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José Castillo

PROPUESTAS para combatir la inflación

El gobierno insiste con la mentira de los índices de inflación. Desde hace un año y medio viene destruyendo sistemáticamente al Indec, echando y amedrentando a sus trabajadores. Ahora dice que presentar los verdaderos números sería “beneficiar a los tenedores de bonos de deuda externa”. Mentira total de un gobierno que se niega a tomar las mínimas medidas necesarias para parar efectivamente el alza de precios.

El gobierno miente por partida doble. Por un lado cuando dice que toma medidas contra el alza de los precios. Los famosos “acuerdos” entre la Secretaría de Comercio Interior, dirigida por Guillermo Moreno y los monopolios formadores de precios, terminan en “precios sugeridos”, que nadie encuentra en las góndolas.

La segunda mentira, a esta altura la más ridícula, es cuando pretende hacernos creer que la inflación no existe.

La principal pelea contra la inflación pasa por tener un salario digno, que realmente cubra el valor de la canasta familiar. Hoy la inmensa mayoría de la clase trabajadora no lo tiene, y encima mes a mes se le reduce cada vez más por los efectos de la suba de precios. Para pelear realmente por la defensa del poder adquisitivo de nuestro salario, basta llevar adelante el siguiente programa:

● Precios máximos y su congelamiento para todos los productos de la canasta familiar.

● Eliminación del IVA de los productos de dicha canasta.

● Aplicación efectiva de la Ley de Abastecimiento, que autoriza a multar, clausurar, encarcelar y hasta expropiar a aquel empresario que viole precios máximos, acapare o venda en el mercado negro.

● Aumento salarial de emergencia y reapertura de las paritarias, para que ningún trabajador quede por debajo del costo de la canasta familiar (hoy calculado en 3.500 pesos). Ajuste automático de salarios y jubilaciones de acuerdo al aumento mensual real del costo de vida.

● Aumento de emergencia para todos los jubilados, garantizándoles inmediatamente el 82% móvil.

● Expropiación de los monopolios formadores de precios, ya se trate de exportadoras de granos, empresas agroalimenticias o cadenas de hipermercados.


Denunciar la inflación: ¿es estar con los bonistas?

El gobierno ha dicho que los trabajadores del INDEC tienen intereses comunes con los titulares de bonos de la deuda externa que se ajustan por inflación.

Con esto quiere esconder el motivo real por el que destruyó el INDEC: evitar que se conozca cuál es la verdadera inflación, para impedir que los trabajadores, en sus negociaciones paritarias, exijan aumentos acordes a la pérdida de su poder adquisitivo. Que hoy nadie le crea a los números del INDEC, y que incluso los burócratas sindicales más oficialistas tengan que reconocer cálculos alternativos, no nos debe hacer olvidar que ese fue el obietivo inaugural del dibujo, presente en la negociación salarial de marzo de 2007 y 2008.

Pero el gobierno dice que, si se reconocen índices mayores, aumentará la deuda externa porque hay más de 60.000 millones de dólares en bonos que ajustan por CER (índice de inflación). Asi, el “dibujo” del INDEC nos habría “ahorrado” 600 millones de dólares por cada punto menos de inflación reconocido. La cuenta es burda: hay otros bonos que ajustan por crecimiento del PBI, y, al subvalorar la inflación, se termina inflando el mismo. O sea, lo que se gana por un lado, se pierde por el otro. Además, la falsificación de los índices ha generado que la tasa de interés a la que se nos preste sea un 10% superior a la de los otros países de la región. El balance es claro: pese al “maquillaje del Indec”, en el primer semestre del 2008 la deuda externa creció 2.800 millones de dólares.

Además, los bonos que se ajustan por inflación no fueron una “herencia” que recibió el kirchnerismo: fueron inventados en el canje del 2005, que en su momento fue presentado como la gran proeza que nos había “liberado definitivamente” del fantasma de la deuda. Pero ese fantasma sigue recorriendo la Argentina: es el fantasma del ajuste, de los bajos salarios, de la miseria y el desempleo. Fantasma del que sólo nos libraremos el día que dejemos definitivamente de pagar la inmoral e ilegal deuda externa, rompiendo con el FMI y demás organismos financieros internacionales.


Entrevistamos a Daniel Fazio y Raúl Llaneza -Delegados General y Adjunto respectivamente-, de la Junta Interna de ATE-INDEC

Hoy se habla desde distintos sectores del gobierno y de los medios de posibles cambios para mejorar la imagen del INDEC. ¿Cuáles creen ustedes que son las medidas que se deben tomar para que el Instituto vuelva a producir estadísticas confiables?

Daniel: primero se tienen que ir la Directora Ana María Edwin y los funcionarios que puso Moreno, así como unos cuarenta nuevos empleados que han funcionado como «patota» para imponer la manipulación a través de la violencia de todo tipo. Una vez hecho esto, habría que reponer a todos los compañeros que fueron desplazados por la intervención a sus puestos y realizar una auditoría de lo actuado en el último año y medio. A partir de ahí, tratar de actualizar y mejorar las metodologías de trabajo y ampliar el espectro de mediciones que realiza el organismo a fin de poder brindar los indicadores necesarios para diseñar políticas públicas.

Raúl: la única posibilidad de salir de esta crisis de falta de credibilidad es la salida de toda la intervención de nuestro instituto. Es decir, que se vayan Ana Edwin, Rubén Zampino, Hernán Brahim, Jose L. Blanco y por supuesto Beatriz Paglieri. Y obviamente la patota de la que se vale la intervención para tratar de amedrentar a los compañeros.

No puede ser una opereta del gobierno, no debe ser sólo un maquillaje de la que hoy se valen algunos funcionarios del gobierno al tratar de instalar desde el oficialismo esta necesidad de cambiar la imagen, y por ahora no pasa nada.

Desde el principio, el discurso del gobierno ha intentado ligar la lucha contra la manipulación con los intereses de los bonistas y especuladores, pero nada dicen de los intereses de los trabajadores que ven que la inflación devora sus salarios. ¿Qué opinión les merece?

R: es una justificación basada en un supuesto fraude patriótico cuando en realidad a quienes se defraudan con estos índices es a los trabajadores (ocupados, desocupados y jubilados).

Como siempre decimos, nuestra lucha responde a la necesidad de exigir que nos dejen trabajar sin presiones del gobierno de turno.

D: ciertamente se nos ha intentado ligar con intereses diversos, pero el accionar ético y honesto de los trabajadores que se opusieron a la manipulación dio por tierra con un discurso que ya no resiste el análisis. Y, lo más importante, la sociedad comprendió el sentido de la lucha de los trabajadores del INDEC, que justamente pretende preservar a todos los trabajadores de la pulverización de sus salarios por una inflación que es necesario combatir.

La manipulación de los índices que lleva adelante el gobierno tiene un repudio masivo en la sociedad. ¿Están pensando en lanzar algún tipo de campaña para fortalecer la lucha contra la intervención?

D: nosotros pensamos seguir esta lucha hasta que se tome la decisión política de revertir las barbaridades que se han sucedido en el INDEC durante este años y medio.

En este contexto pensamos lanzar una campaña por un millón de firmas en defensa de las estadísticas públicas, que será anunciada el 22 de agosto en ocasión de conmemorar un año de la represión policial que nos impidió instalar la carpa de las estadísticas. En la puerta del INDEC pondremos desde las 10 y hasta las 18 horas una carpa simbólica en la que comenzaremos a motorizar esta campaña, además seguiremos con las diversas actividades de este conflicto, abrazos, asambleas, marchas, etcétera.

R: como dijo Daniel, estamos pensando en una gran campaña nacional de firmas para impulsar un proyecto (de resolución o ley) en el Congreso.


Juan Carlos Giordano
Escribe:
Juan Carlos Giordano

Salarios

¡1.000 pesos de aumento para todos los trabajadores!

La inflación no da tregua. El aumento descarado de los precios, en especial en los artículos de primera necesidad, se come día a día los ingresos populares. Por eso la mayoría de los salarios y jubilaciones son de pobreza. Todo en plena era kirchnerista, donde el gobierno se vanagloria de que estamos transitando el crecimiento más sostenido de la historia.

La inflación, pilar fundamental del modelo económico del gobierno, ya ha fagocitado el techo del 19% pactado con la CGT y las patronales. El INDEC, falseando como siempre los números, ha dicho que los trabajadores en negro le han ganado a la inflación, ya que tuvieron un aumento del 30%. Lo que no dicen los interventores dictatoriales de ese organismo es que las ganancias de las empresas crecen semestre a semestre. Y que la plata que debería ir a aumentos y a engrosar las partidas de salud o educación, se sigue destinando a los pagos de la deuda externa.

Hace falta un aumento de emergencia para paliar en parte el terrible costo de vida. Cada trabajador y jubilado debería contar con una suma de 1.000 pesos ya mismo para hacer frente a las imperiosas necesidades populares de alimentación, vivienda y medicamentos. En el camino de que sus ingresos se equiparen al valor de la canasta familiar, que ya pasó los 3.500 pesos.

El gobierno dice que la mayoría de los trabajadores dejaron de ser pobres, ya que la canasta para salir de la pobreza está en $ 975, mientras el salario mínimo se fijó en 1.200 pesos. ¡Caradura! ¿Quién dice que una familia tipo puede vivir con 975 pesos? Más que salir de la pobreza, con ese monto se los condena a seguir viviendo en la misma.

Hay que reabrir las paritarias

Sobre los reclamos verbales de la CGT sobre un aumento del mínimo no imponible en Ganancias y las asignaciones familiares, el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, señaló que “están en estudio”. Y el Jefe de Gabinete, Sergio Massa, atajándose de lo que se viene, “descartó cualquier posibilidad de que se reabra la ronda de paritarias para que los sindicatos discutan reactualizaciones suplementarias de los acuerdos salariales alcanzados hasta ahora” (Clarín, 14-08).

Está clara cuál es la política de Cristina. No dar ningún aumento por decreto, ni permitir siquiera que se discutan formalmente en paritarias, intentando que el techo acordado dure lo más posible.

Para todo esto cuenta con el rol traidor de la CGT y CTA. Moyano, los Gordos y Yasky apoyan al gobierno y no mueven un dedo en apoyo a las luchas. Ni siquiera toman alguna medida de solidaridad con los que luchan en territorio anti-K, como los trabajadores estatales cordobeses en reclamo contra el gobernador Schiaretti. Eso los hace cómplice de los recortes de las jubilaciones en esa provincia y de los ataques que en todo el país se les está haciendo a los trabajadores.

La CTA deja aisladas las luchas de los docentes de varias provincias, y el SUTNA, Sindicato del Neumático, que tiene al frente un dirigente de dicha central, acaba de avalar decenas de despidos.

Se hace necesario que desde cada lugar de trabajo se tomen resoluciones. Reclamando un aumento de emergencia; reapertura de las paritarias; condenar el pacto traidor de la CGT y CTA y apoyar las luchas en curso por salario, contra los despidos, el trabajo en negro, las tercerizadas. Todo contra el modelo de bajos salarios de Cristina y las patronales, bendecido por los burócratas de turno.


Te pedimos un aporte para seguir apoyando las luchas de los trabajadores.

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