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Crisis mundial
¡Que la paguen los de arriba!
La crisis de la economía capitalista mundial ha tenido un nuevo pico. Esto ha provocado la caída de las bolsas y una recesión que abarca tanto a la economía yanqui como a la europea. Si Estados Unidos consume menos, habrá seguro una desaceleración mundial, afectando a todos los países del mundo en mayor o menor medida. Argentina es uno de ellos. Por eso hay una gran preocupación entre los trabajadores sobre cuánto los va a afectar la crisis, olfateando que la van a querer descargar sobre sus espaldas.
La presidenta Cristina de Kirchner, contra todos los pronósticos y la propia realidad, señaló: “Estamos viendo cómo este primer mundo que nos habían pintado en algún momento como la meca a la que debíamos llegar, se derrumba como una burbuja y aquí nosotros, modestos y humildes, con nuestro proyecto nacional estamos en medio de la marejada, firmes, enfrentando el presente y el futuro”.
Qué quiere decir Cristina... ¿Que la crisis mundial no nos va a afectar? ¿Que su modelo económico es distinto al que impulsan el imperialismo, los banqueros y las multinacionales? ¿Que el gobierno está tomando medidas para que la crisis no afecte a los de abajo? No. Cristina vuelve a mentir otra vez. Lo real es que empezó a aplicar un ajuste que va en contra de los trabajadores y el pueblo.
Siempre el gobierno se esforzó en demostrar que la crisis no nos iba a tocar. Que Argentina estaba implementando un modelo económico de crecimiento independientemente de los vaivenes internacionales. Que éramos una isla. No es cierto.
El modelo de los Kirchner siempre tuvo una dependencia directa con la economía mundial. Argentina es una semicolonia de los yanquis, el FMI y el Club de París. El gobierno nunca tocó los pilares de los ´90. Se mantienen las privatizadas y reconoció la deuda externa, pagándose de contado al FMI, y ahora al Club de París. Y si hubo aumentos en los superávit, es por los altos precios de la soja y el petróleo, y por el ahorro en las arcas fiscales, producto de la pérdida que sufrieron los salarios de los estatales en relación a la inflación. Dinero que se fue amarrocando en el Banco Central, no precisamente para satisfacer las necesidades obreras y populares.
Néstor Kirchner, y ahora Cristina, siempre ofrecieron a las multinacionales hacer negocios en el país. Ésta acaba de pagar al Club de París para dar una señal de confianza a los especuladores. Y aplica las exigencias que impone los Estados Unidos. Vino el enviado de Bush, Thomas Shannon, y tras su apriete el gobierno decidió cancelar los 6.700 millones de dólares (20.000 millones de pesos). Y la receta del FMI, largamente cuestionada en los discursos oficiales, es la que se está aplicando hoy.
Cristina quiere vender gato por liebre. Habla de que estamos “firmes” pero está aplicando un ajuste. ¿En qué consiste? Veamos.
El plan “anticrisis” que se está delineando desde la Rosada, es para seguir adelante con el superávit fiscal, que no es otra cosa que bajar el gasto público (léase menos salarios, menos obras, menos presupuestos para salud, educación, entre otros rubros de suma importancia).
Habrá nuevos aumentos de tarifas. Seguirán desfinanciando al Anses usando ese dinero para cumplir con los usureros internacionales. Y aumentará el dólar, una nueva devaluación en beneficio de los grupos patronales exportadores y en desmedro del bolsillo de los trabajadores. Ajuste que aplica el gobierno nacional de la mano de gobernadores como Scioli, Schiaretti, Binner y otros, con más impuestos y recortes a los jubilados.
Para que la crisis mundial la paguen quienes la provocaron -grandes empresarios, banqueros, el FMI, Banco Mundial y Club de París-, hay que enfrentar el ajuste que está en curso.
Fundamentalmente hay que exigir que ni un peso vaya al Club de París y que esa plata se destine para aumento de salarios y jubilaciones, salud y educación.
“Vamos a destinar a la educación la mayor cifra que nunca se destinó en toda la historia argentina”, dijo Cristina. ¿Por qué no la destina ahora, cuando hay docentes de varias provincias en lucha por aumento de salarios, se movilizan secundarios por más becas y los universitarios por más presupuesto e infraestructura? ¡Exijamos entonces que el gobierno ponga esos 20.000 millones de pesos -6.700 millones de dólares- para saldar la deuda con la educación!
Además, hay que reclamar un aumento de salarios de emergencia para todos los trabajadores y exigir la reapertura de las paritarias.
Para enfrentar a las multinacionales que fogonean las crisis, hay que reestatizar las privatizadas, para que el petróleo, los ferrocarriles, empresas de agua, gas y electricidad pasen a manos del pueblo bajo control de los trabajadores, entre otras medidas antiimperialistas y anticapitalistas.
Esto hay que imponerlo con lucha y movilización en el país. Y siendo solidarios con nuestros hermanos latinoamericanos, apoyando por estas horas al heroico pueblo boliviano que enfrenta a la derecha golpista.
Te pedimos un aporte para seguir apoyando las luchas de los trabajadores.
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