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“La nacionalización de Sidor es un gran triunfo de los trabajadores”

El anuncio del gobierno de Chávez de que nacionalizará la gigantesca acería Sidor (Siderúrgica del Orinoco), es un gran triunfo de los trabajadores, señaló el dirigente venezolano Orlando Chirino (foto). Venían luchando duramente contra la empresa y habían tenido que enfrentar al propio gobierno que los reprimió, exigiendo la nacionalización, un aumento de salarios acorde con la inflación y otras demandas.

Trabajadores de SIDOR en lucha

Orlando Chirino, coordinador nacional de la UNT y miembro de la Corriente Clasista, Unitaria, Revolucionaria y Autónoma (CCURA), se unió al júbilo que embarga a los sidoristas señalando: “Sin ninguna duda, la nacionalización de Sidor, es el resultado de la lucha y la movilización tenaz que los trabajadores han venido desarrollando desde hace más de año y medio. Es un triunfo inobjetable de los trabajadores y un ejemplo para toda la clase obrera venezolana, poniendo en el tapete que, la movilización, la lucha consecuente, siempre da frutos, y es la forma de obtener nuestras más importantes reivindicaciones.

El triunfo que hoy celebran los sidoristas en el portón 3 de la empresa es la consecuencia directa del enfrentamiento contra la agresión de la Guardia Nacional, el producto de la marcha del jueves 27, de la solidaridad de clase concretada en el Encuentro Nacional Sindical del sábado 29, así como de los resultados del referéndum autónomo realizado por SUTISS, en el que participaron democrática y masivamente los trabajadores.

Los derrotados son la empresa multinacional Ternium y el propio gobierno de Chávez, que hasta la semana pasada apoyaba a la empresa a través de la postura del Ministro de Trabajo José Ramón Rivero. No podemos olvidar que en el marco de este apoyo gubernamental, la empresa daba por terminadas las negociaciones y con el apoyo del Ministro pretendía montar un referendo fraudulento, que los sidoristas derrotaron con su propio referendo autónomo, en el que rechazaron masivamente la propuesta patronal”.

Chirino prosiguió: “Tampoco podemos olvidar que el pasado 14 de marzo los sidoristas fueron brutalmente reprimidos por la Guardia Nacional, y que hasta hace pocos días el gobierno y sus aliados sindicales acusaban de contrarrevolucionarios los paros escalonados que llevaban a cabo.

El cambio de postura del gobierno y el anuncio del inicio de un proceso de nacionalización, aún indefinido, es un categórico triunfo de los paros obreros y de la autonomía sindical”.

Al preguntársele sobre la forma en que se concretará la nacionalización de Sidor, el futuro del contrato colectivo y la situación de los 10.000 trabajadores tercerizados que trabajan para contratistas, Chirino planteó: “El gobierno nacional decidió nacionalizar Sidor, medida que aún no está claro en qué término se realizará. Ante lo cual planteamos que la empresa debe ser 100% estatal, sin pagar ninguna indemnización a Techint, y controlada por sus trabajadores. Por otro lado, si bien el gobierno ahora dice que la prioridad del gobierno son los trabajadores, no ha solucionado aún el problema de fondo de los sidoristas que es el reclamo salarial y el fin de la tercerización. Existe el peligro que esto quede postergado en el tiempo y supeditado al proceso de negociación con la transnacional Techint. Nosotros consideramos que los trabajadores deben exigir que el gobierno del presidente Chávez, de manera inmediata, apruebe el contrato colectivo, asumiendo las exigencias salariales y socioeconómicas hechas por los trabajadores a través del sindicato, así como la absorción inmediata de los 10.000 trabajadores que trabajan para las contratistas en condiciones de tercerizados”.

Orlando Chirino hizo un llamado a los obreros sidoristas y su dirección sindical “a seguir alertas y movilizados para lograr ahora sus reivindicaciones contractuales, así como una verdadera renacionalización de Sidor, bajo su control y gestión directa. El presidente Chávez tiene razón cuando recordó que los trabajadores de Sidor y de las empresas básicas se movilizaron durante el paro sabotaje golpista para defender el proceso revolucionario. En esa ocasión demostraron que los trabajadores, con el apoyo de las comunidades, pueden garantizar la producción y la seguridad de una empresa estratégica como Sidor.

“Por eso la lucha de los sidoristas deber servir de ejemplo para todos los trabajadores del país”, concluyó Orlando Chirino.

¿Por qué se nacionalizó Sidor?

Como lo reflejaron los medios, el anuncio de la nacionalización de Sidor fue sorpresivo hasta para la propia patronal. El gobierno de Chávez venía actuando en sentido opuesto, a favor de Techint. Recordemos que el año pasado, Chávez había llegado a un acuerdo con Rocca, el dueño de Techint, con la mediación del propio Kirchner, para no nacionalizarla, pese a que los trabajadores hicieron una huelga reclamándola.

En el último mes Chávez ni habló de Sidor, a pesar de que había huelgas todas las semanas. El 14 de marzo se produjo la salvaje represión de la Guardia Nacional. Chávez tampoco dijo una palabra. En cambio, el ministro de Trabajo José Ramón Rivero, sí hablaba y siempre a favor de la empresa, diciendo que no se podía hacer huelga y que si se hacía intervendría el ministerio para imponer un arbitraje obligatorio. Los voceros del gobierno, su prensa, hacían campaña que los paros y los reclamos intransigentes eran parte de una contraofensiva de la contrarrevolución, y que había “infiltrados”.

Por eso la nacionalización fue un cambio de política impuesto por la firmeza de los obreros que venían haciendo fuertes huelgas de uno o dos días por semana. Luego de la represión, se hizo una nueva huelga de 72 horas. El sábado 29 se reunieron 100 organizaciones sindicales de todo el país, convocadas por Chirino, CCURA y otras corrientes de la UNT, que dieron total respaldo a los sidoristas y votaron hacer paros y medidas de lucha en solidaridad si se lanzaba la huelga por tiempo indefinido.

Finalmente el sindicato de Sidor (SUTISS) organizó un plebiscito interno para votar SI (a la última propuesta patronal), o NO a la propuesta (es decir, continuar la lucha), y el plebiscito arrojó 3.338 votos por el NO, y sólo 65 por el SI a la propuesta patronal.

Todos los hechos indicaban claramente que se iba a una huelga total por tiempo indefinido con apoyo de gran parte del movimiento obrero. Esto es lo que forzó el cambio de política de Chávez, quien tuvo que desautorizar a su ministro de trabajo y hacer intervenir en forma directa al vicepresidente para reunir a las partes y, ante la falta de acuerdo, anunciar la nacionalización.

Esto se da en el marco nacional de un gran desgaste político del gobierno, que viene de la derrota del 2 de diciembre en el referendo constitucional. Después del plebiscito comienzan a producirse grandes luchas. No solo la de Sidor. En este momento están las de Firestone, autopartistas, Coca Cola, aluminio, portuarios, eléctricos y otras.

Esto muestra que la derrota de Chávez en el plebiscito fue consecuencia del malestar de las masas por la falta de medidas de fondo a favor del pueblo, y no un giro a la derecha. Aunque ésta intente aprovechar aquella políticamente.

Otro elemento importante es que en las elecciones de gobernadores e intendentes previstas para noviembre, según las encuestas, el gobierno podría perder en varios lugares importantes. Esta es una gran preocupación política del gobierno.

Chávez debe ceder ante la huelga de Sidor. Pero también adopta medidas como la nacionalización, aunque parcial, de la industria del cemento, dominada por empresas trasnacionales, con la promesa de un plan de viviendas populares. A diferencia de Sidor, la nacionalización de las empresas del cemento es un plan del gobierno. No existe allí ningún conflicto obrero, las cuales se anuncian abiertas a una negociación con las transnacionales (mexicana, francesa y suiza). Sobre un posible esquema de que sea 60% estatal y 40% privada, pagando jugosas indemnizaciones pactadas para que terminen siendo un buen negocio para esas empresas como pasó con la empresa telefónica CANTV o las eléctricas.

Respecto a Sidor, nada se sabe como se hará la nacionalización. Ni tampoco qué pasará con las demandas obreras que, como lo expresa Chirino, no son sólo por aumento salarial y el convenio colectivo, sino para que se termine con la tercerización de los 10.000 contratados.

El sólo anuncio de nacionalización, impuesta por una huelga obrera, es un inmenso triunfo que fortalece a las corrientes clasistas y autónomas del movimiento sindical.

Por otro lado, aunque sea parcial la medida, abre el camino a que otros sectores de trabajadores exijan que se haga lo mismo con sus empresas en conflicto.

Una gigantesca empresa

Sidor es la empresa más grande de Venezuela, después de la estatal petrolera PDVSA. Fue privatizada en 1997 porque “daba pérdidas”, según mintió el gobierno de entonces de Rafael Caldera. Techint pagó 1.200 millones de dólares, y echó a 10.000 trabajadores. Actualmente gana 500 millones al año.

Está ubicada en el Estado Bolivar, sobre la margen derecha del Río Orinoco, a 300 kilómetros de su desembocadura al mar Caribe. Se abastece de energía eléctrica generada en las represas de Macagua y Gurí, ubicadas sobre el Río Caroní, así como de gas natural proveniente de los campos petroleros del Oriente Venezolano. Energía que el Estado le provee a bajísimo costo

Sus instalaciones se extienden sobre una superficie de 2.206 hectáreas, de las cuales 87 son techadas. Tiene acceso al mar por vía fluvial, mediante un puerto con capacidad para atracar hasta seis barcos de 20.000 toneladas cada uno, el puerto mejor equipado del país.

Para Techint trabajan 4.500 trabajadores y otros 10.000 en la misma planta, pero “tercerizados” como empleados de otras 400 empresas, con mucho menos sueldo y totalmente precarizados.

Los trabajadores fueron sometidos a una brutal explotación. Desde 1998 murieron 18 por accidentes y hay un promedio de 130 al año. Hace 24 meses que no tienen aumento de salarios. Los de Techint, que están mejor que los tercerizados, ganan sueldos de 1.200 ó 1.400 bolívares, que en Venezuela son muy bajos (equivalente a ganar 1.200 pesos en Argentina).

Escribe:
Miguel Lamas

Los Rocca: de la Italia de Mussolini a Techint, Somisa y Sidor

¡Qué famiglia!

Techint es el principal grupo industrial de la Argentina. Pertenece a la familia Rocca. El abuelo Agostino (1895-1978), ingeniero oriundo de Milán, llegó al país en 1945. Era alto funcionario del régimen fascista. Benito Mussolini lo había nombrado en 1931 al frente de la estatal Dálmine. Luego fue director delegado del ente estatal Istituto per la Ricostruzione Industriale (IRI). Cuando cayó el fascismo, Agostino tuvo que salir corriendo, no olvidando traerse una gran fortuna.

Tan pronto llegó a nuestro país, fundó la “Compagnia Técnica Internazionale”, en Campana, que se hizo conocer como Techint. De la mano de su amigo Torcuato Di Tella (familia propietaria de la empresa Siam y afín al gobierno de entonces, el peronismo), don Agostino logró un rápido crecimiento con importantes contratos con el Estado. El primero fue la construcción del gasoducto estatal Comodoro Rivadavia-Bahía Blanca. Le siguieron el complejo ferroviario Zárate-Brazo Largo, Petroquímica Moscóni, y otros. En 1954 inauguró Dálmine-Siderca, la fábrica de tubos de acero sin costura que será uno de los pilares de la expansión del grupo empresarial, junto a las chapas galvanizadas y pintadas.

Bajo la dictadura aprovechó la represión genocida para aumentar aún más su riqueza y explotación a sus obreros. Varios activistas de Siderca fueron “desaparecidos”. Entre ellos dos delegados, durante una huelga en 1979, donde los militares estaban dentro de la fábrica, incluso en la propia asamblea obrera. Pegado a la empresa, con una puerta que lo comunicaba, había un campo de concentración: el Tiro Federal.

En los ´90, con las privatizaciones menemistas, Techint se apoderó de la siderúrgica estatal Somisa, mordiendo también en otras estatales. En 1997 compró la siderúrgica estatal venezolana Sidor.

En 2000 pasó a dominar el mercado mundial de los tubos de acero, al fusionarse con su principal competidor, un grupo japonés. Sus empresas son proveedoras de tubos a las principales petroleras: Exxon Mobil, Chevron, Amoco y Shell, entre otras. Además de Argentina y Venezuela, es propietario de empresas siderúrgicas en México, Rumania e Italia. En el último año adquirió dos más, muy importantes, en Estados Unidos.

Según Clarín (7/5/07), Techint tiene una facturación anual de 16 mil millones de dólares y 44.000 empleados en todo el mundo.

Ya se pronunciaron la diputada Liliana Olivero, Rubén “Pollo” Sobrero, Juan Carlos Giordano, José Castillo, y otros dirigentes de Izquierda Socialista. Héctor Heberling, de la conducción nacional del Movimiento al Socialismo (MAS); José Montes, Christian Castillo y Raúl Godoy (Dirección Nacional PTS), entre otros. Hágalo circular y envie los pronunciamentos a opinaellector@izquierdasocialista.org.ar

Volante en solidaridad de los metalúrgicos de Izquierda Socialista que se está repartiendo en el gremio, en particular en las empresas del grupo Techint como SIDERAR -Morón- y SIDERCA de Campana. En el mismo se denuncia la actitud canallesca de los dirigentes de la UOM y ASIMRA que salieron a hacer declaraciones a favor de la familia Roca. Verdaderos perros falderos de la empresa.

La escritora Laura Restrepo firmó por Chirino

La colombiana Laura Restrepo es actualmente una de las más importantes escritoras latinoamericanas. Se acaba de pronunciar por la reincorporació de Chirino a PDVSA.

Criada en una familia acomodada de la clase alta bogotana, posteriormente, como ella misma lo dice, “rompió con su clase”. A fines de los 70 se sumó a la militancia revolucionaria junto a grupos trotskistas orientados por Nahuel Moreno, en su país, España y luego Argentina. Bajo la dictadura, vivió y militó varios años en la clandestinidad junto al PST. Acá nació su único hijo, y recuerda: “Fue de las mejores épocas de mi vida. Yo tuve la suerte de que no me pasara nada” (La Nación, 3/1/06). Estuvo años exiliada en México.

Siempre fiel a sus convicciones, se declara optimista: ¿Quién dijo que la pelea de la izquierda se acabó. (…) La pelea se está dando y ahí tenemos que estar, ya no como vanguardia, para eso están las generaciones que vinieron después.” (Clarín, 18/5/04).

Algunos de sus libros reconocidos mundilamente son Delirio (premio Alfaguara 2004), Historia de una pasión, Leopardo al sol, La multitud errante, Las vacas no comen spaghettis.

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