertaron sobre esta situación fueron los controladores aéreos, con sus huelgas y protestas después del trágico accidente con el avión de la GOL, el 29 de septiembre del año pasado. Pero por la implacable lógica de la política neoliberal que solo busca el lucro de los empresarios y los negociados del gobierno, sus dirigentes fueron castigados y hoy están presos o suspendidos, mientras que la Fuerza Aérea, sus comandantes y brigadieres (que mandaron presos a los controladores), hoy se lavan las manos como si no tuviesen nada que ver.
Los controladores no solo lucharon por su salario, al que tienen pleno derecho. Fueron ellos los que denunciaron jornadas de trabajo estresantes y la pesada carga laboral a la que son sometidos, con bajos salarios y una disciplina militar.
En cuanto que las reglas internacionales recomiendan que cada operador controle al máximo 14 aviones: en nuestro país llega hasta 20, llevando a un alto grado de tensión y a un elevado riesgo de accidentes.
Las compañías aéreas aumentaron los vuelos hasta el límite y no aceptan reducirlos porque bajaría sus lucros. El ministro de Defensa continúa en la nubes. Lula se preocupa por los abucheos que recibió en el Maracaná y no en las causas que los provocaron, ya que continúa gobernando para favorecer al sistema financiero. La ANAC y la Infraero nada resuelven, mientras que la Comisión de Investigación formada en el Congreso Nacional mostró su completa inoperancia y desinterés en proteger la vida de los pasajeros.
Comisión Investigadora Independiente y castigo ejemplar a los responsables
Este brutal acontecimiento y el dolor por la pérdida de tantas vidas, no pueden pasar en vano. Es posible cambiar la situación si los trabajadores y los pasajeros, la población y los usuarios, toman en sus manos la lucha por justicia y seguridad en los vuelos. Llegó la hora de organizar una comisión con los familiares de las víctimas de la irresponsabilidad gubernamental y empresarial. Con los trabajadores del sector y sus organizaciones; con los controladores, pilotos, aeromozas, personal de tierra, técnicos, etcétera. Sabemos que el Sindicato Nacional de los Aeronáuticos quiere participar de la investigación. Otros sectores como los organismos de Derechos Humanos seguramente se sumaran. Es necesaria una investigación independiente, y medidas urgentes de seguridad.
Pero hay una primera medida de extrema urgencia: acabar con la impunidad por la cual los que cuidan de la seguridad de millones de personas están presos en nombre de la “disciplina militar”, mientras que sus comandantes son cómplices de la política criminal del gobierno federal. Por si esto fuera poco, el viernes la Fuerza Aérea condecoró al Presidente de la ANAC por los “servicios prestados”, lo que es una bofetada en la cara de los familiares y los trabajadores del sector aéreo. Por eso, debemos pedir libertad para los controladores presos. Reintegración de los suspendidos. Prisión para los responsables de esta nueva masacre de más de 200 personas.
Será de esta forma, con mucha lucha y unidad entre los trabajadores y los usuarios, que conseguiremos parar esta política irresponsable. Será también de esta forma que conquistaremos que sea invertido el dinero necesario en seguridad y equipamientos, en la contratación de controladores y empleados en numero suficiente, en salarios y jornadas laborales dignas para los trabajadores del sector, para que la pesadilla de la inseguridad en los vuelos acabe y nunca mas se repitan tragedias anunciadas como la del avión de la TAM en Congonhas.
Te pedimos un aporte para seguir apoyando las luchas de los trabajadores.
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