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Presupuesto y ajusteCristina quiere que la crisis la pague el puebloDesde que la crisis mundial se instaló en la tapa de los grandes medios, el gobierno ha salido a decir que no llegará a nuestro país. Pero Cristina -junto a los gobernadores- está delineando un ajuste para que sus nefastas consecuencias recaigan sobre los trabajadores y el pueblo. Sobre esto, nos escribe nuestra legisladora, desde Córdoba.
Detrás de la cortina de humo que levanta el gobierno con declaraciones tales como “ahora veremos la debacle del primer mundo”, el ministerio de Economía está elaborando “un plan de contingencia: achique del gasto público, mayor superávit y más fondos destinados al pago de la deuda” (Clarín, 20-09). Dicho en criollo, un plan de ajuste hecho y derecho. O, siendo más precisos, la profundización de una política de ajuste que está en marcha desde hace rato, teniendo ahora un nuevo capítulo. Todas estas medidas, con el consiguiente enfriamiento de la economía, no son otra cosa que las políticas del FMI y los organismos de crédito imperialistas vienen recomendando para nuestro país. Pero detengámonos por un segundo en la medida que se presenta como un “ahorro beneficioso”: el aumento del superávit fiscal. Esto no significa otra cosa que reducir el dinero que el Estado destina a salarios, salud y educación ¿Qué se busca? Demostrarles a los usureros internacionales que el gobierno tiene la decisión de pagarles a cualquier costo. Veamos algunos números. El 2008 finalizará “con un superávit del 3,5% y no del previsto 3,1%, una diferencia de U$S 1.281 millones. (4 mil millones de pesos)” ¡Imagínese usted, compañero lector, cuánto se podría aumentar los salarios de médicos, maestros y demás trabajadores estatales en los meses que restan del año con esa suma! No hubiera hecho falta el recorte a los jubilados en la provincia de Córdoba. Pero si algo más faltaba para demostrar lo que planean Cristina y Néstor Kirchner, basta analizar el presupuesto 2009 que el Ejecutivo ha enviado al Congreso. El superávit previsto es de 3,27% pero el gobierno planea llevarlo a la “cifra record del 4%”, lo que Cavallo nunca pudo lograr. Para lograr este “ahorro”, el presupuesto no destina ni un peso para aumentos salariales a docentes y estatales. Por si lo que hemos dicho hasta ahora no resulta suficiente para ilustrar cómo planea Cristina enfrentar los efectos de la crisis económica, agreguemos que el gobierno quiere profundizar la política de tarifazos en servicios esenciales como la luz y el gas. Con la excusa de reducir los subsidios, y la mentira demagógica de favorecer a los sectores más desprotegidos, se aplicarán los aumentos de hasta el 30% que venían reclamando las empresas privatizadas del gas. Y como si esto fuera poco, los subsidios, lejos de bajar, subirán, como en el caso del gas y el transporte. Este es el plan del gobierno al servicio de pagar miles de millones de la fraudulenta deuda externa. Pero aquí no termina. Los empresarios, que han llenado sus bolsillos durante estos 5 años de dólar a 3 pesos y salarios devaluadísimos, ahora pretenden no tener que pagar ni un centavo por los efectos de la crisis en nuestro país. Por eso reclaman, a través de la UIA, la disminución de las retenciones a las exportaciones. De la mano de Cristina, las patronales intentan aplicar un plan para que los efectos de la crisis la paguemos los trabajadores y el pueblo. La crisis la tienen que pagar ellos: los acreedores internacionales y los grandes empresarios que se vienen enriqueciendo en todos estos años. Hay que derrotar el ajuste y los tarifazos de Cristina y luchar por urgentes medidas de emergencia. Dejar de pagar la fraudulenta deuda externa y volcar esos fondos en salarios, jubilaciones, salud y educación. Aplicarles impuestos progresivos a los que más tienen, las multinacionales, los grandes empresarios y banqueros especuladores. Reestatizar sin indemnización las empresas privatizadas bajo control de sus trabajadores y usuarios. Nacionalizar la banca y el comercio exterior para terminar con la especulación financiera y de las grandes exportadoras. Medidas que los luchadores y la izquierda debemos impulsar para que esta vez, la crisis la paguen los de arriba. No al tarifazo en el gasCon retroactividad a septiembre, las tarifas domiciliarias de gas aumentarán entre un 10 y un 30% para casi la mitad de los hogares. El GNC, el combustible más económico utilizado por 1.400.000 vehículos, aumentará un 10% a partir de octubre. La excusa detrás de la que se esconde este tarifazo es disminuir los subsidios, aplicar subas a los sectores de consumo medios y altos, y bajar el precio de las garrafas de 10kg a 16$, bajo la mentira de que así se está distribuyendo el ingreso. Pero es un verso más, igual a los que nos tiene acostumbrados este gobierno. La mentira tiene tres patas. La primera, es que el aumento afectará solamente a los hogares de ingresos medios y altos. Son precisamente los hogares de ingresos medio a bajos los que tienen cocinas, calefones y estufas más obsoletos y en peor estado y, por lo tanto, los que más consumen. La segunda, es que con esto se reducirán los subsidios: sin embargo el gobierno pagará cerca de 550 millones de pesos al año a las empresas fraccionadoras y distribuidoras de gas. La última mentira es que ahora en los barrios la garrafa se conseguirá a 16$. Como denuncian varias asociaciones de consumidores, en 2005 “ya se dio un subsidio a las petroleras para bajar las garrafas y se redujo a la mitad el IVA, y luego los precios volvieron a subir” (Clarín, 20-09). Hasta ahora la garrafa social tenía un precio de 18$, aunque en los hechos era imposible conseguirla por menos de 25$. Sin lugar a dudas, detrás del doble discurso, se esconde un nuevo tarifazo al que los trabajadores y el pueblo tendremos que enfrentar. Cristina premia a las 200 empresas más grandesMientras la mayor parte de lo que recauda el Estado es por el impuesto que paga el pueblo (el IVA), “por las exenciones impositivas, beneficios promocionales y rebajas de contribuciones a la Seguridad Social, el Estado dejará de percibir este año 20.788 millones de pesos y casi $24.000 millones en 2009. Esto sin contar las exenciones por la compra-venta de acciones y demás títulos valores” (iECO-Clarín, 21-09) ¿Quiénes son las beneficiarias del régimen de promoción implementado en 2004? Las 200 empresas más grandes del país, quienes recibieron el 90% de aquél. Se trata, entre otras, de Aluar y Fate (grupo Madanes); Siderca y Siderar (Techint); Aceitera General Deheza, Cargill, Molinos Río de la Plata, YPF, Peugeot, Petroquímica Comodoro Rivadavia, Acindar y Louis Dreyfus. (Daniel Aspiazu - Eduardo Basualdo, Página 12, 22-09) ¿Y el empleo?La creación de empleo está en una clara y rápida caída. Si bien en estos años los porcentajes del desempleo decrecieron, según la consultora SEL, “el segundo trimestre de 2008 es el tercer período consecutivo en el que se observa una fuerte desaceleración en la creación de empleo”. La misma sostiene que “la elasticidad empleo-producto se asemeja a la de los inicios de los años noventa” (iECO-Clarín, 21-09) La pobreza no bajaSegún el INDEC, habría 2,2 millones de pobres menos. ¿Cómo lo logra? Imponiendo los índices truchos de Capital y Gran Buenos Aires al resto del país. Pero si se tomaran los datos del resto de las provincias, la pobreza, lejos de bajar, hubiera arrojado que hay 14 millones de pobres y 6 millones de indigentes. Para la consultora Ecolatina, ya “el año pasado se quebró la tendencia de reducción de la pobreza”. El objetivo es claro: al desconocer la pobreza, el gobierno difícilmente tome medidas para combatirla. |
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