El Socialista

El Socialista es una publicación de Izquierda Socialista

Compartir esta nota en

Escribe:
Mercedes Petit

A 40 años del Mayo Francés

El día que De Gaulle huyó de Francia

No ha sido recordado en ninguno de los innumerables artículos y entrevistas aparecidos sobre este aniversario. Pero el 29 de mayo, con toda su familia, el presidente Charles De Gaulle salió clandestinamente hacia Alemania en un helicóptero. ¿Razones? “La revolución amenaza con derrocarle”, decía uno de sus biógrafos.

Asamblea en Citroen el 24 de mayo. Arriba: El general De Gaulle en su juventud

Asamblea en Citroen el 24 de mayo. Arriba: El general De Gaulle en su juventud

Un punto común en casi todo lo que se puede leer en estos días, es la reiteración de que el “mayo del 68 no fue una revolución”. Daniel Cohn Bendit, su legendario líder anarquista y hoy eurodiputado verde, es un ejemplo. Pero hay cientos. Prácticamente nadie informa sobre los hechos de mayo-junio de 1968. Se esconde así, el hecho de que lo que allí se vivió, fue una colosal revolución obrera y juvenil, traicionada por el Partido Comunista francés (véanse notas en El Socialista Nº100 y 101).

El recreo no terminó

De Gaulle (1890-1970) intentó responder con indiferencia a la creciente movilización. “Simples chiquilladas…”, le decía a su jefe de Gobierno George Pompidou. El 10, la primera noche de las barricadas, se fue a dormir. El 13 de mayo, cuando se cumplían 10 años del “golpe de Argel” que lo había reinstalado como presidente, no pudo festejar. Casi un millón de personas atravesaron París gritando “Con diez años nos basta”, “Obreros y estudiantes unidos venceremos”.

El 14, justo cuando comenzaba a instalarse la huelga general, De Gaulle viajó a Bucarest, capital de Rumania. El 18 regresó y desde el aeropuerto siguió su farsa de gobernante firme. “Se terminó el recreo”, declaró ante millones de obreros que ocupaban las fábricas.

El viernes 24 De Gaulle intentó retomar la iniciativa. Anunció que hablaría por radio a todo el país (recordando la época de la Francia ocupada…). Las calles se colmaron esperando su discurso. “El mediocre e indeciso llamamiento que lanza el día 24 por la noche, y en el que se limita a anunciar un referéndum para el mes de junio, pone de manifiesto su desconcierto, la impotencia del poder, e infunde valor a los rebeldes.”* Fue el detonante para que la multitud se enardeciera, al grito de “Adiós De Gaulle”. Esa noche el pico de la insurrección sacudió París y el resto de Francia. Se incendiaron comisarías y el edificio de la Bolsa. Hubo cientos de heridos, entre policías y manifestantes.

Con diez millones de huelguistas paralizando el país, Pompidou comenzó a combatir el vacío de poder, negociando con la dirigencia comunista. Pero nada les resultaría fácil. Cuando el lunes 27 a la mañana, el secretario general de la CGT llevó la propuesta de lo que serán los “acuerdos de Grenelle” a la asamblea de Renault de Billancourt, fue abucheado y debió retirarse. Con el apoyo del prestigiado dirigente socialista Pierre Mendes France y todo el aparato del PC-CGT, los acuerdos se firmaron.

De Gaulle huyó con la familia a Alemania

No sólo Francia estaba paralizada, también el todopoderoso De Gaulle. Dice uno de sus biógrafos, Jean Lacouture: “El lunes 27 de mayo, Francia parece sumida en un estado de anarquía, o más precisamente, de anomia. El pueblo se burla de la oferta de referéndum hecha por el jefe de Estado y los obreros rechazan con desprecio los acuerdos [de Grenelle] propuestos por el jefe de Gobierno, la policía ha desaparecido: las fábricas, las universidades, las empresas siguen ocupadas: las organizaciones de izquierda, incluyendo al Partido Comunista, parecen incapaces de controlar a las masas. […] En el ministerio de Interior se entra sin llamar: los bedeles han desaparecido, las telefonistas ya no responden. ¿Quién gobierna Francia? Aquel día, ningún policía se hubiera atrevido a detener a un estudiante que abofetease a un ministro…[… ] desde el 27 de mayo, el poder había sido aniquilado, la autoridad disuelta y los jerarcas del gaullismo se encerraban en el mutismo.” Este gaullista describía vívidamente la crisis revolucionaria, el vacío de poder. Resumía la situación de De Gaulle diciendo “La revolución amenaza derrocarle” (véase recuadro polémica Moreno-Mandel).

El miércoles 29, temprano, el presidente partió en helicóptero, supuestamente hacia su residencia en Colombey. En realidad, junto a su esposa, sus hijos y sus nietos, viajaron clandestinamente a la vecina Alemania Federal. Aterrizaron en la base francesa de Baden-Baden. Allí De Gaulle se entrevistó por casi tres horas con el jefe del ejército, general Massu. Poco trascendió de aquel encuentro, salvo que Massu le garantizó la fidelidad del ejército si era necesario reprimir. Quedó flotando si De Gaulle prometió la libertad de Raoul Salan, uno de los militares terroristas de la guerra de Argelia…

Ese mismo día, en París, el Partido Comunista y la CGT realizaron una gran movilización. Aunque se gritó “gobierno popular”, se reafirmó en las calles la política de la dirección del PC, de salvar al poder burgués imperialista francés y acabar con la huelga general. Con esos dos reaseguros, el anciano general volvió a Francia.

El 30 de mayo, también por radio, decía: “No me retiraré.” Anunció la disolución de la Asamblea Nacional y elecciones anticipadas para el 30 de junio. Al día siguiente, Le Figaro decía: “En ningún momento, el Partido Comunista y la CGT empujaron la rebelión ni quisieron derribar el poder gaullista”. Era cierto, aunque los obreros y los estudiantes lo habían derrotado. Por eso De Gaulle tuvo nueve meses de sobrevida, disimulando su caída, al ganar las elecciones en junio. En abril del año siguiente, luego de una huelga general obrera y estudiantil en el mes de marzo, perdió un referéndum, y renunció. La revolución de mayo del 68 ya lo había herido de muerte.

 

* Datos de De Gaulle, por Jean Lacouture, Salvat, 1986; Mayo 68, por José M. Vidal Villa, Bruguera, 1978.


Polémica de Moreno con el mande lismo: Ernest Mandel y la “estrategia socialista” del control obrero

En los años previos a 1968 las fuerzas del trotskismo europeo eran casi inexistentes. El dirigente más conocido era el economista belga Ernest Mandel. Desde América latina, nuestro maestro y fundador Nahuel Moreno criticaba sus posiciones oportunistas y revisionistas. Moreno polemizó contra las posiciones de Mandel, referidas a la huelga general y la consigna de control obrero.

Ya en 1965, mucho antes de que se iniciara la oleada de luchas masivas del proletariado europeo, el mandelismo había adoptado una resolución que decía: “La consigna del control obrero aparece como la consigna central en esta etapa de la lucha, en la cual desembocan todas las otras reivindicaciones transitorias.* Este cambio importante en relación a la consigna central del Programa de Transición (que para Trotsky es la toma del poder) tuvo su aplicación concreta en las posiciones de Mandel frente a la huelga general francesa.

Decía Moreno: “Para Mandel, esto [que la huelga general plantea el problema del poder] no es cierto. El dice que en mayo de 1968 los obreros franceses «…usaron formas de lucha mucho más radicales que en 1936, 1944-46 […] Si hubieran estado educados durante los años y meses precedentes en el espíritu del control obrero habrían sabido qué hacer: elegir un comité en cada planta que habría comenzado por abrir los libros de la compañía, calculando por sí mismos los reales costos de manufactura y utilidades de cada compañía, establecido el derecho al veto en la contratación y el despido y sobre todos los cambios en la organización del trabajo; reemplazado los capataces y supervisores elegidos por los patrones con compañeros elegidos por los trabajadores (o con miembros del conjunto turnándose en sus turnos de trabajo)».

“En una situación única, de unos pocos días, que una vez pasada vaya a saber cuándo se va a volver a repetir, cuando lo que estaba planteado era el problema del poder, cuando lo que había que hacer era plantearlo y denunciar a las organizaciones oportunistas por no hacerlo, Mandel aconseja «elegir un comité en cada planta que … abra los libros de la compañía, calcule los reales costos de manufactura y utilidades de cada compañía, etc.» Un trotskista consecuente hubiera dicho lo opuesto: «Si hubieran sido educados durante años y meses precedentes en el espíritu de la revolución socialista, de la imperiosa necesidad de que la clase obrera tome el poder como caudillo del pueblo explotado, habrían sabido qué hacer: transformar la huelga general en una lucha por el poder».

“[…] En la más grande huelga general que ha realizado el proletariado francés en este siglo, cuando se planteaba tomar el Eliseo, la «estrategia » del control obrero, y la teoría que la acompaña, quieren encerrar a los trotskistas franceses en las contadurías de las fábricas para … ¡¡ «calcular costos y utilidades»!!”

Hace cuarenta años Mandel ya venía transitando la senda del reformismo y anticipando muchas de las “novedades” que hoy presentan los voceros del “socialismo del siglo XXI”.

 

* Véase El Partido y la revolución, de Nahuel Moreno, escrito en 1973. Las de Mandel corresponden a textos de 1968 y 1969, citados por Moreno.


Te pedimos un aporte para seguir apoyando las luchas de los trabajadores.

IS

Izquierda Socialista en Internet:
www.izquierdasocialista.org.ar - www.nahuelmoreno.org - www.uit-ci.org
El Socialista Registro de propiedad intelectual: Nº 596282.
Director: Juan Carlos Giordano. Hipólito Yrigoyen 1115 Capital Federal

- Tel.:(+54) 11-4381-4240