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Escribe:
Miguel Lamas
Paraguay
Asumió Fernando Lugo con gran apoyo popular
El 15 de agosto asumió la presidencia del Paraguay el ex obispo Fernando Lugo. Día que quedará marcado en la historia paraguaya, ya que durante 61 años gobernó el Partido Colorado, incluyendo 35 años de férrea dictadura de Stroessner. Lugo, llamado “el obispo de los pobres”, asume con inmenso apoyo e ilusiones de cambio en el pueblo.
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Fernando Lugo |
Las movilizaciones de los últimos meses y las expectativas creadas con el nuevo gobierno forman parte del proceso de rebeliones populares que recorren América Latina, que viene tirando abajo a los gobiernos abiertamente neoliberales e imponiendo nuevos gobiernos llamados “de centroizquierda”, como el de Chávez, Evo Morales, Correa, Lula, entre otros. Por eso cae, por fin, el Partido Colorado.
Lugo, que viene de la corriente “tercermundista” de la Iglesia, prometió, entre otras cosas, la reforma agraria, exigiendo a Brasil y Argentina que paguen más por la hidroelectricidad que utilizan de las represas de Itaipú (25% del consumo brasileño) y Yaciretá. También anunció “una política clara de defensa de la soberanía, de la independencia… El mismo espíritu que hace 200 años nos movilizó para independizarnos de la corona española ahora se dirige hacia todo tipo de imperialismo”.
¿Hacia dónde apunta el nuevo gobierno?
Lugo llegó al frente de la Alianza Patriótica para el Cambio que incluye desde el PLRA (Partido Liberal Radical Auténtico) del vicepresidente Federico Franco, hasta partidos de izquierda como el P-MAS y Tekojoja, agrupados en el Bloque Social y Popular junto a varios sindicados y organizaciones campesinas. Es entonces un gobierno de los denominados de centroizquierda, de conciliación de clases, que promete gobernar en beneficio “de todos”.
El PLRA es un partido neoliberal, que fue parte del régimen, la “oposición consentida”, incluso en tiempos del dictador Stroesner. Entre los nuevos ministros ya anunciados, está Dionisio Borda, ex ministro del gobierno colorado de Duarte Frutos, sumiso a los dictados del FMI, que ya anunció la privatización, vía «capitalización, tercerización, concesión» de las empresas estatales. También Martín Heisecke, del PLRA, en Industria y Comercio, quien anunció privatizaciones. En Agricultura, nombró a Vera Bejarano, liberal latifundista que tiene 3 mil hectáreas. Y para la izquierda quedaron cargos “sociales” como Salud, Juventud, entre otros.
Lugo ya se pronunció contra las ocupaciones de tierras y anunció su apoyo a los empresarios. Esta composición del gabinete y sus primeras definiciones indicarían que no se propone arriesgar pasos de nacionalización e independencia relativa frente al imperialismo, como los hicieron Chávez, Evo Morales o Correa. Es decir, que se plantearía un proyecto similar al de Lula, Tabaré Vázquez, Bachelet o Kirchner.
En cualquier caso, los gobiernos de conciliación de clases, no pueden solucionar los problemas de fondo, porque no están dispuestos a romper con la burguesía, el imperialismo, las multinacionales y expropiar a los terratenientes, única forma de satisfacer las necesidades de las masas en educación, comida, trabajo, salario y tierra.
Por eso los socialistas revolucionarios luchamos por la independencia de clase, para que los trabajadores y campesinos se movilicen; tengan sus organizaciones obreras y campesinas autónomas y por un partido propio, ya que sólo un gobierno obrero y campesino podrá realizar estos cambios de fondo.
El movimiento obrero y campesino
Indudablemente habrá exigencia popular por cambios reales. Ya hubo ocupaciones de tierras (por eso el pronunciamiento de Lugo sobre reforma agraria) y huelgas de empleados públicos que conquistaron contratos colectivos y de estudiantes exigiendo boleto estudiantil. También se formó la Mesa Coordinadora Sindical, con 20 organizaciones, que jugó un rol importante en las movilizaciones y no apoyó la candidatura de Lugo.
El vicepresidente electo, Federico Franco ya abrió el paraguas afirmando: “estoy seguro que va a haber huelgas, descontento, manifestaciones, probablemente invasiones de tierras. Ojalá que no. Pero es normal en el período que se abre”. (Clarín, 16/8/2008).
Como sucede en el resto de Latinoamérica, la única posibilidad de lograr cambios reales, derrotar a las multinacionales y terratenientes, pasa por lo que no quiere el vicepresidente Franco, la movilización obrera y popular independiente que puede realmente abrir una nueva perspectiva para el sufrido pueblo paraguayo.
Corrupción, desigualdad e injusticia
Paraguay cuenta con 6.500.000 habitantes, el 40% es población rural. Uno de los países más pobres y postergados de Latinoamérica. Paraguay es campeón en corrupción y desigualdad social. La distribución de la tierra es la más desigual del mundo: el último censo muestra que el 1% de propietarios tiene el 77% de la misma y sólo 351 propietarios concentran 10 millones de hectáreas. En tanto, el 40% de los agricultores tienen entre 1 y 5 hectáreas, sólo el 1% de la tierra. Campesinos que ocuparon tierras sufren largas condenas.
La producción de soja y algodón va expulsando a los campesinos que emigran a los cinturones de miseria de Asunción y un millón están en Argentina, Brasil o Europa.
Pino Solanas en Paraguay: ¿Cristina Kirchner y Lula son gobiernos progresistas?
Pino Solanas estuvo en Paraguay invitado al acto de asunción de Fernando Lugo. Ahí afirmó: “Es un cambio en dirección de la integración… del continente, y está incluido el MERCOSUR… Lugo es uno más que se suma. Cuba, Venezuela, Nicaragua, Bolivia, Ecuador, y también hay otros gobiernos como Brasil y la Argentina que se están manifestando a favor de este proyecto. Es la primera vez… que la mayor parte de los países de la región son de signo democrático y progresista” (Página/12, 16/8/8).
Solanas califica de “progresista” al MERCOSUR que, hasta ahora, sólo ha servido a las multinacionales, y no ofreció ninguna alternativa a la penetración imperialista, hasta el punto que los gobiernos más neoliberales como el de Menem fueron parte del mismo sin ningún problema.
Pero además Solanas califica de “progresistas” a los Kirchner y a Lula. Con el mismo Solanas hemos compartido actos de denuncia contra el gobierno por la escandalosa entrega petrolera y por el negociado del “tren bala”. ¿Ahora se volvió progresista el gobierno de Cristina? ¿Acaso va a estatizar el petróleo y reconstruir un ferrocarril nacional? Nos parece que Solanas se equivoca otra vez, como cuando llamó a votar por Kirchner en 2003.
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