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Con la complicidad del gobiernoLos exportadores evadieron el aumento de las retencionesMientras los pequeños productores se funden con el aumento de las retenciones, los grandes las evaden. El gobierno es cómplice, garantizándole las herramientas “legales” para hacerlo, y luego reclamando el pago de menos de la mitad de lo adeudado
Venimos denunciando desde el principio del conflicto que es mentira que el aumento de las retenciones redistribuye la riqueza. Explicamos que, mientras que a los grandes exportadores apenas si les recorta una parte de sus superganancias, a los pequeños productores los funde, favoreciendo la continuidad de la concentración de la tierra. Dijimos que era mentira que las retenciones garantizaban que no aumentaran los alimentos, ya que estos precios subían por las decisiones de los monopolios de la alimentación y los frigoríficos, independientemente de cuánto se le pagara al productor o al tambero. Y también denunciamos que era falso que los fondos de las retenciones se iban a utilizar para educación o salud, ya que, como viene sucediendo desde hace años, el superávit fiscal y las reservas del Banco Central se usan para pagar la deuda externa y para subsidiar a los grandes grupos económicos, en particular las privatizadas. Pero ahora, a partir de una denuncia realizada por Mario Cafiero y Javier Llorens, se ha “destapado la olla” de algo peor: el aumento de las retenciones ha servido para que los grandes exportadores “se las cobren” a los pequeños productores, pero nunca las depositan, estafando así doblemente, tanto al productor como al Estado. Lo peor es que el gobierno ha actuado facilitando la operación, actuando en connivencia con los monopolios de la exportación. La estafa El 9 de noviembre de 2007, las retenciones a la soja, que estaban en el 27,5%, fueron aumentadas al 35%. Luego, en marzo, se las llevó al valor móvil actual, de alrededor del 45%. Desde entonces, las grandes cerealeras (Bunge, Cargill, Aceitera General Deheza, Vicentín, Molinos y Dreyfus) vienen declarando ventas que supuestamente “se habían hecho antes” al 9 de noviembre. O sea que declaraban exportaciones pagando retenciones al 24,28% cuando ya estaban al 35% primero y al 45% después. Se trataba de una situación escandalosa. Esos granos “vendidos” con anticipación por los pulpos de la exportación, ni siquiera estaban “comprados”. Más adelante, cuando lo hicieron, le descontaban al pequeño productor la retención correspondiente, o sea el 35% hasta marzo y el 45% promedio actual, móvil según la cotización diaria de la soja. Pero depositaban sólo el 27,5% y el resto se lo guardaban. Así evadieron al fisco la suma de 1.400 millones de dólares. El gobierno fue cómplice directo. Es un hecho de que avisó a las grandes exportadores que iba a aumentar las retenciones, tanto en noviembre como en marzo, de otra forma no se explica el “récord” de ventas anticipadas. Cuando ya en diciembre empezó a denunciarse la maniobra, el Parlamento se vio obligado a aprobar una ley que decía que si un exportador declara sus ventas antes de que cambien la alícuota de las retenciones, pero no tienen la mercadería comprada, deben pagar la nueva alícuota. Pero esto no es lo peor: una vez aprobada la ley, el Poder Ejecutivo demoró la reglamentación, y por lo tanto la entrada en vigencia, hasta el viernes pasado, permitiendo que siguiera la estafa. Todo esto fue denunciado y apareció profusamente en los medios de comunicación. El gobierno primero se hizo el desentendido. Luego, ante el escándalo, reclamó a través del ONCCA (Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario), 650 millones de dólares, o sea, menos de la mitad de lo evadido. En síntesis, el aumento de las retenciones no sólo está lejos de ser una medida progresista y redistribuidora. Por el contrario, se han transformado en un beneficio directo para los monopolios exportadores de granos. Solanas y Lozano: ¿De qué lado están?Pino Solanas, Claudio Lozano y otros dirigentes, han publicado una solicitada titulada “Por un campo productivo al servicio de la Nación y nuestro pueblo”. En medio de planteos generales que podemos compartir, como la afirmación de que no hay desarrollo para el país sin nacionalizar los recursos naturales, el petróleo y el gas, termina colocándose de hecho en defensa de la posición del gobierno, criticándola por “incompleta”, sin realizar ninguna denuncia de que la medida es funcional a una mayor concentración de la tierra, vía la quiebra de los pequeños productores. Afirma reiteradamente que se trata de “una medida correcta, pero mal aplicada”. Lozano, además, en su columna en el diario Crítica del sábado 29 de junio, aprovecha el argumento de que los grandes exportadores evaden de hecho el aumento de las retenciones para preguntarse: “¿Qué sentido tiene el argumento opositor de suspender una medida que en realidad no se está cumpliendo?” Sucede, como el mismo Lozano reconoce, que las retenciones “sí se están cumpliendo” para el pequeño productor, que es el que va camino a la ruina. En su propuesta de programa, llamado “Plan estratégico de desarrollo agropecuario”, donde Lozano y Solanas señalan “lo que le faltaría” al planteo del gobierno, no figura ninguna de las dos medidas para resolver el problema de fondo del campo argentino, que por supuesto el gobierno ni menciona: la reforma agraria y la nacionalización del comercio exterior. |
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