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24 de marzoOtro golpe a la impunidad
A pesar del paso de 32 años desde el Golpe del 76. A pesar de que el gobierno declaró feriado el 24 y este año coincidió con Semana Santa. A pesar del doble discurso de Cristina, que intenta hacer creer que en relación a los Derechos Humanos ya está todo resuelto, el 24 fuimos miles y miles los que nos movilizamos en todo el país contra la impunidad de ayer, y también contra la de hoy. La marcha más importante fue la del Encuentro Memoria, Verdad y Justicia en Capital, con más de 400 organizaciones entre convocantes y adherentes, que llenó nuevamente la Plaza de Mayo. Varias generaciones de luchadores nos volvimos a unir. Lo más destacado fueron los muchísimos jóvenes que participaron. Lo que implica que, si bien no vivieron los años de terror de la dictadura, sienten profundamente la necesidad de que haya justicia. Implica también, que todos esos jóvenes no se creyeron el discurso de los Kirchner y saben que la mayoría de los represores siguen en la impunidad. Porque siguen los indultos, el aparato represivo intacto, las causas fragmentadas, y ahora, Cristina quiere poner un nuevo Punto Final, al decir que sólo hay 992 represores cuando se sabe que hubo más de 500 campos de concentración. En Córdoba hubo una marcha unitaria con más de 25 mil personas, empujada por la reapertura de la causa contra Menéndez; en Rosario los medios dicen que fue de 20 mil, y así se repitió en otras importantes ciudades. En Capital, lamentablemente, Madres Línea Fundadora, Abuelas, y la CTA no vienen sumándose a este espacio porque no quieren exigir directamente al gobierno, ni hacerlo responsable por la falta de condenas, dilatación de los juicios, la desastrosa investigación sobre Julio López, y sobre todo, de la utilización de la represión y las patotas a los que luchan. Mientras Cristina aprovechó la pequeñas “vacaciones” para descansar en el Calafate, fuimos miles los que seguimos luchando por juicio y castigo para los represores de la dictadura, para que no se reprima a los que hoy luchan y para que no se violen los más elementales derechos humanos, como un salario igual a la canasta familiar y condiciones dignas trabajo. Algo volvió a quedar claro: mientras siga habiendo impunidad y represión, miles y miles seguiremos en las calles. |
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