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Un año sin Julio LópezCon sigue la Kirchner impunidadA un año de su desaparición, no hay avances en la investigación del caso. La impunidad que brinda el gobierno de Kirchner a genocidas y represores, lo hacen el máximo responsable. Hubo marchas en todo el país.
La familia de López envió una nueva y crítica carta a Kirchner donde le manifiestan “bronca, rabia y dolor”. Le dicen: “Usted señor presidente dijo: ‘Se lo llevaron los de siempre y lo tenemos que encontrar vivo’… Justamente eso es lo que le pedimos… ¿Cómo puede ser, señor presidente, que ningún organismo del Estado encuentre a los responsables? No queremos, ni Tito se lo merece, ser el primer desaparecido en democracia.”, finaliza la familia. Otro caso de impunidad Desde el comienzo hubo impunidad. La Justicia y los responsables de la seguridad federal y provincial comenzaron la búsqueda 48 horas después de la desaparición. Demora que permitió borrar pruebas y dejó las manos libres a sus captores. Peor aún, la Justicia tardó tres meses en decidir que la ausencia de López obedecía a un secuestro. El fiscal y el juez a cargo del caso, cuentan en total con 7 empleados a cargo. Si la fiscalía o el juzgado sólo se encargaran de la desaparición de López, podría no parecer tan grave. ¡Pero tienen más de 200 casos a su cargo!, la totalidad de las causas de violaciones de derechos humanos ocurridas en la jurisdicción de La Plata. Por otro lado la investigación está en manos de la SIDE y la Policía Bonaerense, cuando en ésta última hay 9000 policías que estaban en la época de la dictadura y 60 que directamente estuvieron involucrados en centros clandestinos. Lo único que se hizo fue jubilar a 37. Como muestra de esto, quien tiene a su cargo la línea de investigación que involucra a policías y represores en la desaparición de López, el oficial Oscar Farinelli, ingresó en la Dirección de Inteligencia de la Policía de la Provincia de Buenos Aires en junio de 1976 y trabajó ahí durante toda la dictadura. Este organismo estaba dedicado a vigilar, seguir y registrar en forma minuciosa a los ciudadanos, y estos datos eran la base para orquestar la represión genocida ¡Ponen los lobos a cuidar a los corderos!. Las abogadas de López en el juicio a Etchecolatz, denuncian que las medidas judiciales se toman “tarde y mal y por eso se frustran las pistas fundamentales… los policías nombrados por López en sus declaraciones no fueron investigados… la agenda de Etchecolatz aún no fue incorporada al sistema de cruce de llamadas, los recientes allanamientos a las casas y al penal de Marcos Paz se hicieron sin la presencia de funcionarios judiciales… No hay voluntad política para saber qué grupo se llevó a Julio” (Página/12, 16-09-07). A tal punto llegan las irregularidades que el fiscal hizo una denuncia penal contra el Servicio Penitenciario Federal por haber ocultado pruebas. Queda clara la responsabilidad política de Kirchner, junto a Solá para no ir a fondo en la resolución del caso. Seguir movilizados ¿Por qué Julio López? Porque valientemente se presentó como testigo para enjuiciar y castigar a Etchecolatz. Porque forma parte de un pueblo que no ha dejado de luchar por el juicio y castigo a los críminales de la última dictadura militar, logrando así la conquista de la anulación de las leyes de Punto Final y Obediencia Debida, y que se realicen los juicios para castigar a los genocidas. Esto se logró gracias a la movilización popular y no a la política de este gobierno que quiere aparecer como el de los “derechos humanos”, cuando no apunta contra los genocidas que siguen actuando en las fuerzas de seguridad, asciende a militares que estuvieron involucrados en la causa ESMA, o envía a la Gendarmería a reprimir a docentes en Santa Cruz. Acabamos de marchar masivamente, a un año de la desaparición de López. Hay que seguir desarrollando ese camino para que se llegue a la verdad, se conforme una Comisión Investigadora Independiente a tal fin, y se castigue a los responsables de esta nueva desaparición forzada. Pelear por desmantelar el aparato represivo, anular los indultos a los genocidas, enjuiciar y castigar a los culpables de crímenes de lesa humanidad con cárcel común y efectiva, son tareas que hoy nos impone la realidad, por las cuales, tenemos que seguir luchando. |
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