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Miguel Lamas

Una negociación con resultados inciertos

¡El pueblo boliviano exige cárcel a los golpistas!

La intentona golpista destinada a dividir Bolivia y sus métodos fascistas, ocasionando el asesinato de 30 campesinos en Pando, despertaron un repudio mundial. Y el inicio de una gran movilización obrera, popular y campesina en Bolivia para aplastar a los golpistas. Las últimas informaciones indican que fue encarcelado el prefecto genocida de Pando y que, al mismo tiempo, se inició una negociación entre el gobierno de Evo Morales y los prefectos de derecha. ¿Se solucionó la crisis?

Durante cinco días bandas fascistas, con total impunidad, se adueñaron de gran parte de la ciudad de Santa Cruz, Cobija (en Pando), Sucre, Tarija y el departamento de Beni. Tomaron los edificios públicos nacionales, locales de organizaciones populares, radios comunitarias, saqueando e incendiando. Quisieron tomar el barrio popular Plan 3000 de Santa Cruz (250.000 habitantes), aunque de ahí los vecinos los corrieron a palazos.

En Pando (extremo norte amazónico, fronterizo con Perú y Brasil) fue el hecho más terrible. Paramilitares de la prefectura atacaron a balazos a una manifestación, asesinando a 30 campesinos, dejando centenares de heridos y desaparecidos.

El gobierno de Evo Morales expulsó al embajador yanqui, Phillip Goldberg, una medida reclamada desde hace meses por el movimiento popular. Pero no tomó ninguna otra medida contra los golpistas de Santa Cruz, Beni, Sucre y Tarija. Tampoco hubo una convocatoria a una movilización de masas. Sólo un llamado abstracto a “defender la democracia”. Recién el sábado ordenó la intervención militar en Pando y el martes fue capturado el prefecto genocida Leopoldo Fernández.

La movilización está enfrentando a los golpistas. Este lunes 15, una fuerte columna de obreros, campesinos y pobladores de El Alto, bajó a La Paz, clamando “cárcel a los prefectos fascistas”. En Santa Cruz, los campesinos comenzaron un bloqueo de las rutas a la capital golpista y enfrentaron exitosamente a los fascistas de la Unión Juvenil Cruceñista que quisieron desalojarlos.

¿Negociar o derrotar a los golpistas?

Evo mandó encarcelar a Leopoldo Fernández, el genocida de Pando. Pero al mismo tiempo abrió negociaciones con los prefectos golpistas, representados por Mario Cossio (prefecto de Tarija). Negociación apoyada por Lula y otros presidentes latinoamericanos (ver recuadro). No es la primera vez que Evo Morales negocia con estos personajes. Y siempre tuvo el mismo resultado. Se agrandaron para exigir mucho más y fortalecer sus planes golpistas.

Esta negociación responde a la idea de que se puede conciliar con los capitalistas y terratenientes. Que incluso es posible redistribuir la riqueza y mejorar la situación del pueblo acordando con esos sectores.

El presidente Hugo Chávez se destacó por la solidaridad con Bolivia, expulsando al embajador yanqui de Venezuela, hecho que saludamos. Sin embargo comparte con Evo Morales y con el ecuatoriano Rafael Correa, esta idea de pactar con los capitalistas, como lo ha hecho en Venezuela.

A 35 años del golpe contra Allende en Chile, se replantea la misma discusión de entonces. La historia demuestra una y otra vez que las medias tintas no van. Que si se mantiene el poder económico de los capitalistas, inevitablemente lleva a una crisis. Porque los capitalistas no aceptan que les afecten sus ganancias y, por una vía o por otra, intentarán someter o derribar a estos gobiernos. El dominio capitalista de la economía les permite todo tipo de maniobras, desde la desestabilización económica, hasta comprar voluntades para dar golpes militares o civiles. Así derribaron a Allende en Chile con el golpe militar y derrotaron en las urnas al sandinismo en Nicaragua.

En el caso de Bolivia, el movimiento obrero, popular y campesino ha señalado con claridad un camino para liquidar socialmente a la derecha: la llamada “Agenda de Octubre”, expulsar a las multinacionales y llevar a cabo la reforma agraria para terminar con el latifundio y entregar tierras a los campesinos. Hace unos meses la CSUTCB, central campesina, la mayor organización de masas del país, reclamó también “nacionalizar las grandes empresas de alimentos”, para enfrentar la inflación. Pero todas estas medidas sólo las puede tomar un gobierno sin capitalistas, un gobierno integrado por las organizaciones obreras, populares, campesinas e indígenas.

La negociación no traerá la pacificación

Podrán decirnos que negociar es la única forma de pacificar. Pero la experiencia histórica y la realidad boliviana demostraron hasta el hartazgo que no es así. Si se llegó a la sublevación fascista y al genocidio en Pando, fue precisamente por todas las concesiones anteriores que les permitieron fortalecerse.

Ahora están reclamando que les den a ellos el impuesto a los hidrocarburos (ver “Qué quiere la derecha…”), una autonomía amplísima y cambios en la Constitución aprobada en diciembre del 2007. Es decir, que Evo retroceda en varios de los principales reclamos populares. Y, la propia negociación, indica que quedaría impune la masacre que perpetraron. Incluso reclaman la libertad del genocida de Pando.

¿Acaso no sobran motivos para destituir y encarcelar también a los prefectos de Santa Cruz, Tarija, Beni, los líderes “cívicos” y sus bandas fascistas?

Si se los deja impunes, con sus bandas fascistas intactas y encima con más recursos, volverán a intentarlo.

Por eso es muy justo el reclamo popular de que, en lugar de negociar con ellos, se encarcele a todos los golpistas, que no se les ceda, de que se avance con la reforma agraria y la Agenda de Octubre.

Hay que mantener el movimiento de solidaridad con el pueblo boliviano, apoyando estos justos reclamos.


Declaración organizaciones obreras y campesinas de Santa Cruz, Beni y Pando

“¡Castigo a los prefectos genocidas!”

Se pronuncian por “el procesamiento, detención y castigo de los prefectos genocidas Leopoldo Fernández, Rubén Costas, Ernesto Suárez y Mario Cossio, además de los supuestos cívicos Branko Marinkovic… y funcionarios municipales y prefecturales, por los delitos de genocidio, alzamiento armado, sedición, asesinato y asociación delictuosa…

Y reclaman “no tocar la nueva Constitución política del Estado aprobada en Oruro el 9 de diciembre del 2007”

Firman: Familiares víctimas de la Masacre de Pando, Federación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Pando (FSUTCP), Federación Departamental de Mujeres Campesinas Bartolina Sisa (FDMC-BS) Pando, Central de Pueblos Étnicos del Beni (Cpemb), Central Obrera Departamental (COD) de Santa Cruz, Organizaciones vecinales del Plan 3.000, Santa Cruz; Confederación Pueblos Indígenas de Bolivia (Cidob), Coordinadora Pueblos Étnicos Santa Cruz (Cpesc)

(ver declaración completa en www.uit-ci.org)


¿Qué quiere la derecha “autonomista”?

Su objetivo de fondo es derrotar el proceso revolucionario que vive Bolivia. Para eso, si no pueden derrocar a Evo Morales, quieren que abandone totalmente su programa de reforma agraria, que no avancen las nacionalizaciones, o dividir Bolivia, quedándose ellos con las zonas más ricas en hidrocarburos y tierras, la llamada Media Luna, que abarca Santa Cruz, Tarija, Beni y Pando.

El “estatuto autonómico” que defienden, equivale casi a una independencia, dado que da a los estados autónomos el control total sobre hidrocarburos, minerales y las tierras.

La bandera actual inmediata es que el gobierno les devuelva a las prefecturas el llamado IDH (impuesto directo a los hidrocarburos). El gobierno de Morales destinó una parte del IDH para dar una renta a todos los mayores de 60 años de 200 bolivianos (30 dólares).

Además quieren impedir un nuevo referéndum en el que se aprobaría la nueva Constitución, que establece la reforma agraria, la eliminación de todos los latifundios mayores a 5.000 ó 10.000 hectáreas (también se decide en el referéndum), que los hidrocarburos son propiedad del estado nacional y las autonomías indígenas. La derecha dice que esta Constitución es ilegal.

Sólo que hable de reforma agraria le pone los pelos de gorila de punta. Es comprensible, son 100 poderosos clanes familiares que además controlan la agroindustria, el comercio exterior, la banca y los grandes medios de comunicación. Según un informe del PNUD (Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo), citado por Econoticias Bolivia, esas cien familias tienen 25 millones de hectáreas, cinco veces más que dos millones de campesinos. Casi todas las tierras de los latifundistas fueron robadas a la tierra pública y a las comunidades indígenas, en complicidad con todas las dictaduras. Entre ellos, Bruno Marinckovic, el jefe del Comité Cívico de Santa Cruz, es el mayor terrateniente del país.


El rol de las Fuerzas Armadas y policiales

Durante los días de la sublevación fascista, las Fuerzas Armadas y policiales casi no intervinieron, mientras los fascistas cometían sus crímenes. Hugo Chávez dijo que fue como “una huelga de brazos caídos”.

También es cierto que no se conoció que Evo Morales les diera ninguna orden de intervención. Solo lo hizo para Pando, después del genocidio a los campesinos, donde encarcelaron al prefecto genocida (para lo cual tardaron 48 horas, pese a que estaba en la Casa de Gobierno).

Todos los antecedentes históricos indican que no se puede confiar en el carácter supuestamente “democrático” de la oficialidad militar.

Por eso es fundamental que, como lo hizo el pueblo venezolano ante el golpe de abril de 2002, las organizaciones obreras y populares se acerquen a los cuarteles militares y policiales para ayudar a organizar a los soldados, suboficiales y oficiales leales en comités o juntas antigolpistas. Y exigir al gobierno que esto sea permitido.

Al mismo tiempo, como lo dice en esta página el concejal de El Alto, Roberto De la Cruz, es necesario pedir armas para la autodefensa obrera, campesina y popular.


Roberto De La Cruz, concejal de El Alto

“Exigimos armas para el pueblo”

Roberto De La Cruz es concejal en la ciudad de El Alto (800.000 habitantes, vecina a La Paz). Dirigente del M17, fue antes secretario general de la COR, Central Obrera Regional de El Alto.

Hace dos meses estuvo a la cabeza de la movilización de 80.000 personas, que desde El Alto fue a la embajada yanqui exigiendo la inmediata expulsión del embajador Phillip Goldberg. Esa movilización logró que efectivamente el yanqui se tuviera que ir durante dos semanas porque, dijo, “temía por su seguridad”. Pero luego volvió…

Lo entrevistamos telefónicamente el domingo 14.

¿Cómo ves la situación?

Lamentablemente, para los guerreros del gas, para los que luchamos por el proceso de cambio, el gobierno de Evo Morales ha hecho resucitar a la derecha que era un cadáver político. Le hemos pedido hace mucho que descabece a la oligarquía, que sean encarcelados por sus muchos delitos. Pero él no hizo caso. Ellos se envalentonaron con la inacción del gobierno.

El pueblo está dispuesto a defender este proceso de cambio. Por eso estamos exigiendo armas para que el pueblo pueda ir a poner orden. Nunca en la historia las revoluciones se pudieron hacer con diálogo, ni cayeron del cielo. Siempre ha sido con la lucha del pueblo.

¿Qué medidas van a tomar?

Desde el M17 estamos enviando la ayuda que podemos al Plan 3000, el barrio popular que resiste a los fascistas en Santa Cruz. Estamos enviando hondas, las hondas que lanzan piedras, una antigua arma.

No descartamos partir en los próximos días, con las organizaciones sociales, hacia Santa Cruz.

El lunes, junto a la COR, la Fejuve (Federación de Juntas Vecinales) y la UPEA (Universidad Popular de El Alto) haremos una gran manifestación hacia La Paz, a la embajada yanqui y a la sede del gobierno, para repudiar la violencia de la oligarquía.

¿Qué mensaje querés enviar al pueblo argentino?

Pedir a todos los gobiernos latinoamericanos la solidaridad con Bolivia. Y especialmente a los movimientos populares y revolucionarios que movilicen para apoyar al pueblo boliviano.


Reunión de presidentes sudamericanos en Chile

La reunión de los presidentes sudamericanos en Santiago de Chile, con la presencia de Lula, Cristina Kirchner, Bachelet (Chile), Chávez, Correa (Ecuador), Uribe (Colombia), Lugo (Paraguay), Tabaré Vázquez y el propio Evo Morales, concluyó formalmente con una declaración de apoyo al gobierno constitucional y a la integridad de Bolivia. Sin embargo este “apoyo” es totalmente condicionado.

En primer lugar, los presidentes se negaron a aceptar la propuesta de Chávez de condenar la intromisión yanqui que llevó a Bolivia a expulsar a su embajador (y posteriormente a Venezuela a hacer lo mismo).

Pero además, el apoyo quedó condicionado al “diálogo” que debe abrirse con los prefectos golpistas. Es decir, que en vez de apoyar al gobierno legítimo votado por la inmensa mayoría de los bolivianos para que castigue a los golpistas y genocidas, lo obliga a dialogar con ellos. E incluso nombraron una comisión para “investigar” el genocidio de Pando (¡como si no estuviera clarísimo!).

El rol principal en este aspecto, lo cumplió el brasileño Lula. Así lo describe la BBC de Londres: “Y la oposición no ha quedado descontenta a pesar de las expresiones de apoyo a Morales, gracias al desempeño que tuvo en el encuentro el mandatario brasileño”.

“Lula se reunió antes de la cumbre con Morales y sus detractores (¡es decir con los golpistas! n.de r.) … Para él, Unasur debía escuchar las «dos campanas» si se proponía pacificar el país andino”.

Por supuesto que Uribe, Cristina Kirchner y Bachelet secundaron este rol proimperialista por mantener impune y con poder a la derecha.

No hay que olvidar que esa derecha tiene muchos intereses en común con las clases dominantes de los países vecinos, especialmente Brasil. Petrobrás (que también tiene socios multinacionales), es la principal empresa petrolera que opera en Bolivia. Y los ricos de Santa Cruz y Tarija, hacen negocios con Petrobrás para quedarse con parte de la renta agraria. Además, también hay empresarios brasileños con tierras (especialmente dedicadas a la soja) en Santa Cruz, Beni y Pando.

Estos autotitulados “demócratas”, fueron incapaces de tomar ninguna medida de ayuda real. Tampoco de convocar a sus pueblos a manifestaciones de solidaridad.

En realidad actuaron guiados sobre todo por el temor de un posible estallido revolucionario del pueblo boliviano.

“Los mandatarios tuvieron la convicción de que Bolivia no puede incendiarse. Brasil iría a un desastre si pierde el 50% del suministro de gas que le vende Bolivia… Y Argentina perdería sus 7 millones de metros cúbicos… Nadie ignora que si una rebelión de derecha saca a Evo Morales del poder, el casi 70% de los ciudadanos… que votaron por él, no se quedarán quietos. Y el incendio amenazará con propagarse a otros países. Las FF.AA. de Bolivia lo saben. Por eso, otro dato del informe de inteligencia que ayer se barajó fue que para los militares de ese país después de Evo ya no hay salida posible” (Clarín, 16/9/8).


Marchas de apoyo

Izquierda Socialista participó de la marcha el pasado viernes 12 junto a la comunidad boliviana, la cual se dirigió a la embajada yanqui en Buenos Aires. Y este lunes, junto a organizaciones de izquierda, nuestro partido marchó junto a la UST -repartiendo una declaración común-, hasta la embajada boliviana en Capital, donde la movilización fue recibida por funcionarios de ésta. Horas antes había marchado la CTA y otras organizaciones. Llamamos a realizar una marcha unitaria de todos aquellos que repudiamos el intento


Solidaridad internacional con el pueblo boliviano

La Unidad Internacional de Trabajadores (Cuarta Internacional) fue parte del extenso movimiento de solidaridad con el pueblo boliviano. Publicó una declaración convocando a este apoyo (se puede leer en www.uit-ci.org), y participó en actos unitarios en los países en los que tiene presencia. En Argentina (ver nota), en Brasil como parte del PSOL y junto al PSTU y organizaciones obreras y populares en Venezuela y otros países. Además, también convocó a una campaña común con el POS (Partido Obrero Socialista) de México y con la LST (Liga Socialista de Trabajadores) de República Dominicana.


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