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Al borde del apagón...¡Y Cristina dice que no hay solución!Además del calor, en este verano volvió a pasar lo mismo que años anteriores: no hubo ni luz ni agua, y estuvimos al borde del colapso eléctrico. El gobierno de Cristina lanzó un “Plan Energético” reconociendo de hecho lo que su esposo negaba: que hay crisis energética. Un grave problema estructural, no coyuntural ni climático, por falta de inversión de las privatizadas con el consentimiento del gobierno. La solución no pasa por medidas parciales como cambiar el horario o las lamparitas. Hay que solucionar inmediatamente las demandas de los vecinos y reestatizar las empresas de electricidad.
1.500.000 vecinos sin luz sólo en Capital y Gran Buenos Aires. También en el interior hubo cortes por colapso o “programados”, es decir encubiertos. Chaco, Formosa, Corrientes y Misiones fueron las provincias más afectadas. En Santa Fe la administración pública suspendió la atención por falta de energía, lo que impidió que funcionen los sistemas computarizados. Hospitales, salas de emergencia, bomberos. Nadie se salvó. En el hospital Durand se tuvo que cerrar el servicio de Hematología, el laboratorio y los consultorios externos. Médicos del hospital Gastroenterológico de Capital, después de atender a más de 40 pacientes ingresados con síntomas de diarreas y vómitos, alertaron sobre los cuidados que deben tener las familias con los alimentos por el corte en la cadena de frío (La Nación, 9/11). Vecinos sofocados y desesperados, junto a comerciantes arruinados, salimos la semana pasada a cortar las calles y a hacer sonar nuevamente las cacerolas. La presidenta y las empresas repitieron que no hay solución y que la única certeza es que cada vez que aumente la temperatura, se cortará la luz. «Que falla la generación... que falla la distribución», lo que nos deja sin luz es el saqueo y la desinversión Edenor, Edesur, el resto de las privatizadas de electricidad y el gobierno, pretenden ocultar la responsabilidad que tienen esas empresas desde la privatización en la destrucción de la red eléctrica, por no invertir a pesar de sus balances favorables. Cristina nos dice que “la culpa es del calor», o “de los vecinos que compraron equipos de refrigeración ». Este gobierno que benefició a los empresarios de la industria de refrigeración reduciendo sus impuestos (lo que le permitió a éstas multinacionales aumentar enormemente sus ganancias por la venta de aparatos), ahora pretende acusar de destruir el sistema eléctrico a quienes necesitan usarlo por las excesivas temperaturas. ¡Que ridículo! Antes de la privatización, cuando en el país había una demanda en energía superior al actual, el sistema eléctrico tenía una capacidad de 22.000 megavatios diarios. Después de más de una década de privatizadas, el sistema llega al borde del colapso a los 17.885 megavatios. Como el fatídico miércoles 9 de enero, cuando a las 22:30 horas se produjeron 50.000 cortes simultáneos en Capital y Gran Buenos Aires. Los especialistas debaten si el problema se dio en el área de generación o de distribución de electricidad. Sea donde sea, los responsables de invertir en mantenimiento, sea por el crecimiento de la demanda o en la distribución, son las empresas. Además, en los últimos tres años, las empresas del sector recibieron subsidios por $12.000 millones que nunca invirtieron en la red (Revista Fortuna n° 239). Estiman los especialistas que son necesarios 4.000 millones de dólares de inversión anual para mantener y modernizar el servicio. Parte de ese dinero lo vinieron recibiendo y no lo invirtieron porque se lo robaron. Como también hacen ahora, que se van a llevar los aumentos de tarifas otorgados por este gobierno. Castigo a los usuarios, dulces ganancias a los empresarios Pasaron las elecciones y al gobierno ya no le preocupan tanto los votos. Por eso el «Plan Energético» anunciado por la presidenta tiene una sólo objetivo: menos luz para los vecinos para que no le falte a los empresarios. La UIA y la CAC (Cámara Argentina de Comercio) aplaudieron la decisión ¡Ya no sufrirán cortes! Antes de las elecciones los cortes habían recaído en la industria, que los patrones hicieron pagar con suspensiones y recortes salariales a sus empleados. Ahora Cristina convocó a la población a cambiar lamparitas y se cambió el horario para ahorrar energía, pero en simultáneo Edenor y Edesur realizan cortes encubiertos. “Esto seguirá así por mucho tiempo”, fue la respuesta de la presidenta a los reclamos. Está claro que con esa política los empresarios siguen ganando subsidios, tarifas, privilegios en el reparto de la energía, mientras nos dejan sin solución a los trabajadores y el pueblo. No al apagón, sí a la reestatización ”No queremos lamparitas, queremos luz”, repetían en los cortes los indignados vecinos. ¡Que no falte luz ni agua en ningún hogar! Debe ser el reclamo inmediato. Que las empresas y entes reguladores se hagan cargo de las pérdidas materiales (artefactos eléctricos, comida, mercaderías, medicamentos). Que se pongan generadores gratuitos en las zonas más necesitadas para garantizar que no se corte la luz (actualmente se cobra $150 de alquiler por día o se pagan $5.000 por un equipo chico). Que se declare la Emergencia Sanitaria para garantizar el reparto de agua, alimentos y medicamentos frescos y todo lo necesario para la vida normal de la población. En caso de suspensiones en las PYMES, que la crisis no la paguen sus trabajadores con suspensiones o rebajas de salarios. Y lo fundamental pasa por atacar el problema de fondo. No dejemos en manos de las privatizadas, De Vido y el gobierno la solución del problema. Hay que anular todas las privatizaciones del sistema eléctrico, reestatizándolas de inmediato, bajo estricto control de trabajadores y usuarios. Y con una fuerte inversión para la ejecución de obras necesarias, como así también para satisfacer las necesarias demandas inmediatas de los trabajadores y el pueblo. Con la plata del superávit y de los pagos de la deuda, podremos tener luz y agua para todos. Cristina no quiere pasar calor en OlivosEl gobierno nacional convocó a una licitación para instalar nuevos equipos de refrigeración para la residencia presidencial en medio de los apagones y en plena polémica por el «censo» de aire acondicionados, que impulsan junto a su incondicional, el burócrata de los porteros, Víctor Santamaría. Teniendo en cuenta sus dichos ¿Será Cristina una de las responsables del desastre del sistema eléctrico? Y el portero de Olivos ¿se animará a llenar el formulario sobre el número de equipos? |
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