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Las mentiras de CristinaEn Parque Norte, en medio de puebladas por todo el interior del país y a dos días de haber sufrido su primer cacerolazo en Plaza de Mayo, la presidenta habló tratando de justificar su política y dar línea a “su tropa” para que los pequeños productores levantaran los cortes. No lo logró. Y en su discurso, una vez más Cristina mintió.
La presidenta pronunció su discurso rodeada de un verdadero cambalache de dirigentes peronistas y kirchneristas, que Santos Discépolo realmente no hubiera imaginado. Lo hizo entre gobernadores, intendentes, políticos y funcionarios que apoyaron a Alfonsín, Menem, a los carapintadas (como De Luca, hombre de Aldo Rico de San Miguel), burócratas de la CGT y CTA con Moyano y Yasky a la cabeza, patoteros como D´Elía y referentes de derechos humanos como Carlotto, todos pegados por el dulce amor al poder kirchnerista. Cristina los llamó “amigos y compañeros”. Para desviar la atención de la crisis por los cortes de los pequeños productores, Cristina quiso “victimizarse”. Dijo que todo era un complot porque ella “es mujer”, porque “defiende los derechos humanos” o porque “Kirchner era Montonero”. Que los fascistas querrían dar un golpe para que “vuelva Videla”. Aunque el genocida se está muriendo cómodo en su casa, gracias al kirchnerismo, al igual que sigue muerta su ideología entre la sociedad, que repudia a la derecha y a la impunidad, como se vio este 24 de marzo, cuando centenares de miles nos movilizamos contra el genocidio en todo el país. ¿En que país vive Cristina? Cristina dijo que “en Semana Santa 2 millones y medio de argentinos salieron de vacaciones. Es la Argentina real, porque los argentinos han recuperado el trabajo, la esperanza y las ilusiones”. Y que las medidas que tomó fueron “fundamentalmente porque hace a la calidad de vida de los argentinos. Necesitamos que los precios internos, que los argentinos comen todos los días, el pollo, la carne, la leche, el pan, no valga a precio internacional y puedan acceder a los bienes que se producen”. No era necesario el paro del campo para que millones de argentinos se privaran de comer. La realidad cotidiana y las propias estadísticas oficiales la desmienten ¿Dos millones viajaron en Semana Santa? Hay varios millones más que están debajo del límite de la pobreza. Hay millones de desocupados o subocupados (con planes sociales) que no cubren la canasta alimenticia. El 28% de los trabajadores en blanco viven con menos de $800, debajo de la canasta de pobreza. Y casi el 50% de los que trabajan, varios millones más, lo hacen en negro, con salarios inferiores. 1,2 millón de trabajadores rurales cobran menos de $900. (Clarín, 30-03). En la Argentina “real” que señala la presidenta, millones no acceden “cotidianamente al pollo, leche, carne”. Y todos vemos los brutales aumentos de precios, aunque Moreno, el INDEC intervenido y el gobierno, nos digan que todo está más barato. Cristina miente. ¿Medidas para avanzar en la distribución de la riqueza? Cristina también dijo “en Argentina se está discutiendo la distribución del ingreso y un modelo de país. Porque es fácil decirlo, pero hacerlo cuesta un poco más y sino, miren lo que está pasando” ¿El conflicto del campo es porque Cristina quiere distribuir la riqueza y no la dejan? ¡Tarde se acuerda! Ya se pagaron $30.000 millones al FMI. Ya hay U$S 50.000 millones de reservas en el Banco Central. ¡Sólo con el 1% de las reservas se puede duplicar el salario por un año a todos los docentes del país, pero les impone salarios de hambre! ¿Cuántos hospitales, escuelas, viviendas, inversiones productivas que den trabajo se pueden hacer sólo con un porcentaje de las reservas? Cristina no puso las retenciones para “distribuir la riqueza”. Lo hizo para hacer “caja” y seguir garantizando las ganancias de las multinacionales, las privatizadas, la concentración económica de la oligarquía ante la crisis financiera internacional. Cristina, DElía y el kirchnerismo posan de “antioligárquicos”, pero no toman una sola medida de fondo contra la oligarquía y siguen garantizando fabulosas ganancias de la nueva oligarquía y perjudican a los pequeños productores y a las familias trabajadoras. ¿Los trabajadores aceptamos salarios miserables? También dijo “hace semanas el debate era qué iba a pasar con la presión gremial por los salarios. Parecía que los malos de la película en la República Argentina iban a ser los trabajadores. Por el contrario, en un formidable aprendizaje histórico, los trabajadores argentinos y sus dirigentes sindicales han comprendido que el país está primero por sobre todas las cosas”. No somos los trabajadores los que aceptamos salarios de hambre. Son los traidores sindicales, con Moyano y Yasky a la cabeza, los que firman, a espaldas nuestras, techos salariales. Contra estos pactos seguirán saliendo a luchar cada vez más trabajadores. Por eso, compañero lector, no se deje engañar con las falsedades de los Kirchner. La bronca y las puebladas no son por “la derecha golpista y oligarca”, ni por cuestiones “de genero y derechos humanos”, ni contra “medidas para distribuir la riqueza”. Tenemos un gobierno de doble discurso, que gobierna para las multinacionales, las privatizadas y los ricos, con las patotas y los burócratas sindicales, contra los trabajadores y el pueblo. Hay que unir en la lucha a los trabajadores y los pequeños productores para cambiar el modelo de concentración imperialista, para imponer un plan económico obrero y popular. D´Elía y Moyano: ¿Patotas kirchneristas o “un pequeño 17 de octubre”?De la misma manera que en su momento se utilizó la patota en el conflicto del hospital Francés, contra los trabajadores del Casino, subte o los colectiveros de la línea 60, ahora el gobierno apeló a sus principales tropas de choque para reprimir la protesta del campo. Moyano y su gente se apostaron en Ceibas, en el sur de Entre Ríos, con el objetivo de impedir que los productores cortaran la ruta nacional Nº 12. Pero lo más grotesco fue la intervención de los kirchneristas D´Elía y Pérsico, que tras la delirante excusa de estar protagonizando “un pequeño 17 de octubre”, fueron a reprimir a quien se les cruzara para desalojar la Plaza de Mayo e intentar acallar la protesta contra el gobierno. El accionar de una patota que está muy lejos de aquella gesta de los trabajadores peronistas. Fueron numerosas las posteriores declaraciones de apoyo a estas acciones por parte del oficialismo. Alberto Fernández opinó que la decisión de D´Elia de desembarcar en la Plaza fue espontánea y que no había que cargar las tintas sobre él, mientras que el presidente de la bancada oficialista de la Cámara de Diputados, Agustín Rossi señaló “se manifestó como tantos otros que tenían derecho a oponerse. El tenía derecho a apoyar.” (Clarín, 27-03) En el acto en Parque Norte del pasado jueves, encabezado por Cristina, se pudo ver que “en el escenario también había un lugar privilegiado para dos de los actores elegidos por el Gobierno para combatir la protesta: el jefe de la CGT, Hugo Moyano, y el piquetero Luis D’Elía.” (Clarín, 27-03). Queda claro que en ningún caso se actuó de forma descolgada ni espontánea, sino que es una clara política del gobierno para intentar acallar la protesta social, utilizando la patota y la represión. Moyano chacareroUn volante que circuló en la ruta 14, Entre Ríos, daba cuenta de la bienvenida que le preparan desde la Sociedad Rural y Coninagro a un nuevo miembro: Hugo Moyano. El titular de la CGT acaba de adquirir la emblemática estancia San Ignacio a la familia Naón Pirovano, Partido de Henderson, provincia de Buenos Aires, que según los lugareños, de acuerdo al valor de la hectárea en la zona, habría pagado 4 palos verdes (Clarín, 28-03) Moyano envió a su patota a enfrentar los piquetes y moviliza a favor del gobierno, pero sus privilegios no le impiden que ahora se transforme, además de gestor y guardián de techos salariales, en “estanciero”. Otra muestra del doble discurso moyanista. |
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