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Escribe:
Federico Ramoi
Polémica Macri-Kirchner
Entre reprimir y “encapsular” la protesta social
Macri viene prometiendo “mano dura” contra los que luchan. El Gobierno nacional intentó diferenciarse asegurando que es más efectivo “encapsular” la protesta social. ¿Qué diferencia hay entre las dos posturas? Consideramos que ninguna.
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Entre Macri y Kirchner no hay mucha diferencia |
No hay dudas para quién va a gobernar Macri, ni su postura frente a los que luchan. Sus primeras medidas van desde el aumento del ABL, hasta el despido masivo de trabajadores del Estado. Ahora Macri planteó que para realizar una manifestación, se deberá pedir permiso, mostrando su intención de sancionar y reprimir las protestas.
El Gobierno Nacional, por boca del ministro Aníbal Fernández, salió a responderle, buscando diferenciarse de éste tipo de políticas, diciendo que la suya es la de “encapsular la protesta”. ¿Pero cuáles han sido las acciones que se emprendieron a lo largo del mandato kirchnerista con respecto a la protesta social? También la represión. Veamos.
La verdadera política de Kirchner hacia las luchas
Mencionemos algunos ejemplos de lo que Kirchner ha utilizado para amedrentar a los sectores que salen a luchar: un conflicto de actualidad, el del Casino, donde justamente se implementó el método de “encapsular” la protesta. El lunes 21, luego de que una asamblea con alrededor de 500 trabajadores decidiera marchar a 9 de Julio y San Juan, fue interceptada en la calle Independencia por un brutal despliegue policial con colectivos bajando uniformados, carros de asalto, hidrantes y decenas de policías de civil, impidiendo que la marcha siguiera su curso. Esto más que “encapsular” la protesta social, es lisa y llanamente impedirla. Otro tanto ocurrió el viernes 25, donde un severo dispositivo policial siguió cada paso de la marcha de los trabajadores del Casino y otras organizaciones al Hipódromo, en el cual se encontraba una patota de la burocracia sindical y más efectivos cuidando las instalaciones de las cuales usufructúa el empresario amigo de Kirchner Cristóbal López (ver página 3). Todo esto por la Policía Federal que actúa bajo las órdenes de Aníbal Fernández, no de Macri.
Para frenar las luchas, también el gobierno implementa patotas ligadas al PJ -y deja correr a las ligadas a la burocracia sindical-, que, ante cualquier iniciativa de organización independiente y democrática por parte de los trabajadores, no dudan en implementar acciones violentas para defender los intereses de la patronal. Esta metodología fue usada por una patota kirchnerista en el Hospital Francés, en la que participó el “Tuta” Mohamed, personaje que actuaba de guardaespaldas del ex presidente.
En el año que lleva intervenido el INDEC, las patotas dentro del instituto se convirtieron en una realidad cotidiana. En estos días, los trabajadores de DANA fueron agredidos por la burocracia sindical, la cuál fue hasta con cuchillos y dejó en el hospital a trabajadores gravemente heridos. Ya antes había actuado la patota de la UTA para impedir asambleas en el subte, agrediendo a sus dirigentes cuando se disponían a hacer una conferencia de prensa en el hotel Bauen.
Pero lo más emblemático fue el funcionario kirchnerista Varizat, atropellando con su camioneta 4x4 a los docentes y estatales que reclamaban por sus salarios en Río Gallegos.
A su vez, el gobierno apela a una segunda forma para enfrentar a los que luchan, de la mano de la justicia patronal. Una investigación del Instituto Gino Germani señaló que hay “una marcada tendencia desde 2002 a judicializar la protesta social”. Es lo que están sufriendo los ferroviarios (ver aparte) y tantos otros trabajadores por cometer el “delito” de defender sus más elementales derechos.
Ni reprimir, ni “encapsular”
Como dijera un profesor constitucionalista, las luchas no son una actividad “divertida” o un “capricho” de los trabajadores, sino el último recurso que tienen para ser escuchados por las patronales o los gobiernos. “El derecho a protestar merece una protección todavía mayor, ya que es condición para asegurar la pervivencia de los demás derechos (la alimentación, la vivienda, la salud, la libertad de expresión y de asociación). Si se debilita el derecho a la protesta, todos los demás derechos entran en zona de riesgo”. (Página/12, 22-01)
Por eso hay que repudiar cualquier forma de represión, sea macrista o kirchnerista; y defender los elementales derechos democráticos de rebelarse contra todas y cada una de las medidas antiobreras que están pergeñando tanto en la Ciudad, como en el resto del país.
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