|
|||
|
|||
Compartir esta nota en
|
|||
|
El nuevo Ministro de Economía¿Qué se puede esperar de Peirano?Un hombre de Techint llegó a Economía. Seguirá el modelo kirchnerista, pero con más poder de lobby para el grupo de Paolo Rocca. La perspectiva es más privilegios para los empresarios y nada para los trabajadores
Como dice el dicho, el gobierno buscó hacer “de necesidad, virtud”. Miceli salió despedida por indefendible: “ni siquiera sabe mentir bien”, se comentaba en las oficinas más influyentes del gobierno. Kirchner trató entonces de matar dos pájaros de un tiro: la salida de una funcionaria muy golpeada por los conflictos (INDEC, crisis energética) y la entrada de una “cara nueva” que le sirviera para mejorar un poco el hoy vapuleado doble discurso. Y así apareció Miguel Peirano. Que a pesar de su juventud no es un recién llegado. Lleva más de 17 años de “lobbysta” del grupo Techint. Su currículum nos cuenta que ingresó al Grupo en 1990 y trabajó varios años en sus empresas en Brasil. Cuando en 1993 Techint decidió “desembarcar con todo” en la UIA, Paolo Rocca propuso crear un Instituto de Investigaciones en la central fabril, financiado por el propio grupo económico. Y ahí fue Miguel Peirano como economista jefe, junto a su inseparable amigo Federico Poli (les decían “Batman y Robin”, los dos hombres de Techint en la UIA), dirigidos nada más y nada menos por el hoy innombrable José Luis Machinea. Peirano pasó allí diez años hasta que, ya en la era kirchnerista, ingresó a Economía de la mano de Lavagna cuando fue nombrado vicepresidente primero del BICE (Banco de Inversión y Comercio Exterior) y luego nombrado Secretario de Industria. Habrá “continuidad” La palabra que más se escuchó esta semana en los medios económicos es “continuidad”. Ayer Miceli, y hoy Peirano, son la cara pública de un modelo económico que, habiendo nacido con Lavagna, mantiene los mismos ejes. Un dólar “alto”, para favorecer a las exportadores (en especial el negocio de la soja, hidrocarburos -con YPF-Repsol a la cabeza-, automotrices y el grupo Techint). Para el resto de los grandes empresarios, que incluye fundamentalmente a las privatizadas, lo que hay son subsidios a granel, pagados con el superávit fiscal. Apenas asumido, el nuevo ministro hizo tres afirmaciones importantes: sostuvo que los números de la inflación del INDEC son correctos, que no hay crisis energética y que los grandes supermercadistas podrán “flexibilizar” sus precios hacia arriba (léase subirlos) si suben los de los proveedores. Y dejó abierta una propuesta para el mediano plazo: su deseo de crear un “Banco de Desarrollo”, transformando el BICE en un banco que le preste a tasas preferenciales y plazos largos a los empresarios. Repasemos: se seguirá imponiendo el techo salarial para las negociaciones laborales, continuará el uso de las reservas y superávit para pagar la deuda externa, seguirán los subsidios a las privatizadas, se seguirá “dibujando” el índice de inflación. Y de los “pequeños cambios”, mejor ni hablar: piedra libre a los supermercados para aumentar sus precios (ya ni tendrán que cuidarse de los por nadie controlados precios de referencia), y líneas de créditos -no a los sectores populares para que compren su casa, o accedan a mayor consumo-, sino a los grupos económicos de siempre para que, como ya pasó hace unos años con la experiencia del BANADE, no los paguen nunca y se termine haciendo cargo el Estado. Lo cierto es que, después de más de 5 años de crecimiento superior al 8% anual, aún la desocupación “oficial” ronda el 9,8%, la pobreza el 26,9% y el salario mínimo recién llegará en diciembre de 2007 a $ 980, cuando la canasta familiar de junio es de $ 2.686. Para ser claros: el secreto del “modelo” es que el salario promedio de la Argentina es de U$S 350 por 200 horas de trabajo (bajísimo a escala mundial). Eso, sumado a la coyuntura de altos precios de materias primas exportables, es el eje del “crecimiento a tasas chinas”. Peirano es la continuidad de un modelo económico que garantiza estos privilegios, con los consiguientes salarios de pobreza para la inmensa mayoría. Un hombre del “palo” de Techint“Lo que hasta ayer charlábamos en la Secretaría, ahora lo haremos en el Ministerio”, le dijo Peirano a los empresarios el día de la asunción. Ahí estaban todos: Lascurain (presidente de la UIA), De la Vega (Cámara Argentina de Comercio), Alvarez Gaiani (Copal), Miguens (Sociedad Rural), Rattazi (FIAT). Y obviamente, “el jefe”, Paolo Rocca, presidente del Grupo Techint. El salón Blanco “quedó chico”. Estaban también representantes de las Pymes, como Dos Reis y el nunca ausente, cuando de juntarse con los empresarios se trata, Hugo Moyano. Cambiar algo para que nada cambie, es la mejor definición de este traspaso económico. Pero algo sí se modifica, y para peor. Ahora está a cargo del Ministerio un representante directo del grupo económico más importante de la Argentina. Techint, dueño de Transportadora de Gas del Norte -involucrada en el escándalo de Skanska-, propietario de Sidor, la acería por la que intercedió Kirchner ante Chávez en Venezuela para que no se nacionalice, el protagonista de los mil y un negociados en el país y en el exterior, por fin colocó “su alfil” al tope del Ministerio de Economía. A no confundirse: no es cierto que, “como sube un hombre de la industria”, habrá más empleo y mejores salarios. Lo único que aumentarán son los subsidios y los negociados. En el interior aumentan la luzeléctricas. Y el aumento incluirá a las casas de familia. El gobierno ha resistido hasta ahora un ajuste en Capital y provincia de Buenos Aires, pero en muchos distritos ha habido ajustes. “Ya sucedió en Tierra del Fuego, Salta, Córdoba, Mendoza y Río Negro” (Clarín, 19-07). ¡Lo que nos espera después de las elecciones! |
||
|
|||
Izquierda Socialista en Internet: |
|||