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Crimen en CampanaEl brutal crimen ocurrido en Campana, en el que una joven pareja y sus dos hijos resultaron masacrados, ha conmovido al país. El principal detenido, Cristian Fernández, cumplía prisión domiciliaria mediante un moderno sistema de monitoreo con pulseras electrónicas. El cual no sólo se ha demostrado sumamente ineficiente -a raíz de este caso han aparecido numerosas declaraciones de presos que burlaban fácilmente la prisión domiciliaria deshaciéndose del artefacto-, sino que además forma parte de un millonario negocio. La misma empresa privada que se encarga de proveer de sistemas de alarmas a la Federal, es la que brinda este servicio, el cual le reporta mensualmente una ganancia que supera el medio millón de pesos. Además, es esta empresa quien se encarga del monitoreo de los presos y quién debe comunicar a la policía cuando alguno de ellos elude la prisión domiciliaria. Esto está demostrando que en los últimos años el Estado no sólo se ha ido desligando de cuestiones fundamentales como la salud y la educación, sino que también ha privatizado la seguridad. Por otro lado, está cuestionado el Juez que liberó a semejante asesino. Y es sabida la complicidad de la policía y los miembros del servicio penitenciario que venden drogas a los presos y los utilizan para que salgan a delinquir repartiéndose posteriormente el botín. La muerte de esta familia se podría haber evitado con políticas de fondo. La inseguridad tiene varias causas. Una de las más importantes es la pobreza y marginalidad, verdadero caldo de cultivo que empuja a delinquir. La otra, es el accionar de las mal llamadas “fuerzas de seguridad” que trafican con el delito, son parte del tráfico de armas y droga, usufructúan con los desarmaderos de autos, viven de la coima, entre otras actividades delictivas que los llevan a ser parte de la inseguridad. Por otro lado, con las políticas de los gobiernos de turno, las cárceles se han convertido en verdaderos depósitos humanos que, en vez de reeducar a los presos, los ayudan a profesionalizarse en la delincuencia. Mientras bajo este sistema capitalista sigan estos degradantes modelos económicos para unos pocos; negociados privados con la “inseguridad”; la maldita policía; una justicia para ricos alejada de las necesidades populares y políticos y funcionarios mafiosos, las vidas de muchos seguirán en peligro. |
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