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Editorial
Con Cristina habrá más inflación y menos salarios
"Compré dos tomates y pagué $ 6. Encima el médico me dijo que tengo que comer verduras”, se quejaba una mujer de 66 años. “¿Cómo puede ser que la milanesa sea más barata que la ensalada de lechuga y tomate?”, se preguntaba un trabajador que acostumbra a comer de parado.
Estos interrogantes muestran la falsedad del gobierno. Alberto Fernández había dicho que “no hay inflación”. Y Kirchner tildó de “perfectos” los índices manipulados del INDEC. Encubrimiento delictivo para que no se vea que la inflación es un verdadero impuesto a los más humildes.
Ni con la hiperinflación de Alfonsín el tomate superó el precio de la carne. Los precios acordados no se ven por ningún lado. ¿Dónde se encuentra el pan a $ 2,45 o la papa a $1,45? Solo en la mente de este gobierno manipulador.
El 0,8% de inflación anunciado para agosto es una burla. El gobierno saca esa cuenta tomando los “precios acordados” y no los reales. ¿Cómo puede ser que para el INDEC, comparando con nueve meses atrás, en el rubro Turismo hubo “deflación”, los precios de las frutas bajaron un 12% o las cuotas de los colegios privados subieron sólo 4% cuando aumentaron el 22?
¡Ni qué hablar de los alquileres, la ropa y los medicamentos que volvieron a aumentar! Por eso donde no hay intervención, la inflación es mayor: Neuquén registró un 4,6% (600% más al del INDEC); Entre Ríos, el 3,5; Mendoza el 3,1 cuando el INDEC dijo que era del 1,1%. Una burla.
El gobierno culpa de la inflación a los políticos de los 90, y Hugo Moyano, de la CGT, a los “grupos económicos concentrados”. ¿Pero qué hace el gobierno con ellos? Los defiende y subsidia.
¿Por qué no impone precios máximos? ¿Por qué no prohíbe las exportaciones para que la carne, cereales y lácteos lleguen a precios accesibles a las familias trabajadoras? ¿Por qué no les impone la Ley de Abastecimiento que faculta para meter preso a los empresarios que remarcan sin fin? Porque Kirchner los protege.
Mientras tanto el gobierno autorizó un 10% de aumento a la electricista Edenor y hay promesas de tarifazo para después de las elecciones. Por eso sindicalistas ultrakirchneristas salieron a pedir aumento del boleto de transporte, como Maturano de la Fraternidad, o como ya lo había hecho Oscar Lezcano, de Luz y Fuerza, reclamando un aumento en la tarifa de luz.
La culpa de que haya inflación no es del tomate ni de las heladas. Es de este modelo económico monopólico y extranjerizado, que exporta los alimentos básicos al ritmo del dólar alto, beneficiando a grandes empresarios y multinacionales en desmedro de los trabajadores y demás sectores populares del país.
El gobierno dice que los gurúes neoliberales fogonean la inflación porque cada punto que sube genera 520 millones más de deuda externa. Pero es el propio Kirchner el único responsable de esto, ya que renegoció la deuda con una indexación automática por el CER.
Con ese argumento, desde la Casa Rosada manipulan los índices para perjudicar directamente a los trabajadores, ya que los ajustes salariales se hacen con guarismos muy inferiores al real costo de vida.
Lo dijo Cristina: “No se puede pedir que controlemos la inflación y al mismo tiempo que tripliquemos las tarifas. Hay que ser muy equilibrados porque un aumento desmesurado desencadenaría una demanda por salarios” (Clarín, 4-10). Eso es lo que le preocupa a Cristina. Que los trabajadores no salgan a reclamar aumento de salarios.
La candidata ya puso como condición la “productividad” (más explotación y flexibilidad laboral) para futuras mejoras salariales. Y que va “a reducir sustancialmente el actual aumento del gasto público”, es decir, invertir menos en salud, educación, vivienda o trabajo. Esa es su receta.
Para ello necesita de un sólido Pacto Social entre la CGT, las patronales y el gobierno. Para intentar amordazar a los que luchan; que no se desboquen los reclamos salariales, y poder lograr de esta manera que las multinacionales, banqueros y grandes patronales sigan haciendo jugosas ganancias. Ese es el objetivo de que Kirchner se juegue a apoyar a Moyano, pero también a lo más rancio de los Gordos como Cavalieri, Pedraza o Jesús Rodríguez (ver página 3). Mientras tanto asociaciones de consumidores llaman a no comprar los alimentos más caros, y algunos gremios piden reabrir las paritarias.
Compañero lector: Si usted está pensando en votar a Cristina, sepa que su voto lo usará para que haya más inflación, más tarifazos y menos salarios. Si gana Cristina ganan los remarcadores, el FMI y las grandes patronales. Cada voto que saque el gobierno es para profundizar lo que ya estamos viendo: más pagos de la deuda, más subsidios a las privatizadas, aumento de tarifas y más represión, como ya se vio con la Gendarmería en Santa Cruz, en el Francés o persiguiendo a los trabajadores del subte y ferroviarios. Lo mismo si vota a Carrió o Lavagna, quienes son más de lo mismo.
Cada voto que saque el Frente de Izquierda (ver páginas centrales), será para fortalecer a los que luchan contra la inflación y por salarios y jubilaciones igual a la canasta familiar, indexados mensualmente; y para que se deje de pagar la deuda para resolver los urgentes problemas sociales. Un voto por otro modelo económico y político al servicio de los trabajadores y el pueblo. Por eso le pedimos que vote a la lista 135.
Candidata de los empresarios
Cristina realizó una cena para recolectar fondos de campaña. ¿Dónde? En el lujoso Hotel Sheraton.
Los invitados pagaron 1.000, 2.000 y hasta 5.000 pesos el cubierto. Concurrieron, entre otros, representantes de Repsol-YPF, FIAT, Techint, Telefónica, Telecom y el banquero Heller.
Este lunes la candidata habló ante la Asociación Empresaria Argentina (AEA), integrada por más de 70 empresas de primera línea que en conjunto facturan alrededor de 200.000 millones de pesos por año y exportan por 10.000 millones de dólares. Un empresario dijo: “¿cómo no la voy a votar?”
Si estas patronales dicen que les va a ir bien con Cristina, Usted, compañero trabajador, agárrese el bolsillo, porque va a ser en su perjuicio y en desmedro de su salario. Por eso no la vote.
Te pedimos un aporte para seguir apoyando las luchas de los trabajadores.
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