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Mercedes Petit

14 de mayo de 1948: triunfa la invasión sionista en Palestina

Hace sesenta años se fundaba Israel

En 1948 se instaló el enclave imperialista en tierra palestina: Israel. Sesenta años después, los invasores tienen poco para festejar. El pueblo palestino nunca dejó de luchar, y su causa gana protagonismo y creciente simpatía en todo el mundo. Es la presencia opresora del sionismo la que impide que vuelva la paz al Medio Oriente.

Generación tras generación, los palestinos luchan por recuperar su tierra

Generación tras generación, los palestinos luchan por recuperar su tierra

El sionismo es un movimiento burgués proimperialista que surgió a fines del siglo XIX en Europa*. Tomando el repugnante hecho del antisemitismo y los progroms que existían en el imperio de los Zares en Rusia y en distintos países de Europa Central, buscaba apartar a las masas judías de la influencia de los partidos “subversivos” (es decir, marxistas revolucionarios y obreros). En 1917, con la Declaración Balfour, logró la bendición del imperialismo inglés para iniciar la invasión colonizadora en Palestina, para establecer “un hogar nacional para el pueblo judío”. Allí, la población árabe era aproximadamente del 90%, y convivía pacíficamente, desde hacía siglos, con una minoría judía.

Mientras millones de judíos emigraban hacia América, o permanecían en Europa, una pequeña parte fue desviada hacia la invasión sionista. Fueron décadas de sufrimiento y resistencia para los palestinos. El pico fue entre 1936, -cuando vivieron la huelga general más larga de la historia, seis meses-, y 1939, -cuando prácticamente habían sido derrotados-. Medio ejército inglés, el más poderoso del momento, había ido a “colaborar” con las fuerzas militares del sionismo (la Haganá y el Irgun, entre otros).

La barbarie descargada por los nazis contra el pueblo judío durante la segunda guerra, abrió la oportunidad para el triunfo del sionismo. Con el apoyo directo del gobierno imperialista yanqui, logró en 1947 que las nacientes Naciones Unidas dispusieran la instalación en Palestina de “dos estados”, uno árabe y otro judío. Las vacilaciones y traiciones de los gobiernos burgueses árabes permitieron que en 1948 naciera un único estado invasor: Israel. Por entonces, la población judía era aproximadamente un tercio del total. La fabulosa propaganda imperialista permitió instalar el mito de que los victimarios eran víctimas, escondiendo el nuevo genocidio (ver recuadro de Nahuel Moreno).

Casi un millón de palestinos fueron obligados a emigrar como parias a los países árabes vecinos. Los que quedaron fueron despojados de sus tierras y sus más elementales derechos. Si desde entonces no hubo paz en Medio Oriente fue por eso. Israel nació como un enclave colonial, mantenido y armado hasta los dientes por el imperialismo yanqui. Stalin y la burocracia que gobernaba la URSS, así como los partidos comunistas de todo el mundo, fueron cómplices de ese despojo. Prácticamente sólo la voz de los trotskistas se expresó repudiando la fundación de Israel**.

Los mitos se han ido derrumbando

Durante décadas, Israel tuvo creciente prestigio no sólo entre las comunidades judías del resto del mundo, sino ante los gobiernos y la opinión pública mundial. Entre la izquierda, se lo tildaba incluso de “socialismo”. Los palestinos, que apenas sobrevivían en campamentos de refugiados, no eran tomados en cuenta, o eran tildados de terroristas. En 1967, en una guerra de apenas seis días, Israel le quitó territorios a Egipto, Siria y Jordania, confirmando su carácter agresivo y expansionista***. Pero para muchos fue la oportunidad de cantar loas a su “genialidad militar” y a la supuesta valentía de un “pueblo de pioneros”. Todo eso se ha venido derrumbando. Cada vez más, sale a la luz que en tierra palestina hay un Estado invasor, sustentado en la agresión militar, y que los “dos estados” son una utopía. Gaza y Cisjordania son campos de concentración al mejor estilo nazi, con muros y genocidios.

Cada vez son más las voces judías que comienzan a hacerse oír, denunciando al sionismo. En Israel, una corriente de nuevos historiadores viene investigando y demostrando desde hace años que Palestina no estaba vacía, que se produjo una feroz invasión, que hay un pueblo oprimido y un pueblo opresor. Comienzan a difundirse las posiciones de un importante sector de religiosos judíos que rechazan al sionismo y a Israel. En la Feria del Libro recientemente realizada en Buenos Aires, estuvo el historiador canadiense Yakob Rabkin, presentado su libro Contra el Estado de Israel; historia de la oposición judía al sionismo.

El Estado de Israel festeja sus 60 años con un invitado de honor: el mayor terrorista mundial, George W. Bush. Mientras tanto, un ex presidente de EE.UU. muy amigo de Israel, viene difundiendo su reciente libro, en el cual define a Israel como un apartheid peor que la antigua Sudáfrica. Importantes intelectuales judíos han declarado que no van a festejar (ver recuadro).

La conducción de la OLP lanzó en 1969 el llamado que podía traer la paz al Medio Oriente: por un Estado Palestino laico, democrático y no racista. Luego, el propio Arafat lo abandonó, capitulando a los invasores, al imperialismo y a los gobiernos burgueses árabes. La lucha y el martirio del pueblo palestino, sin embargo, han hecho que vuelva a nacer ese llamado. Comienzan a escucharse cada vez más voces democráticas y antiimperialistas, que señalan que no habrá paz en Medio Oriente mientras no se derrote al invasor.

 

* Véase Palestina: historia de una colonización, de próxima aparición, y El Socialista N° 30 (10/5/06).

** El más importante trabajo científico sobre la interpretación marxista del pueblo judío se debe a Abraham León. Nacido en Varsovia, se unió muy joven al sionismo. Luego rompió y se incorporó a la Cuarta Internacional. Murió en Auschwitz, en 1942. Y anticipó que, si nacía un estado sionista en Palestina, sería bajo “la completa dominación del imperialismo inglés o norteamericano” (Concepción materialista de la cuestión judía. Juan Pablo Editor, México, 1976, pág. 156).

*** Véase El Socialista N° 69, 6/6/07).


Nahuel Moreno sobre el sionismo

(Conversaciones, publicado en 1986, poco antes de su fallecimiento)

Usted traza un paralelismo entre nazismo, el apartheid y el sionismo. ¿Nunca lo han acusado de antisemita por eso?

Sí, la izquierda sionista me acusa de antisemita, sobre todo porque sostengo que es necesaria la destrucción del Estado sionista.

Como marxista, parto de la base de que el proletariado de una nación que explota y oprime a otra, como Israel a los árabes y palestinos, no puede liberarse. La clase obrera judía es heredera de una gloriosa tradición en la lucha de clases: el camino del proletariado occidental, incluido el argentino, está sembrado de una multitud de heroicos luchadores judíos. Pero este proletariado no podrá seguir hasta el fin, ni reverdecer y superar su gloriosa tradición mientras no se ponga de parte de los palestinos y los árabes, que son reprimidos, perseguidos y esclavizados por el Estado de Israel. El genocidio es una constante del sionismo, desde los primeros años hasta la reciente invasión del Líbano [se refiere a la de 1982] y la masacre de los campos de Sabra y Shatila. […]

La pregunta a responder con respecto a las relaciones entre pueblos, razas, naciones y clases es muy sencilla, yo diría demasiado sencilla: ¿quién oprime, quién es el oprimido? Para un marxista revolucionario, la respuesta es tan sencilla como la pregunta: estamos contra los opresores y a favor de los oprimidos. Defendemos a muerte a estos últimos, sin dejar de señalar, cuando es necesario, los errores de su dirección.

El terrorismo árabe es una táctica aberrante, totalmente equivocada, y así lo decimos. Pero nosotros seguimos al lado de los palestinos y los árabes, defendiendo a esos luchadores aunque empleen tácticas aberrantes y monstruosas, que van contra los intereses de sus pueblos.

Lo esencial para nosotros es que ese terrorismo es producto de la desesperación de los jóvenes palestinos que viven en condiciones similares a las de los campos de concentración nazis. […]

La opresión racial en Israel y Sudáfrica es una expresión moderna del barbarismo nazi, demuestra una vez más que donde hay capitalismo, el nazismo está a la vuelta de la esquina, si no es detenido por el movimiento de masas.


Dicen más de 100 intelectuales judíos: “No celebraremos el aniversario”

Así se titula la carta abierta firmada por más de 100 personalidades judías, entre ellas Harold Pinter, Paul Kaufman, Bella Freud, Stephen Fry y Sylvia Cohen, publicada en el periódico británico The Guardian (30/4/08). La carta argumenta que «no podemos celebrar el nacimiento de un Estado fundado en el terrorismo, las masacres y el desposeimiento de otro pueblo de su tierra».

«No podemos celebrar el nacimiento de un Estado que incluso ahora se dedica a la limpieza étnica, viola la ley internacional, impone monstruosos castigos colectivos a la población civil de Gaza y continúa negando a la población palestina sus derechos humanos y sus aspiraciones nacionales […] celebraremos cuando árabes y judíos vivan como iguales en un Oriente Medio en paz».


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