El Socialista

El Socialista es una publicación de Izquierda Socialista

Compartir esta nota en

Escribe:
Mercedes Petit

19 de agosto de 1936

Los fascistas fusilaron a García Lorca

El levantamiento del fascismo español, encabezado por Francisco Franco, comenzó el 18 de julio de 1936. Federico García Lorca, uno de los más grandes artistas de entonces, fue asesinado poco después. El franquismo mostraba así su oscurantismo y su sed de sangre.

Federico García Lorca ante un afiche del teatro universitario La Barraca, que codirigió. Entre 1932 y 1936 representaron 13 obras clásicas en 74 localidades de las zonas rurales más alejadas y donde se desconocía el teatro

Federico García Lorca ante un afiche del teatro universitario La Barraca, que codirigió. Entre 1932 y 1936 representaron 13 obras clásicas en 74 localidades de las zonas rurales más alejadas y donde se desconocía el teatro

En las décadas del 20 y del 30 España vivía un segundo Siglo de Oro de la literatura y las artes. Nombres como Luis Buñuel, Salvador Dalí, Pablo Picasso, Miró, Rafael Alberti, Antonio Machado, Manuel de Falla y muchísimos más, siguen siendo conocidos y recordados entre los más grandes representantes de las artes del Siglo XX. Prácticamente todos celebraron la caída de la monarquía y el triunfo de la República en 1931, y sufrieron la persecución y el exilio cuando los fascistas ganaron la guerra en 1938-39. Uno de ellos, de los más grandes, a los 38 años murió asesinado en su ciudad natal, Granada, capital de Andalucía*.

Un artista vanguardista, popular y comprometido

Federico García Lorca se interesó primero por la música. Aprendió guitarra y piano. También se dedicó al dibujo y la pintura. Y sumó la poesía y el teatro, renovando en ellos el lenguaje y la temática. Era un espíritu libre, que supo retratar como nadie los dramas cotidianos de una sociedad cerrada, reprimida, prejuiciosa y sometida al “qué dirán”, al “de eso no se habla”, en particular hacia las mujeres. Su Romancero Gitano, de 1928, fue ampliamente divulgado. Una de sus primeras obras, Mariana Pineda, provocó la irritación de la dictadura de Primo de Rivera en 1930. La libertad de su creación artística estaba acompañada por una homosexualidad vivida sin mayores tapujos.

A medida que la situación en España se iba polarizando, entre el ascenso y las luchas de los obreros y campesinos, y la reacción de la oligarquía clerical y fascista, fue creciendo su compromiso político. Nunca se afilió a ningún partido, pero fue un hombre de izquierda, republicano y socialista. Luego de la represión a la insurrección de los mineros de Asturias en 1934, en una entrevista al diario de Madrid La Voz, anticipaba una próxima obra dramática contra la guerra: “En ella, un coro de madres de hombres de todas las naciones dirigirán a los representantes de las grandes potencias sus apóstrofes y gemidos”. Y poco después participó por primera vez en un acto no literario, sino a favor de los presos políticos.

En 1936 acudió a una conferencia en un local socialista, donde se pedía la libertad del dirigente de los trabajadores brasileños Luis Carlos Prestes, y leyó sus poemas junto a Rafael Alberti. Poco después participó en el entierro de uno de los jóvenes de izquierda que estaban siendo asesinados por grupos de la Falange Española. Dos días antes de que comenzara el levantamiento fascista, García Lorca resolvió irse de Madrid, donde el ambiente era cada vez más violento y tenso, para refugiarse en Granada. Había sacado un pasaje para viajar hacia México al mes siguiente.

“Que el crimen fue en Granada…”

Así decía el estribillo del primer poema que denunciaba el asesinato, escrito por su amigo Antonio Machado. Apenas había comenzado el conflicto, y la noticia sobre la muerte de Federico García Lorca se fue divulgando de manera confusa y retaceada. Investigaciones históricas posteriores fueron reconstruyendo aquella trama.

Federico no podía alojarse en su propia casa familiar. Su cuñado era Manuel Fernández Montesinos, alcalde socialista de Vega de Granada. Este médico había encabezado el frustrado intento de defender las entidades obreras granadinas y fue asesinado el 15 de agosto, un día antes de la detención del poeta. Lo protegió su amigo de la infancia Luis Rosales, partidario de la Falange. Pero su refugio fue delatado por unos primos, los Roldán, que eran parte de los “grupos de tareas” del franquismo, las Escuadras Negras.

Sus captores, dada la importancia del prisionero, consultaron nada menos que al general Queipo del Llano, jefe del levantamiento. Este, desde Sevilla, le ordenó al franquista gobernador de Granada: “A ese dale CAFÉ, mucho CAFÉ”. Eran las siglas siniestras de las Células de Acción de la Falange Española, las Escuadras Negras. Su victimario se agrandó con el crimen: “Le di tres tiros en el culo por maricón”. Lo mataron junto a un maestro de escuela y dos banderilleros.

Un diputado obrero que logró salir con vida de Granada, donde habían hecho 23.000 prisioneros, llevó la noticia a Madrid hacia fines de agosto, y salió al mundo. Numerosas voces intentaron aún hacer algo. Las preguntas que llegaban eran respondidas de manera brutal y despectiva por el gobernador militar de Granada: “No conozco el paradero del referido señor Lorca”.

En el Barranco de Viznar, un pequeño pueblito distante unos 12 kilómetros de Granada, hay desde entonces una fosa común con casi 3.000 cuerpos. La mayoría son anónimos y pobres campesinos o trabajadores granadinos. Uno es del poeta.

 

* Datos de García Lorca, por Rafael Alberti. Colección Los Hombres. Centro Editor de América Latina; Revista La Nación , 1996; Revista Viva, 8/6/08.

Un dibujo de Federico García Lorca


¿Por qué ganaron los franquistas?**

Cuando comenzó el levantamiento del fascismo, la abrumadora mayoría de los obreros y campesinos españoles estaban dispuestos a aplastarlos. En julio de 1936 habían rechazado el ataque fascista en gran parte del país. Las zonas dominadas por los rebeldes eran reducidas y parte del Ejército no los había acompañado. Pero la disposición de lucha y el heroísmo de las masas no eran suficientes. Al frente tenían conducciones dispuestas a pactar con la burguesía y a no desarrollar la revolución obrera y socialista. El Frente Popular fue el gran escollo que abrió el camino de la derrota. Los dirigentes socialistas y los anarquistas, que dirigían la poderosa CNT, y el pequeño Partido Comunista, pretendieron enfrentar al fascismo sin cuestionar la sagrada propiedad de la oligarquía que lo alimentaba. Depositaban todo su apoyo y confianza en los partidos republicanos burgueses. Stalin, con todo el prestigio que le daba encabezar la poderosa URSS, que con cuentagotas enviaba armas y pertrechos, apoyó con todo esa política suicida. Por su parte, Hitler y Mussolini ayudaron con todos los medios posibles a los fascistas, hasta que triunfaron.

La suerte de la revolución y la guerra civil se jugó dentro del campo republicano, porque fueron los propios dirigentes socialistas, anarquistas y comunistas los que aplastaron a los trabajadores y campesinos que daban su vida en las trincheras y podían liquidar a los fascistas.

 

* Véase El Socialista Nro.36, 13/7/06.


El romance de Federico y Buenos Aires

El 29 de julio de 1933, la señora Lola Membrives, máxima figura del teatro de entonces, presentó Bodas de Sangre en el Maipo. Fue tal su éxito que esa única función se prolongó en una gira por el interior del país, su estreno en Montevideo y su reestreno en el Teatro Avenida. El autor fue invitado a visitar Buenos Aires.

García Lorca llegó en el barco Conte Grande, el 13 de octubre de 1933, dispuesto a pasar un mes y medio. Lo sorprendió el entusiasmo y escribía a los suyos sobre el “escandalazo” provocado por su presencia. “No paro un instante de corridas, visitas, reuniones con esta gente hospitalaria”. Hospedado en el Hotel Castelar, en la Avenida de Mayo, recibía constantemente a sus visitantes. Su aparición en el Teatro Avenida junto a Lola Membrives fue recibida por una multitud que colmaba los pasillos y lo ovacionó más de cinco minutos. Su triunfo en uno de los principales centros culturales de habla hispana le daba una creciente proyección a su carrera en el resto del mundo. Y le permitió girar a su padre una importante cantidad de dinero. Su estadía se fue prolongando, con exitosas conferencias (en las cuales se acompañaba tocando el piano) y nuevos estrenos. Se quedó seis meses. Cuando finalmente regresó a España, el 24 de marzo de 1934, prometió volver pronto.

Los fascistas no lo permitieron. Pero se quedó para siempre. En 1945 su amiga, la gran actriz Margarita Xirgu, estrenó en Buenos Aires en el Teatro Avenida su última obra, La casa de Bernarda Alba. La había concluido en junio de 1936 y sólo alcanzó a leerla el 15 de julio ante un grupo de escritores amigos. Casi todos los años en Buenos Aires la temporada de teatro incluye alguna de sus obras.


Te pedimos un aporte para seguir apoyando las luchas de los trabajadores.

IS

Izquierda Socialista en Internet:
www.izquierdasocialista.org.ar - www.nahuelmoreno.org - www.uit-ci.org
El Socialista Registro de propiedad intelectual: Nº 596282.
Director: Juan Carlos Giordano. Hipólito Yrigoyen 1115 Capital Federal

- Tel.:(+54) 11-4381-4240