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FútbolPasión de multitudes, negocio de unos pocosQue el fútbol es además de un deporte apasionante, un enorme negocio, no es novedad. Tampoco lo es, que en nuestro país éste negocio es manejado por un imperio monopólico llamado Torneos y Competencias, que tiene los derechos de transmisión de absolutamente todos los partidos de Primera y de las principales categorías del Ascenso. Es difícil calcular el monto exacto del dinero que mueve la televisación de los distintos torneos, pero para tener una dimensión aproximada, podemos decir que la AFA recibe de parte de TyC 200 millones de pesos sólo por el Torneo de Primera División. Como no podía ser de otra manera este negocio multimillonario no puede pasar por las manos de otro que por las del eterno mandamás de la AFA, Julio Grondona. Veamos sólo un ejemplo: a partir del Torneo Apertura 2007 la televisión por cable transmite los 10 partidos de cada fecha. 5 son transmitidos por la señal TyC Sports que es emitida por los principales servicios de TV por Cable con abonos mensuales superiores a los $ 70. Y los otros 5 partidos, dentro de los que se encuentran siempre los disputados por River y Boca, son transmitidos por la señal codificada TyC Max a la que se accede abonando unos $ 25 adicionales. Pero como si la estafa no fuera completa, Grondona ha decidido darles una manito a sus amigos de TyC. Por eso a partir de este campeonato se ha reducido a menos de la mitad la cantidad de hinchas visitantes que pueden asistir a los partidos de Primera división, y en los partidos del Ascenso, directamente no pueden concurrir. O sea, ha generado, con la excusa de combatir la violencia, un público cautivo que sólo puede seguir por TV las alternativas del club de sus amores. La otra cara de este negocio propio de Don Corleone y Cía, es el manejo de centenares de miles de pesos por parte de las barras bravas en complicidad con los dirigentes en concepto de entradas, viáticos, porcentajes de pases de los jugadores y demás yerbas como quedó demostrado con la pelea interna de los “Borrachos del Tablón”. La reducción de la cantidad de público visitante lejos de reducir el poder de los violentos, lo acrecienta. Ya que éstos se transforman en los administradores de las pocas entradas disponibles. Una nueva medida hipócrita para que nada cambie. |
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