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Días de furia en EzeizaEn los últimos días, mientras los compañeros de rampa de Aero-handling, empresa del Grupo Aerolíneas -encargados de la carga y descarga de las valijas y del tractoreo de los aviones- realizaban un quite de colaboración (bastante “light” gracias a la acción de la burocracia de APA) en reclamo de un plus por temporada, y los pilotos hacían cumplir estrictamente sus condiciones laborales, estalló el caos en el aeropuerto internacional de Ezeiza. Sus verdaderas causas se encuentran en las políticas de la empresa y del gobierno. Aerolíneas Argentinas no es la excepción. La línea aérea de bandera que fuera “regalada” a los españoles por Menem en los 90’, actualmente comandada por el grupo Marsans, viene teniendo serios problemas operativos. Con varios aviones fuera de servicio por falta de repuestos, no puede cumplir con la gran cantidad de vuelos que promete en estas fechas de temporada alta. Con el agravante de que, al igual que sus competidoras, sobrevende los vuelos para aumentar sus ganancias. El resultado: demoras y cancelaciones, que los pasajeros se las aguanten, total la cara la ponemos los trabajadores. Durante este fin de semana, miles de pasajeros de Aerolíneas, cansados del manoseo, se amotinaron. De manera violenta insultaban y amenazaban a los trabajadores, que viendo en riesgo su integridad física se retiraron y comenzaron a exigir mejores condiciones de trabajo para regresar. Gerentes de la empresa y burócratas de APA en conjunto, intentaban por todos los medios “convencer” a los compañeros para que volvieran a trabajar. La turba de pasajeros llegó a hacer un piquete en el área de Migraciones evitando la salida de vuelos de las otras líneas aéreas, destrozando incluso las instalaciones ante la pasividad de la PSA (Policía de Seguridad Aeroportuaria) que suele mostrarse muy activa a la hora de reprimir, detener o simplemente hostigarnos a los trabajadores. Esta presión laboral no es nueva, aunque cotidianamente en menor medida, es normal tanto en Ezeiza como en Aeroparque y el resto de los aeropuertos del interior. Mientras las bases plantean la necesidad de reducción de jornada y días adicionales de vacaciones por el alto nivel de estrés, los burócratas les dan la espalda y se preocupan por garantizar la salida de los vuelos. Se nota que se esfuerzan por hacer buena letra con la patronal y el gobierno. A río revuelto, ganancia de… No sería raro que a raíz de estos “graves problemas”, el gobierno finalmente anunciara la ampliación de su porcentaje accionario en Aerolíneas, justificando así la “inversión” de cifras millonarias en un esquema de capitales mixtos (inversión estatal - ganancia privada) en el que solo ganan los empresarios y los funcionarios de turno con sus negociados y retornos. Ante este panorama los trabajadores debemos seguir luchando por nuestras condiciones, decidiendo en asambleas sin que ningún burócrata pretenda imponernos nada. Y ante el verso de la empresa mixta responder seriamente con el planteo de reestatización de Aerolíneas bajo control de nuestras organizaciones. |
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