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“Paz Social” en Aerolíneas
Una muestra del Pacto Social
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Hugo Moyano y el Ministro de Trabajo Carlos Tomada |
Si alguien tenía dudas sobre los objetivos del Pacto Social que prepara Cristina de la mano de los empresarios y la burocracia sindical, lea: “El gobierno de Néstor Kirchner busca dejarle cerrado a su sucesora, Cristina kirchner, el primer caso de una concertación social en marcha: sería en el sector aerocomercial, en Aerolíneas Argentinas. Consiste en un convenio que establecería un horizonte de “paz social” por cinco años para que la empresa pueda invertir 4000 millones de dólares e incorporar a su flota 40 aviones de cabotaje y larga distancia. Sería la “prueba piloto”...” (La Nación, 18-11)
El “diálogo” se está desarrollando entre el Estado, la empresa, y los siete sindicatos aeronáuticos que nuclean a alrededor de 8600 trabajadores. El vicepresidente de Aerolíneas, Gonzalo Pascual, fue claro. “De nada vale tener aviones... y luego tener paros... A mi me gustaría que en lugar de haber siempre razones para un paro siempre haya razones para trabajar”, planteando a renglón seguido que las tarifas domésticas son insuficientes por eso hay que aumentarlas.
Si se diera este paso superaría todas las conjeturas previas, ya que el gobierno aspiraba a fijar nuevos techos salariales que duraran dos o tres años. La negociación en Aerolíneas sería por cinco, período en que tendría que reinar la “paz social”, es decir, intentar maniatar a los trabajadores para que acepten bajos salarios, condiciones de flexibilización laboral y no hagan denuncias por la falta de seguridad en los aviones que cada tanto produce accidentes fatales por falta de mantenimiento, entre otros atropellos. Todo, según dice la patronal, para que haya “previsibilidad” y “seguridad jurídica”... para sus inversiones.
¡Pero estos inversores son los que precisamente se quedaron con nuestra línea de bandera allá por los 90 con las privatizaciones de Carlos Saúl Menem! No hay que dejarse engañar. El Pacto Social es un salvataje para que estos empresarios chupasangres y multinacionales sigan haciendo fortunas a costa del sacrificio de sus trabajadores.
Mientras sigue el debate de cómo llevar el Pacto Social a cada gremio, la inflación se sigue comiendo los salarios e ingresos populares. Por eso se hace necesario exigir un aumento salarial de emergencia para contrarrestar el tremendo costo de la vida. No dejan de aumentar los artículos de primera necesidad, la carne y otros productos de la canasta básica. Ya la Navidad será un 40% más cara, y no se sabe (con la manipulación del INDEC) cuál es el parámetro para pedir un aumento.
Si bien es cierto que la mayoría de las negociaciones paritarias empezarán en febrero-marzo de 2008, hay que exigir un aumento de emergencia ahora. Hasta el propio asesor de la CGT Héctor Recalde admitió que no habría que esperar esa fecha para lograr un aumento “en las empresas con ganancias extraordinarias -como las automotrices-“, donde “se justifica el pedido de un plus salarial de fin de año” (Clarín, 26-11). Horacio Meguira, asesor de la CTA, denuncia a su vez que “los trabajadores no registrados y los estatales tuvieron aumentos inferiores a la inflación”, y que se tendría que apelar al “aumento salarial de emergencia que compense todos los efectos inflacionarios”. ¡Eso es lo que necesitan los trabajadores!. Sin embargo, parece que ninguno de esos asesores convencen a sus dirigentes, ya que tanto la CGT como la CTA no mueven un dedo para que en la emergencia el salario deje de perder con respecto a la inflación, mientras Moyano y Yasky se la pasaron felicitando al nuevo gabinete de Cristina (ver páginas centrales)
Hace falta ya un aumento salarial de emergencia para todos los trabajadores igual a la canasta familiar, para que ningún asalariado gane menos de $2.900. Por eso la tarea para los luchadores pasa en primer lugar por apoyar a todos los trabajadores en lucha. A los docentes de Capital que paran por aumento al igual que en otras provincias; a los trabajadores del Casino flotante que piden la reincorporación de los despedidos y la rebaja de la jornada laboral; a los trabajadores del INDEC, el hospital Francés, los fileteros de Mar del Plata, portuarios, bancarios, no docentes universitarios de La Plata, y miles y miles de trabajadores que quieren defender su salario y fuente de trabajo. Debemos aprovechar toda instancia democrática para debatir cuánto pedir y qué medidas tomar. Hay que reclamar asambleas y plenarios de delegados a tal fin. Y reclamar que la CGT y CTA, en vez de estar avalando techos salariales y comprometerse a participar del Pacto Social, apoyen con alguna medida y llamen a un Plan de Lucha Nacional.
Las propiedades de Cavalieri: El preferido de Cristina
Se llama Armando Oriente Cavalieri, alias “El gitano”. Conduce el gremio mercantil desde hace varias décadas. En la época menemista se hizo famoso por pagar 100 mil dólares para veranear en crucero. Hoy es un gran potentado.
Según una investigación de Diario Perfil (25-11), posee una estancia de 5000 hectáreas en Roque Pérez, a 150 Km. de Buenos Aires (valuada en 80 millones de pesos); una cerealera y un tambo (que facturan 4,5 millones por año), garajes, propiedades, y empresas de repuestos automotores. Sus socios son su hijo y un asesor del gremio mercantil.
Néstor Kirchner vino sosteniendo a Moyano como líder de la CGT, pero este año fue a saludar a Cavalieri cuando fue “votado”, nuevamente como líder mercantil en un congreso sindical. Son los dirigentes que necesita Cristina para el Pacto Social.
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