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Debate sobre la reelección de Chávez y la reforma constitucionalOrlando Chirino reclama Asamblea Constituyente SoberanaEl gobierno de Chávez acaba de hacer aprobar en el Parlamento un proyecto de reforma constitucional que será sometido a la decisión final en un plebiscito que posiblemente se realice en diciembre. La propaganda imperialista utiliza la figura de la reelección indefinida, (que está en la reforma propuesta), para acusar nuevamente a Chávez de “dictador” o “poco democrático”. Desde las filas revolucionarias, Orlando Chirino, dirigente obrero de C-CURA (UNT), reclamó la realización de una Asamblea Constituyente Soberana.
Los medios proimperialistas están haciendo una campaña contra Chávez diciendo que va “camino a una dictadura”. Esto lo dicen en un país cuyos medios de radio y televisión están en su mayoría contra el gobierno, y lo atacan permanentemente. Chávez fue legitimado en 8 procesos electorales, de los cuales 3 fueron por la presidencia. En todos los casos ganó por mayoría absoluta. En países como España o Inglaterra existe la reelección indefinida para los jefes de Estado, que tanto le reprochan a Chávez. Más allá de lo que se opine sobre la reelección indefinida, la campaña imperialista es pura basura propagandística, continuidad de la que utilizaron para el golpe de estado derrotado de 2002, contra uno de los pocos gobiernos que no responde a las órdenes de Bush. La reforma La reforma que propone Chávez contiene puntos positivos, como la jornada de trabajo de 6 horas. También incluye un artículo “contra los monopolios” económicos y otro contra los latifundios. En el tema del régimen político introduce el concepto de “poder popular” y “concejos comunales” que administrarían el 5% del presupuesto nacional. Sin embargo, esta reforma no toca los pilares fundamentales del sistema económico capitalista venezolano. El artículo contra los monopolios no significa mucho. Hasta en Estados Unidos hay una ley contra los monopolios y es un país dominado por monopolios y oligopolios poderosísimos. La economía venezolana, con excepción del sector petrolero y la electricidad, está controlada por la banca privada y grandes empresas, fundamentalmente extranjeras. Y en el petróleo también están metidas las multinacionales como “asociadas”. Si el gobierno de Chávez proclamó el “socialismo del siglo XXI”, habría que debatir una constitución socialista que estableciera la propiedad estatal, al servicio del pueblo, con control de los trabajadores de toda la banca, el acero, el petróleo... Sin esto, el “poder popular” se termina convirtiendo en un cascarón burocrático sin poder real. La propuesta de Chirino Orlando Chirino planteó, en una entrevista televisiva, su desacuerdo con el hecho de que un tema de tanta trascendencia haya quedado en manos de una comisión presidencial restringida, y que luego pase a resolverse por un plebiscito por si o no. Señaló que “debe convocarse a una Asamblea Nacional Constituyente democrática y soberana, para que todos los sectores sociales expresen su opinión sobre las propuestas de reformas hechas por el Presidente”. Chirino explicó también que “la propuesta presentada por el Ejecutivo plantea algún que otro retoque formal, pero no cuestiona para nada la propiedad capitalista. El fruto del trabajo y los excedentes (plusvalía) que producimos los trabajadores y trabajadoras seguirá siendo apropiado por una minoría de empresarios o en el mejor de los casos por un Estado que administra la propiedad de los medios de producción desde el punto de vista capitalista. El ejercicio real del poder no se traslada a la población movilizada para que tome las decisiones de fondo que se requieran para transformar al país. Se abre la posibilidad que de ahora en adelante las multinacionales tengan potestad sobre el suelo, el subsuelo, áreas marítimas y todos nuestros recursos naturales por la vía de las empresas mixtas.” Al referirse al aspecto estrictamente laboral de las reformas propuestas, afirmó estar de acuerdo con la reducción de la jornada de trabajo, pero agregó que ésta debería ser una medida a aplicarse de inmediato, sin esperar a que se reforme la Constitución. Y aseveró que: “nuestra lucha es por aumento general de sueldos y salarios para enfrentar la inflación, pero también es contra el desempleo y la informalidad. Mucho del empleo creado en los últimos años, especialmente desde el gobierno, es un empleo precario que propicia la flexibilización laboral en el seno de la administración pública. El 50% de los trabajadores del sector público están contratados, trabajan los fines de semana sin ninguna retribución, y hasta 10 y 14 horas diarias, por eso consideramos que la reducción de la jornada laboral a 6 horas debe aplicarse inmediatamente, sin esperar una reforma constitucional. Por otra parte, esto servirá para contratar a más trabajadores, enfrentar el desempleo, generar trabajo genuino, y eliminar la figura del contratado”. El debate Hay una evidente contradicción entre las proclamas socialistas y antiimperialistas del gobierno y el régimen económico social del país. Incluso las anunciadas nacionalizaciones de empresas básicas se hicieron a medias. El acero, por ejemplo, sigue controlado por Techint (Sidor). Por otro lado el gobierno ha comenzado a mostrar rasgos autoritarios contra los trabajadores, negándose a discutir contratos colectivos con los sindicatos genuinos y reconocidos por la base de la UNT, queriendo imponer por la fuerza a los burócratas de la Fuerza Bolivariana de Trabajadores. La necesidad de una Asamblea Constituyente Soberana va mucho más allá del tema de la reelección, y estará planteada aún cuando se apruebe ésta reforma que propone Chávez. |
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