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Apoyemos a los pequeños productores y a las luchas por salario
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El gobierno sigue de mal en peor. Los pequeños productores volvieron a las rutas. Le dieron más de un mes de tregua para que solucionara sus reclamos, pero Alberto Fernández y Guillermo Moreno, asesorados por Néstor Kirchner desde Puerto Madero, sólo ofrecieron propuestas en beneficio de los grandes del campo.
En vez de intentar corregir la medida confiscatoria que les aplicó Lousteau con las retenciones sin diferenciar, Cristina ratificó el Tren Bala, y anunció un nuevo índice trucho para medir la inflación, echándole más leña al fuego a la bronca popular.
La presidenta dio una conferencia de prensa esta semana, después de varios días de silencio, pero no hizo mención a la protesta agraria (cuando en los 21 días de protesta los tildó de derechistas y golpistas), y volvió a mentir diciendo que la pobreza bajó. Su encuestador preferido, Artemio López, acaba de señalar que “los pobres necesitarían un 133% más para cubrir la canasta básica” por los terribles efectos de la inflación (Clarín, 12-05). Otras mediciones dicen que los pobres son el 30% de la población, no el veinte, como dice la señora. Ratificando que su modelo de “crecimiento” es sólo para los de arriba.
“Tengo aguante”, les dijo Cristina a los pequeños productores. “Quiero ver arrodillados a los del campo”, se le escuchó a Néstor Kirchner. Política que no se animan a aplicar gobernadores e intendentes, aunque están atados a la billetera de la Rosada, para no ser víctimas de sus propios votantes al ritmo de asambleas, tractorazos y grandes actos que en el interior, crecen día a día.
Se prepara una gran marcha a Rosario para el 25 de Mayo, día en que el gobierno anunciaría el “Acuerdo del Bicentenario”, proyecto que hoy hace agua por los cuatro costados. A esta altura no se sabe quién lo firmaría, más que el obsecuente Hugo Moyano. La UIA, por ejemplo, lo condicionó a que se sumen sus amigos de la Sociedad Rural y dijo que no hay fecha de lanzamiento tras reunirse con la presidenta.
El kirchnerismo eligió la lejana Salta para anunciarlo, que se según dicen, es un lugar aislado del malhumor que hoy reina en las grandes ciudades. Pero, vaya a donde vaya, cualquier habitante de la Rosada es repudiado. Incluso en su propia tierra, Santa Cruz, siempre el matrimonio presidencial es acosado por protestas. Y los actos del gobierno son sostenidos por el viejo aparato del PJ.
Por eso el objetivo del gobierno cambió. Ya no es llegar bien al 2011, sino tratar de articular un nuevo Pacto Social en las próximas semanas. De un 2008 “calmo”, se pasó a meses turbulentos donde la imagen de Cristina cayó exponencialmente, al recibir un tremendo revés de los pueblos del interior y de la clase media. El gobierno se esfuerza por volver a seducirla convocando a intelectuales y a algunos periodistas como Verbitsky (ver página 4), para que hablen y escriban “contra la derecha que se niega a distribuir la riqueza”. Esfuerzo que las patotas de D´Elía se van a encargar de sepultar, con los anuncios de realizar un contraparo.
Nada le alcanza al gobierno para encubrir que, quienes sostienen el actual reclamo agrario, son los pequeños productores y no la oligarquía. Y que el modelo oficial es de concentración para unos pocos: para los que siguen saqueando nuestras tierras, nuestro petróleo y riquezas naturales, quienes continuan esquilmándonos además con los pagos de la deuda (hoy Argentina sigue endeudada en 150.000 millones, pese al pago de contado al FMI).
La protesta agraria va a seguir. No le quedó otra a la Sociedad Rural y al resto de las entidades. “Si no tenemos nada concreto en las manos, la gente nos va a pasar por encima”, le confesaron al gobierno. “Las entidades somos el dique de contención de los sectores duros”, dijo Carlos Peiretti de la Rural de la localidad cordobesa de Canals. Muestras de que esta protesta no es igual a las viejas pujas de la oligarquía con los gobiernos de turno, que arreglaban, tajada de por medio de la torta nacional, en un par de minutos.
“Nadie le cree al gobierno”, dicen a la vera de las rutas. Y las luchas de los trabajadores siguen a pesar del pacto traidor de la CGT y CTA.
“Los 107 conflictos registrados en el primer trimestre del año, representan un aumento del 7% de la conflictividad laboral comparado con el mismo período de 2007” (iECO, 04-05). Esta semana paran docentes y empleados públicos de Córdoba. Amenazan volver los pilotos de Aerolíneas. Hace días cortaron la Panamericana los trabajadores de Fate y Terrabussi, y venían de protestas los docentes de Neuquén y Santa Cruz. En las paritarias los ferroviarios vienen de un aumento superior al que quería la patronal y la burocracia. Siguen discutiendo Mecánicos, y a la UOM le declararon la conciliación obligatoria (conducta a la que apela el Ministro de Trabajo en apoyo de las patronales). Los trabajadores del subte evitaron, con un paro, la maniobra de la UTA y Metrovías de realizar una elección de delegados fraudulenta.
Tenemos que ser solidarios con la lucha de los pequeños productores. Desde los cuerpos de delegados, comisiones internas, sindicatos, seccionales y centros de estudiantes, hay que pronunciarse en apoyo a su lucha. Porque los pequeños productores se movilizan contra el mismo modelo que afecta a los trabajadores. Por eso el dirigente de la Federación Agraria, Juan Carlos Herrero, planteó el 1º de Mayo en el acto de Izquierda Socialista, en apoyo a la clase obrera, que tiene que haber un inmediato aumento de salario para todos los trabajadores.
Por eso hay que unir a trabajadores y pequeños productores contra sus enemigos comunes: el gobierno, la oligarquía y las patronales. Levantando medidas de fondo en beneficio de los perjudicados por el modelo actual, tanto de la ciudad como del campo. Para que paguen más retenciones los que más tienen; que las mismas sean coparticipables y que esa plata vaya al pueblo, mientras llamamos a luchar por la nacionalización el comercio exterior y la reforma agraria, para sacarle las tierras a los grandes terratenientes, a la oligarquía y a los monopolios que manejan el agro. Por la reestatización de las privatizadas y la suspensión de los pagos de la deuda externa, en el camino de imponer otro modelo al servicio de las amplias mayorías.
Hay que apoyar a los que luchan por salario, repudiando desde cada lugar de trabajo el techo salarial del 19% al que ya se comió la inflación, y el Pacto Social entre la CGT-CTA y el gobierno, exigiéndoles que rompan. Que se reabran las paritarias y se fije un aumento salarial de emergencia por encima de la inflación.
Así, luchando y siendo solidarios con quienes reclaman, podremos romper este modelo kirchnerista de miseria y concentración para unos pocos.
Te pedimos un aporte para seguir apoyando las luchas de los trabajadores.
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