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25 de MayoPor la Segunda IndependenciaSe viene un nuevo 25 de Mayo, aniversario del primer gobierno patrio. Conquistado en 1810 frente al Rey de España, fue un gran paso en nuestra gesta de liberación. A 198 años de ella, nuestro país ha vuelto a ser una semicolonia dependiente del imperialismo -yanqui y europeo-, las multinacionales y grandes banqueros internacionales. Los sucesivos gobiernos, representantes de los grandes empresarios, oligarquía y burguesía local y extranjera, vienen siendo socios menores de las grandes potencias. Cristina Fernández preguntó, en la Cumbre América Latina-Unión Europea, realizada en Perú, sobre Latinoamérica: “¿Por qué un continente con recursos humanos, naturales, muy ricos y muy variados, es tal vez hoy el continente con mayor grado de desigualdad?” La respuesta es clara, señora: porque así es el capitalismo. Y porque nos saquea Bush y demás gobiernos imperialistas, de la mano de los gobiernos de turno. Tres muestras prueban que con los Kirchner, Argentina, en vez de dar pasos en su liberación, sigue acrecentando la dependencia con las potencias imperialistas.
Deuda externa. Años atrás, Néstor Kirchner tomó dos medidas. Decidió pagar casi 10.000 millones de dólares de contado al FMI, imitando una decisión similar del gobierno de Lula. E impulsó el “canje” de la deuda, para que el país “ahorre”, dijo, 67.000 millones de dólares. Pero lejos de independizarnos, esas medidas siguen desangrando al país, por una deuda que asciende a 150.000 millones de dólares. Hoy, el FMI sigue auditando nuestra economía, y nuestro país está pagando, incluso con plata de los jubilados. De esta forma, el gobierno no sólo mantiene los pilares de la política neoliberal de los 90, sino que al seguir reconociendo esa deuda fraudulenta, está avalando uno de los negociados más escandalosos que se perpetró durante la dictadura de Videla y Martínez de Hoz.
Privatizaciones y campo. En los 90, Argentina sufrió, con el gobierno peronista de Menem, la entrega del patrimonio nacional. Los ferrocarriles, el petróleo, los teléfonos, empresas de agua y electricidad, y la compañía aérea de bandera, pasaron a empresarios extranjeros y locales. Fue, después de la política de la dictadura, el saqueo más grande que protagonizó gobierno “democrático” alguno. El actual matrimonio presidencial, por aquellos años, lo avaló, enviando a los diputados santacruceños a apoyar, por ejemplo, la rifa de YPF. En manos de saqueadores, Argentina se está quedando sin petróleo y energía, y los “servicios públicos”, deplorables y caros, son negocios privados. Fruto de ello, y a caballo de explosiones de usuarios, o luchas provinciales muy importantes, se logró anular tal o cual concesión. Pero los Kirchner no han tomado ninguna medida para recuperar aquellas empresas. En cambio, siguen con políticas faraónicas y elitistas como el tren bala, regalando caudalosos subsidios a esos empresarios, mientras el colapso ferroviario perjudica a millones. Una gran diferencia con lo que ocurre en Bolivia y Venezuela, donde a fuerza de luchas heroicas, se obligó a Evo Morales y Chávez a tomar medidas parciales de nacionalización, que los Kirchner evitaron, e intentaron hasta último momento hacer abdicar, como lo prueba la reciente mediación de Cristina para que no se nacionalice Sidor, poniéndose la presidenta claramente del lado de la familia Rocca de Techint. Con la propiedad de la tierra, pasa lo mismo. Hoy el extranjero Benetton es el mayor oligarca del país, con casi un millón de hectáreas, ya que Argentina no tiene ninguna ley que lo prohíba o ponga límites su propiedad. Demostrándose que desde la Rosada se sigue beneficiando a los concentradores de la tierra y a la vieja y nueva oligarquía. Dejando los alimentos básicos para negocio de las multinacionales, cuando deberían ir a combatir la pobreza de millones.
Relaciones carnales. Para posar que estaba “en sintonía” con el Argentinazo, Néstor Kirchner enarboló un discurso de condena a Bush y a capitales privatizadores extranjeros. Pero con el correr de los años, los empresarios entendieron que una cosa es lo que el ex presidente “decía”, y otra lo que “hacía”. Así fue como el gobierno se fue “normalizando”: visitó Wall Street; envió tropas a Haití a pedido de los yanquis para apoyar a su gobierno títere, y condenó a Irán a medida del reclamo de Bush. Envió felicitaciones al derechista Berlusconi ante su triunfo electoral, y acompañó el salvataje al genocida Uribe de Colombia, el mismo que asesinó junto a la CIA a integrantes de las FARC. Recientemente, Bush ha puesto en operaciones a la IV Flota de sus fuerzas Navales. Es porque considera a Latinoamérica entre sus hipótesis de “conflicto”. Cuba y Venezuela lo denunciaron. Argentina, Brasil y Chile, en cambio, hacen ejercicios militares conjuntos con la Armada yanqui en nuestras propias aguas territoriales. Una vergüenza sumisa y proimperial de extrema magnitud.
Para este 25 de Mayo, el gobierno tenía anunciado lanzar el Acuerdo del Bicentenario. Aunque no lo firmen por la crisis, y lo pasen para más adelante, ya se anotaron la CGT, UIA, banqueros, cámaras patronales, la Bolsa de Comercio, y se espera a la Sociedad Rural y demás entidades del agro. Todo ideado contra los trabajadores y demás sectores populares. Todo para que enfrenten unidos los reclamos salariales de la mano de la nefasta burocracia sindical. Todo para que se sigan beneficiando unos pocos con el actual crecimiento K. Los socialistas llamamos a repudiar dicho pacto. Y a levantar bien alto las banderas de nuestros héroes patrios, que dieron la vida, hace casi doscientos años, por un país más igualitario y un continente independiente de los dictados imperiales. Llamando a luchar por la segunda y definitiva independencia continental. Hoy esos héroes siguen existiendo, pero no están en ningún gobierno de Latinoamérica. Muchos de ellos, como el de Chávez, Morales o Correa, si bien son relativamente independientes del imperialismo, no toman medidas para avanzar en el camino de la definitiva liberación de nuestros pueblos. Objetivo que vendrá de la mano de gobiernos de los trabajadores en camino al socialismo. Socialismo que deberá ser sin multinacionales, sin patrones, sin grandes empresarios ni economía mixta, como pregona Orlando Chirino, de la UNT de Venezuela, y de la Unidad Internacional de los Trabajadores.
Izquierda Socialista llama a unir a los luchadores de la ciudad y del campo, y a la izquierda consecuente, en nuestro país, Latinoamérica y el mundo, para dar pasos en ese sentido. Lucha que, además de defender el salario y combatir la inflación, debe ir encaminada a enfrentar los modelos capitalistas de hambre y saqueo. Planteando dejar de pagar la deuda, anular las privatizaciones, reestatizar todas las empresas del estado, expropiar a las multinacionales, nacionalizar la banca y el comercio exterior, e impulsar la reforma agraria, en pos de un gobierno de la clase obrera de la mano de sus aliados. Junto a los trabajadores de Sidor; obreros y campesinos de Bolivia, y las centrales y organizaciones sindicales de nuestro continente. Ese es el llamado que hará C-Cura (corriente clasista, unitaria, revolucionaria y autónoma de Venezuela), en el Encuentro Latinoamericano y Caribeño de Trabajadores, del cual es convocante, que se reunirá en Brasil, en julio próximo, con representantes de la COB, CONLUTAS (Brasil), Batalla Obrera (Haití) y TCC (Uruguay). Esta es nuestra propuesta para impulsar en las luchas, actos y charlas en este 25 de mayo. |
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