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Verbitsky y la campaña del kirchnerismo¿La lucha agraria es similar al golpismo de la oligarquía boliviana?El gobierno y todos sus propagandistas vuelven a decir que la actual protesta agraria obedece a motivaciones golpistas. Antes Cristina lo comparó con el golpe de 1976.Horacio Verbitsky dice que se parece al golpismo en Bolivia. Nada más alejado de la realidad. Este periodista miente y oculta los hechos.
En un reciente artículo, Verbitsky dice, refiriéndose a la huelga agraria, que “el movimiento es similar al que enfrenta el gobierno boliviano de Evo Morales y a los que padecieron antes el presidente de Venezuela, Hugo Chávez y el de Ecuador, Rafael Correa […] en todos los casos expresan el cuestionamiento de los sectores tradicionales del poder y de sus aliados externos contra procesos populistas que cuestionan el discurso único del neoliberalismo y el alineamiento automático con la superpotencia” (Página 12, 11/5/ 2008). El Partido Comunista y Hebe de Bonafini utilizan argumentos similares. Bolivia y Venezuela no son lo mismo que Argentina En Bolivia, Evo Morales decretó una nacionalización parcial del petróleo en 2006. En la Constitución aprobada en diciembre de 2007, se dice que las riquezas mineras e hidrocarburíferas pertenecen al Estado boliviano y se fija como límite de los latifundios agrarios las 10.000 hectáreas. Son medidas parciales e insuficientes, que sin embargo han tocado los intereses de la oligarquía y el imperialismo. Para impedir estas medidas, y no “contra un impuesto”, como dice Verbitsky, se desató la conspiración golpista y “autonomista” en Bolivia. Evo Morales denunció claramente que esa conspiración tenía el apoyo de la embajada yanqui. En 2002 Hugo Chávez cambió a la directiva de PDVSA, la petrolera estatal, que hasta entonces estaba a sueldo de las multinacionales. La pelea por controlar el petróleo fue el detonante del intento de golpe. En ese momento Hugo Chávez también denunció a Bush y al español Aznar como los personeros imperialistas que apoyaban al golpe. En Argentina no ocurre nada parecido con las acciones del gobierno. ¿Cuáles son las medidas antiimperialistas que tomó Kirchner? ¿Cuáles dictó contra las multinacionales petroleras o los monopolios oligárquicos? ¿Acaso se animarían Cristina Kirchner o su consorte a acusar de golpista a la embajada yanqui? Es obvio que no. Sabe el propio Verbitsky que eso sería un disparate ridículo, dado las excelentes relaciones que cultivan los Kirchner con Estados Unidos, que llega al punto de obsecuencia de ordenar ejercicios militares conjuntos con su flota. Tampoco la protesta agraria que estamos viviendo tiene algo similar a lo que ocurre en Bolivia con los oligarcas, o a lo que ocurrió antes en Venezuela. No hay ninguna conspiración golpista. Lo que hay es una rebelión de los pequeños productores agrarios, que desbordaron a todas las entidades, porque el gobierno les aplicó brutalmente un aumento de las retenciones que los arruina. El gobierno podría en cambio haber aplicado ese u otro impuesto a monopolios y multinacionales, y hubiera tenido así un gran apoyo social, pero no es el caso. Los pequeños productores no son golpistas Tampoco los pequeños productores que cortan rutas salieron a defender a las petroleras o a los monopolios. Precisamente Eduardo Buzzi, dirigente de la Federación Agraria Argentina, en el masivo acto de Gualeguaychú, “pidió imitar a Bolivia y nacionalizar el petróleo y los recursos naturales” y afirmó que “200.000 millones de dólares de reservas mineras se concentran en siete empresas multinacionales y es un escándalo que se haya extendido la concesión a la Panamerican Energy porque provocará que no quede una gota de petróleo nacional […] El gobierno viene dando jugosas ganancias a cinco multinacionales y las compensaciones se convirtieron en transferencias a cuatro o cinco amigos del poder, como los Mastellone o Urquía, el de la Aceitera General Deheza […]”. Más allá de las diferencias que mantenemos con Buzzi (por no plantear las salidas de fondo, como la nacionalización del comercio exterior, o la reforma agraria, entre otras medidas; o por no diferenciar los intereses específicos de los pequeños productores al funcionar conjuntamente con las organizaciones de los grandes empresarios del campo), sus posiciones no tienen absolutamente nada que ver con las de la oligarquía golpista en Bolivia. El “peligro golpista” con el que quieren confundir el gobierno, Verbitsky y tantos otros, es otro verso tan grande como el de los índices truchos del INDEK. |
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